Promediaba el asado cuando, como quien no quiere la cosa, Juan José Ferreira Miranda nos preguntó si sabíamos que aparecemos en un blog de la página web del diario. Si, les dije, Gustavo Toconás nos abrió un lugarcito donde ahora el lector puede seguir estos Laberintos Humanos por internet.
Habría que hacerle una versión bilingüe para que puedan leerlos en los Estados Unidos, opinó Isidoro Ducase, a lo que el menor de los abuelos opinó que por qué daba por entendido que una edición bilingüe era en inglés y no en checo o en aymara. ¿Pero usted se imagina si esa página la abre un chino que se desespera por saber qué decimos pero no lo entiende porque no lee en castellano?
Es algo improbable, opinó el padrecito mientras el peluquero le murmuraba vaya a saberse que chanchadas al oído de Inés Alba de la Cruz, que empezaba a sonreír. Lo que a mi no me gusta es que ese blog tenga una foto de Dubin yéndose, opinó Ducase. ¿No le gusta que se vaya?, preguntó el menor de los abuelos.
¿No debiéramos haber posado todos como un equipo de fútbol?, preguntó Ducase. Si, agregó Ferreira Miranda, y en vez de una pelota debiera haber una botella de vino. Qué se yo, dijo el padrecito, ahora que estamos en la web creo que tenemos que empezar a cuidar mejor la imagen, agregó para sorprender a la moza pidiéndole que nos sirviera un par de aguas minerales.
Y cuando dijo eso, se escuchó la risa de Inés Alba de la Cruz, pero acaso se riera de las guarangadas que debía estarle diciendo el peluquero, no de este comentario.