¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

°
2 de Agosto,  Jujuy, Argentina
PUBLICIDAD

“El placer es mío” explora ciertos vínculos afectivos

"Aborda de forma poética el fracaso del proyecto de familia", dijo el director brasileño radicado en nuestro país.

Domingo, 02 de junio de 2024 01:00
MAX SUEN | CONOCIDO EN EL ÁMBITO TEATRAL, FUE SELECCIONADO PARA INTERPRETAR AL PROTAGONISTA ANTONIO.

El placer es mío, dirigida por Sacha Amaral, se estrena este mes en cines, luego de haber recibido el premio mayor en la 25º edición del Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente (Bafici), así como el premio al Mejor Largometraje Latinoamericano otorgado por Feisal y el premio a la Innovación Artística por la Asociación de directores de cine PCI. Esta producción aborda las complejidades de los vínculos familiares, centrándose en una historia personal del director.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

El placer es mío, dirigida por Sacha Amaral, se estrena este mes en cines, luego de haber recibido el premio mayor en la 25º edición del Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente (Bafici), así como el premio al Mejor Largometraje Latinoamericano otorgado por Feisal y el premio a la Innovación Artística por la Asociación de directores de cine PCI. Esta producción aborda las complejidades de los vínculos familiares, centrándose en una historia personal del director.

Se trata de una coproducción entre Argentina, Brasil y Francia, protagonizada por Max Suen, Katja Alemann, Sofía Palomino, Luciano Suardi y Anabella Bacigalupo. La narrativa se centra en Antonio, un joven de 20 años que vive una conflictiva relación con su madre. Antonio se dedica a la venta de marihuana y se aprovecha de las personas que conoce en aplicaciones para robarles dinero. La creciente urgencia de escapar desemboca en un viaje sin retorno hacia el sur del país.

En palabras del director Sacha Amaral, "la película aborda de forma poética y crítica el fracaso del proyecto de familia". Amaral ha mencionado que el filme es una forma de revisitar y visibilizar en la ficción los acontecimientos que él y su madre negaron en el pasado. "Una de las tareas del cine es iluminar las zonas oscuras. Con la luz de las imágenes cinematográficas es posible romper la oscuridad que se cierne sobre el pasado", explicó Amaral.

El director compartió una anécdota personal que inspiró parte de la trama. Cuando tenía 16 años, su madre lo convenció de seguir a su novio, 15 años menor que ella, para descubrir si le era infiel. "Cuando ella me pregunta si había descubierto algo, recuerdo que por primera vez sentí ser más fuerte, tener más poder", relató el director. Esta experiencia marcó la narrativa del filme, que explora la dependencia y el amor cercano a la locura.

Además, Amaral destacó la importancia de filmar el espacio doméstico en relación con la soledad, utilizando encuadres y sonidos inusuales para generar una sensación de incomodidad.

Antonio, el protagonista, vive su cotidianidad sin grandes aspiraciones, perdido en su realidad. Los conflictos familiares se manifiestan de manera imperceptible a lo largo de la película.

Esta es la primera obra de Amaral como director de un largometraje, pero no su primera experiencia en el cine. Su primer largometraje como guionista, "Adiós entusiasmo", estrenado en la Berlinale 2017, ganó en Ficci (Cartagena) y en el Bafici 2017 (Buenos Aires). También ha dirigido cortometrajes como "Grandes son los desiertos", que formó parte de la competencia de cortometrajes del Bafici 2019 y en Cinélatino (Toulouse), y "Billy Boy", seleccionado en el Festival de Cannes 2021 y varios otros festivales.

También habló del proceso de búsqueda del protagonista del film. "Conocía a todos los personajes menos al protagonista. Algunos de ellos los fui delineando mientras escribía, incluyendo amigos y actores que habían colaborado conmigo en trabajos anteriores, como Katja Alemann, con quien este proyecto marca nuestra tercera colaboración. Me siento afortunado de contar con actores que me han acompañado durante mucho tiempo. Sin embargo, aún no tenía al protagonista en mente. Cuando finalicé el guion y comencé a compartirlo, muchas personas empezaron a mencionar a Max.

Él era muy reconocido en el ámbito teatral, habiendo participado en diversas obras y manteniéndose en la cartelera del Teatro Porteño durante los últimos dos o tres años. Decidí ponerme en contacto con él. Después de enviarle el guion, quedamos en encontrarnos. Desde el momento en que lo vi llegar, supe que tenía que ser él. Su rostro parecía perfecto para el personaje, como si estuviera destinado a interpretarlo. Al principio, surgieron algunas dificultades con las fechas de rodaje, ya que no coincidían con su agenda, pero estaba tan convencido de que él era el indicado que decidimos posponer el rodaje casi un año para poder trabajar juntos".

 

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD