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Desde Inta impulsan el uso de biofertilizantes

Relatan experiencias en bokashi y otros biopreparados para mejorar suelos y rendimientos.
Martes, 25 de noviembre de 2025 00:00
TALLERES Y CHARLAS | SOBRE LOS BIOPREPARADOS Y ANÁLISIS DE RESULTADOS.

Desde el Instituto para la Investigación y Desarrollo de la Agricultura Familiar (Ipaf NOA) un equipo de investigadores impulsan el uso de biofertilizantes en las áreas de producción de Quebrada y Puna. La investigadora Julieta Quiroga Martínez, se refirió a la experiencia y estudios sobre Bokashi y otros biopreparados que fomentan con charlas, cursos y acompañamiento a productores.

Quiroga Martínez es ingeniera agrónoma y detalló los avances de un trabajo que busca transformar las prácticas agrícolas mediante el uso de biofertilizantes, especialmente bokashi, preparado orgánico fermentado que combina residuos locales, microorganismos y minerales.

BOKASHI | ES UN BIOFERTILIZANTE POTENCIADO, QUE PREPARAN Y ENSEÑAN

Su investigación se viene desarrollando como parte de una línea que el instituto desarrolla desde hace varios años, que busca recuperar conocimientos de los productores, generar evidencia científica y fortalecer sistemas de producción sustentables en distintas regiones de la provincia. "Estamos trabajando específicamente con agricultura sustentable en la investigación sobre biopreparados con distintos usos. Pueden ser insecticidas, repelentes y en el caso del Congreso (Argentino de Agroecología reciente) se han presentado tres trabajos con bokashi que es un biofertilizante potenciado", explicó.

Vienen trabajando en la elaboración de protocolos para la elaboración y la utilización de estos biopreparados. "En investigar, generar conocimientos, documentos que respalden ese conocimiento popular que se venía generando desde hace tiempo con el uso de los biopreparados en cuanto a la identificación de dosis por cultivos, cómo impacta en el rendimiento de cultivos andinos, en el rendimiento dentro de hortalizas", dijo.

JULIETA QUIROGA MARTÍNEZ DE IPAF NOA

Se reconoce el saber de productores y como base de cualquier innovación tecnológica. "Lo que intentamos es jamás partir de cero, sino reconocer la historia que tienen los productores, sus historias de vida, ese conocimiento que existe y se transmite de generación en generación. A eso buscamos aportarle el nuestro desde las instituciones científicas para generar un conocimiento colectivo", sostuvo.

Analizan dosis adecuadas por cultivo, impacto en el rendimiento y elaboración de protocolos que permitan estandarizar prácticas que en muchas comunidades, se realizan desde hace décadas. Para ello, el Inta combina experimentos de campo, observación en fincas familiares y talleres comunitarios.

El bokashi es un preparado de origen japonés basado en una fermentación aeróbica que requiere solo 15 días para estar listo. A diferencia del compost tradicional, que puede requerir entre 3 y 8 meses, permite producciones pequeñas, frecuentes y adaptadas al ritmo local. En su elaboración incorpora restos vegetales, minerales y materia orgánica disponible en cada zona.

"Integramos residuos de otros sistemas de producción", explicó. De esta manera, en la Quebrada usan restos de quinoa, amaranto y maíz, y en Yungas, restos de banana, palta o mango. Es que además de fertilizar, el bokashi aporta microorganismos benéficos que generan un "suelo vivo". Incorporan el guano caprino que las comunidades de la Quebrada usan históricamente para producir bokashi, lo que permite aumentar el volumen del fertilizante y mejorar su disponibilidad.

Aunque la aplicación por planta puede parecer mínima, de unos 20 gramos, aseguró que el efecto a escala de hectárea es significativo. "Son muchas toneladas las que se agregan", dijo y explicó que hay que pensar en todo el aporte de materia orgánica y microorganismos, no en un solo nutriente, sino en un abanico que surge de reciclar restos orgánicos.

Desde el Inta muestran que gran parte de los suelos de la Quebrada de Humahuaca tienen menos de 1% de materia orgánica, muy bajos respecto a la pampeana de 3 o 4, por lo que estimó que allí la aplicación de biofertilizantes es clave para sostener la productividad. Entonces para obtener una producción exitosa se necesita biofertilizantes. "Predomina un sistema convencional con insumos de síntesis química; nosotros proponemos una alternativa", afirmó y como ejemplo en Yungas, para el cultivo de banana el bokashi permitió aportar potasio utilizando los propios residuos de la fruta y los análisis mostraron resultados "exitosos".

Quiroga Martínez explicó que se distinguen dos perfiles de productores, quienes están próximos a la Ruta 9 presionados por intermediarios y ciclos acelerados, y quienes trabajan en quebradas con cultivos andinos y formas de comercialización más directas que es donde el bokashi encuentra mayor recepción.

La investigadora dijo que es una "lucha diaria" frente al modelo que vende paquetes tecnológicos completos, muchas veces con semillas modificadas y prácticas que deterioran el suelo. Frente a ello, el equipo del Inta apuesta a la evidencia, la demostración y la experimentación participativa. "Hacemos ensayos en nuestro campo experimental y los invitamos a ver que sí existe diferencia, que sí es posible utilizar bioinsumos y tener una producción rentable. Si lo ven, se animan a probar aunque sea en dos rayas", dijo. Los ensayos sobre ajo realizados en Tumbaya, Bárcena y en la parcela del Inta demostraron mejoras en diámetro y peso de cabeza, así como en la longitud de las hojas. Con el mismo éxito lo hicieron en papa, con buenos rendimientos y calidad.

 

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