Un año después del lanzamiento del "Programa de Desarrollo de las Cuencas de Frutas Tropicales de Yungas y Valles Templados", un recorrido por fincas de la provincia permitió constatar que la implantación del cultivo de maracuyá ya es real. Con plantines entregados por el Ministerio de Desarrollo Económico y Producción, los productores están expectantes de lograr su primera cosecha en abril del próximo año.
El programa fue presentado en noviembre de 2024 por el ministro Juan Carlos Abud, junto a autoridades locales de los Valles y las Yungas, buscando promover la producción y comercialización de frutas tropicales en Jujuy, de modo de aprovechar las condiciones climáticas de esas regiones. La apuesta por diversificar comenzó por el maracuyá y se impulsó atrayendo a productores para sumarse a la producción y ya se pudo ver las plantas en los campos.
Patricia Ríos, secretaria de Desarrollo Productivo, encabezó una comitiva para visitar las fincas y ver avances. Destacó que este programa ya iniciado permitirá duplicar la superficie dedicada al maracuyá en la provincia, ya que se implantó en otras 10 nuevas hectáreas gracias a la incorporación de 15 productores, la mayoría pequeños agricultores, de las localidades de Fraile Pintado, Palma Sola, Yuto, Perico, La Ovejería y San Antonio.
"Hoy estamos viendo los resultados tangibles del programa. Las plantas entregadas hace apenas un mes ya muestran un buen desarrollo, y en aproximadamente tres meses y medio tendremos la primera cosecha", afirmó Ríos durante una recorrida por fincas beneficiarias.
Fueron 9 mil los plantines producidos en la Estación Experimental de Frutos Tropicales del Inta Yuto, los que se entregaron a los productores. El Estado provincial invirtió alrededor de 20 millones de pesos para financiar la entrega de 900 plantines por hectárea, mientras que los productores aportaron la infraestructura necesaria y reciben acompañamiento técnico continuo.
Más allá del cultivo, el programa contempla una estrategia integral que incluye capacitación, comercialización y apunta también a darle valor agregado y diferenciación. "Por eso el programa estratégico se llama 'Jujuy agrodiversa' porque lo que queremos es no solamente disfrutar de la biodiversidad que tiene la provincia, sino de la diferenciación agroclimática que tiene y de los lugares donde se pueden hacer distintos cultivos", dijo
Sostuvo que si bien la actual etapa se centra en consolidar la producción de maracuyá, ya se prepara la segunda fase que prevé incorporar nuevas frutas tropicales como la pitaya y la tuna.
"Hoy tenemos que olvidarnos de los subsidios, hacemos mucho hincapié en darles agregado de valor y con esta diferenciación vamos a tener líneas de financiamiento, a través de la banca privada que trabaja el Ministerio de Desarrollo Económico y Producción, con subsidios actualmente de cinco puntos en la tasa durante el primer año, que aporta la provincia de Jujuy, como así también los fondos de la Microempresa", explicó Ríos.
Estimó que esto es clave para llegar a la segunda etapa de este programa de frutos tropicales. Por ello dijo que trabaja con la Secretaría de Comercio e Industria en la organización, que es responsable de la comercialización de la producción jujeña. Dijo que la idea es "cooperativizar", ver los fondos de cooperativa y poder realizar infraestructura que permita a los productores hacer una buena venta en fresco, y la elaboración de subproductos como pulpas congeladas, ingredientes para repostería o insumos para cosmética.
El recorrido de Producción se inició en la finca El Algarrobal de Palma Sola, donde recibió a las autoridades el productor Sabino Morales, quien encabeza junto a su familia un emprendimiento que cultivaba zapallo, choclo y sandía. Ahora, con media hectárea de maracuyá y 380 plantas entre las variedades morada y amarilla, apuesta a diversificar.
"Estamos trabajando de forma agroecológica y el clima nos está favoreciendo mucho. Hasta ahora, el único inconveniente fue con hormigas, pero con pérdidas mínimas", relató. Su plan incluye no solo vender en mercados locales como Perico o San Salvador de Jujuy, sino también procesar la fruta para abastecer heladerías y restaurantes.
"Estamos en pruebas y error, es un cultivo nuevo en la zona", afirmó, y precisó que trabajan con riego por goteo y espalderas caseras para mayor exposición solar. "Las plantas de 30 días marchan bien. El clima cálido nos favorece. Solo tuvimos hormigas, con menos del 10% de pérdidas", dijo, y explicó que hacen manejo agroecológico.
El viaje continuó hasta Manantiales, donde Evangelina Carmen Lencina explicó que junto a sus hijos asumió su primera experiencia frutícola sin maquinaria, solo con pico, machete y esfuerzo familiar.
"Fue duro, el sol castigó los plantines al trasplantarlos, pero seguimos con esperanza", relató su hijo, y explicó que si bien es complicado empezar de cero, consideró que la fruta es más rentable que la verdura.