Ella no se dio por vencida, ni en los momentos más decepcionantes. Al contrario, apostó por la actitud más acorde a su esencia positiva y le dio un giro a su existencia en el preciso instante de quedar embarazada. Es que su pequeño tesoro fue la motivación más especial que la vida le llegó a ofrecer.
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Ella no se dio por vencida, ni en los momentos más decepcionantes. Al contrario, apostó por la actitud más acorde a su esencia positiva y le dio un giro a su existencia en el preciso instante de quedar embarazada. Es que su pequeño tesoro fue la motivación más especial que la vida le llegó a ofrecer.
El "motorcito" que latió fuerte dentro de ella, le permitió seguir adelante y alcanzar nuevos logros. Así, Roxana Carrasco reveló que su hijo de trece años la guió hacia una paz espiritual, enfocada en madurar y verlo todo con una perspectiva distinta. Esta joven de cuarenta y un años atravesó distintos momentos en su vida, destacándose por sus acciones, su corazón de mujer luchadora y ese ánimo constante por superarse.
A partir de una infancia feliz, vivió sus días como la mayor de siete hermanos siempre con el espíritu inquieto de abrazarlos y cuidarlos en el amor. Hoy a su retoño de trece años, le cuenta cómo fueron sus días de niña en otros tiempos. "Él es mi orgullo", expresó Carrasco sobre ese niño al que ve crecer con ojos maternales.
Y es que valora cada momento junto a Valentín porque es su inspiración cotidiana y por quien lucha día a día para ser mejor. "Siempre fui positiva, cuando estaba embarazada, estuve sola. Sólo mis padres y hermanos estuvieron conmigo. Después llevaba a mi hijito a todos lados", comentó quien vivió momentos difíciles con el papá de su hijo en Buenos Aires. No obstante, regresó Jujuy en 2011 y el bebé fue un milagro que cambió su vida. "Lo primero que hice fue trabajar y no quedarme de brazos cruzados", contó. Entonces, se coronó como mamá con letras mayúsculas. Para mantener a la criatura, eligió ser empleada doméstica. Y la rutina de lunes a lunes se replicaba en cinco casas diferentes. Allí, sus empleadores le permitían llevar al niño por ser tan pequeño. Y a partir de los tres años, buscó la independencia de los padres, notando cómo el sacrificio valió la pena para crecer desde otra perspectiva.
"Cuando me mudé con mi hijito, empecé de cero. Tenía la casa pero ningún mueble, ni nada. Lo primero que compré fue un colchón para dormir; mi mamá me regaló la cocina y una garrafa", destacó. Y entonces fue tan bueno su desempeño con los adultos mayores que precisamente uno de ellos, le sugirió estudiar una carrera vinculada a la salud. Y así descubrió la gerontología y el cuidado del adulto mayor; un hermoso camino que le abrió las puertas a la capacitación hasta recibirse en 2022 de cuidadora domiciliaria para adultos mayores y auxiliar de ayudante terapéutico para adultos mayores.
"Seguía trabajando en cinco casas y decidí entrar al instructorado de actividad física. Recuerdo que terminaba saturada de tanto estudiar, pero también vendía ropa en la feria de Alto Comedero para ayudarme con el instructorado", dijo Carrasco que supo evolucionar junto a su hijo mientras éste hacía la tarea de la escuela en las casas donde ella trabajaba.
Por eso hoy valora todas y cada una de sus cositas por lo que implicó conseguirlas. Ante sus incansables ganas de seguir adelante, decidió continuar con el instructorado de ritmos latinos. En el año 2024 el clic en su mentalidad fue imparable, ya que la motivó a superarse más. Al ser cuidadora de adultos mayores entendió de las necesidades que pueden tener con sólo mirarlos. "Por ellos, le meto pilas y trato de estar mejor", reveló quien desde los quince años quiso estudiar psicología y ayuda social. "Todavía tengo contacto con algunos de mis patrones porque fueron buenos y miran mis estados del Whatsapp. Les agradezco y me hacen sentir bien", destacó esta instructora que hoy dicta clases a personas de toda edad, con especial dedicación a las personas mayores.
Valentín es estudiante del primer año en la Escuela de Educación Técnica N°2 "Prof. Jesús Raúl Salazar". "Estoy contenta porque terminó el 7º grado en la escuela 360 'Teodoro Sánchez de Bustamante' y siempre le digo que hay que aprender de todas las posibilidades", dijo Carrasco, exalumna en la escuela N°50 "Obispo Padilla" y del Colegio Nacional N°3 "Éxodo Jujeño". Y es que en la vida y para todos los seres humanos, existe un propósito. Es así que lo mejor es ser agradecidos por el solo hecho de estar vivos.