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12 de Septiembre,  Jujuy, Argentina
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De suspiros y patrones

Miércoles, 12 de diciembre de 2012 21:33

Tanto suspiraba la Paloma por el Luis, mientras ella plumereaba los muebles de sus patrones y él les cortaba el césped, que el Luis ni se fijaba en la Paloma. Estas cosas suelen suceder, y no sólo en las canciones. Pero el Luis, en secreto y sin esperanzas, se deshacía de deseos por la patrona, madre del joven por el que suspiraban todas las empleadas de la casa menos la Paloma, que suspiraba por Luis, el jardinero.

Y sucedió que una tarde hubo una fiesta en el jardín de la casa de los patrones de la Paloma y del Luis, una fiesta en que la patrona bebió más de la cuenta y cuando su marido dormía su borrachera de bebidas caras, se fijó en el jardinero y todo eso lo vio la Paloma, cuyo corazón latía encinto de un dolor inacabable.

Como a la hora, hora y media, la Paloma, que limpiaba las cosas que quedaron en la mesa tras la fiesta de los patrones, vio como Luis reaparecía en el jardín peinándose el cabello recién lavado, y algunos dicen que la patrona se aficionó a la compañía clandestina del jardinero, que la Paloma sufrió en silencio y que las otras empleadas de la casa se le burlaban porque, ¿qué te vas a fijar en ese Luis si es más sabroso el hijo de la patrona y encima te da regalos?

Pero la Paloma le era esquiva al hijo de los patrones y lloraba mientras pasaba el plumero o la franela, sufría como en un teleteatro y aguantaba la burla de sus compañeras. Pasaba las horas triste entre las chapas de la pared de su casa, cuando volvía a la villa, y apenas si comía por el dolor que sentía, hasta que un día la Paloma se cansó.

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