El Parlamento de Irán aprobó este domingo una medida para cerrar el Estrecho de Ormuz, una de las rutas más críticas para el comercio global de petróleo y gas, en lo que calificó como una "respuesta decisiva" a los bombardeos de Estados Unidos contra tres instalaciones nucleares en territorio iraní.
inicia sesión o regístrate.
El Parlamento de Irán aprobó este domingo una medida para cerrar el Estrecho de Ormuz, una de las rutas más críticas para el comercio global de petróleo y gas, en lo que calificó como una "respuesta decisiva" a los bombardeos de Estados Unidos contra tres instalaciones nucleares en territorio iraní.
Según informó el medio local Press TV, la decisión aún no es definitiva, ya que debe ser avalada por el Consejo Supremo de Seguridad Nacional, órgano que tiene la última palabra. No obstante, el comandante de la Guardia Revolucionaria, Esmail Kosari, afirmó que la medida "está en agenda" y se ejecutará "cuando sea necesario".
La iniciativa llega tras los ataques con misiles estadounidenses contra las instalaciones nucleares de Fordo, Natanz e Isfahan, ocurridos en la noche del sábado, que causaron "destrucción total" y dejaron varios heridos. Las autoridades iraníes denunciaron el "silencio de la comunidad internacional" ante estos bombardeos.
El cierre del Estrecho de Ormuz tendría un impacto devastador en la economía global: por este paso, ubicado en el Golfo Pérsico, transita alrededor del 20% del petróleo mundial, con un flujo diario de entre 17 y 18 millones de barriles. Además, es una ruta clave para el gas natural licuado (GNL), especialmente el proveniente de Qatar, uno de los mayores exportadores del mundo.
Expertos advierten que un bloqueo en Ormuz provocaría un aumento inmediato y drástico en los precios del crudo, con estimaciones de hasta un 80% en la primera semana. Además, las cadenas de suministro globales podrían colapsar, ya que las rutas alternativas son más largas y costosas.
La semana pasada, analistas estratégicos alertaron que una intervención militar de EE.UU. en la zona sería extremadamente costosa, no solo para Washington, sino también para la economía mundial. Según sus pronósticos, muchas multinacionales podrían paralizar operaciones en cuestión de días por la falta de energía.
El Estrecho de Ormuz es la única salida marítima del Golfo Pérsico hacia aguas internacionales y es vital para países productores como Arabia Saudita, Irak, Kuwait y los Emiratos Árabes Unidos, además del propio Irán.
Este movimiento marca una nueva escalada en la ya tensa relación entre Irán y EE.UU., y podría desencadenar una crisis energética global si se materializa.