Se acordó el historiador poeta Félix Luna de agregar a la crónica de nuestra Independencia el accionar destacado de una mujer chuquisaqueña, que nació en un lugar lejano de la Capital de Virreinato del Río de la Plata, recientemente creado como la última entidad política de de España en América del Sur. Se trata
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Se acordó el historiador poeta Félix Luna de agregar a la crónica de nuestra Independencia el accionar destacado de una mujer chuquisaqueña, que nació en un lugar lejano de la Capital de Virreinato del Río de la Plata, recientemente creado como la última entidad política de de España en América del Sur. Se trata
de Juana Azurduy, que nace en el Alto Perú, Chuquisaca, el 12 de julio de 1780. Félix Luna agregó un poema y que, al poner música de zamba, con Ariel Ramírez, como pasó con Alfonsina y el Mar, alcanzó un mayor conocimiento de la gente.
Comentaré algunos de sus sones, dice Luna: “’Juana Azurduy / flor del Alto Perú / no hay otra capitán / más valiente que tú”. Aquí le hace un reconocimiento pleno a la mujer luchadora y vale para todas las que intervinieron en la lucha por la Independencia, contra los españoles en Sud América. Dar su vida, la vida de sus hijos y seres queridos, fue una constante, en muchos lugares y
combates donde participaron, cumpliendo diferentes roles, pero también como luchadoras, como es el caso de Juana, que lucha al lado de su marido, Manuel Ascencio Padilla, en la llamada “guerras de las republiquetas”, donde pierde cuatro hijos y a su esposo. Y aún en esas condiciones sigue su lucha, como excelente jinete asume la vanguardia con un pelotón de mujeres y enfrenta en la guerra al “macho español” y dice Luna: “Oigo tu voz / más allá de Jujuy / y tu galope audaz / doña Juana Azurduy // El español no pasará / con mujeres tendrá que pelear”.
Después del combate de Villar, del 14 de septiembre de 1816, cae
herido Padilla y un soldado realista lo degüella y coloca su cabeza en una pica, que se expone en plaza pública. El corazón de Juana no se inmuta y toma la bandera enemiga en un asalto a Chuquisaca, y continúa al frente peleando contra los españoles. Dice Félix Luna: “Tierra de armas que se hace mujer, /amazona de la libertad, / íQuiero formar en tu escuadrón / y al clarín de tu voz atacar!”.
Belgrano comunica al director Pueyrredón, en Buenos Aires sobre
la participación y el compromiso patriota de Juana Azurduy y le confieren Despacho de teniente coronel. Se traslada a Salta y se une a las fuerzas de Martín Miguel de Güemes y permanece hasta 1825, fecha en que regresa a Chuquisaca, donde recibe visita del Libertador Simón Bolívar. En nuestro país se reconoce su lucha y sacrificio y se la nombra Generala del Ejército.
René Favaloro
Cuando hacemos referencia a un médico que nace el 12 de julio, estamos hablando del doctor René Favaloro y como se trata del momento de su nacimiento lo recuerdo ahora, cuando dijo: “Me conformo con que el corazón de mis gobernantes tenga tres cosas: honestidad, responsabilidad y solidaridad”.
Este epígrafe lo usé para el poema que escribí en mi libro “La sombra del Xibi Xibi” (2014) y entre los poemas presentados, uno
se llama “El corazón” y esta dedicado a René Favaloro. Comenzaré con las primeras estrofas, hablaré algo de nuestro homenajeado y cerraré con las últimas estrofas.
“El Corazón: emoción de latidos bifurcados / cada año late / millones de millones de veces / late por tí... late por mi/ late por todos los demás// es un reloj perfecto/ casi late impulsivo alocado/ desmesurado tranquilo/ late/ humanizado seden‑ tario/ inestable agitado // el corazón es una fábrica de sangre/ un río sale de su seno/ a recorrer el universo de su cuerpo// suele tener / una humareda roja/ de paisaje// late deteriorado envejecido/ trasnochado angustiado/ late alegre dinámico/ musical activo// el corazón es un motor impredecible/ mientras sueña/ su yo errante del misterio/ es un río apaciguado/ porque late/ quizás enamorado/ quizás triste... solitario”.
Favaloro fue además de médico un excelente científico, gran docente y un buen escritor. Publicó sobre su ciencia, historia y experiencia de vida. Cito: “Recuerdos de un médico rural”. Buenos Aires, Torres Agüero Editor, 1992. Ilustrado por Hermenegildo Sabat - Reeditado por Ediciones De Bolsillo, mayo
2008; “¿Conoce usted a San Martín?” Buenos Aires, Torres Agüero Editor, 1986. Reeditado por Ediciones De Bolsillo, 2009 y “De La
Pampa a los Estados Unidos” 8º ed. Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 1996.
Para recordar su valoración ética, mirada humana y social, no
olvidar lo siguiente: “Estoy absolutamente seguro de que el cambio de rumbo sólo puede lograrse a través de la enseñanza. Sus objetivos principales son: 1. Consolidación de los principios éticos del hombre; 2. Profundización de la democracia; 3. Construcción de la identidad nacional y unidad latinoamericana; 4 Generalización de la justicia social; 5. Transformación económica con elevación de los índices de productividad y mayor equidad distributiva (De “Don Pedro y la educación “).
El final de su vida ya lo sabemos, el 29 de julio del 2000, después de escribir varias cartas que explican su tremenda determinación, mató a su corazón de oro.
Por eso me despido triste y le digo al amigo Rene: “el corazón
no engaña cuando dice / cuídame ámame escúchame: / un día me paro para siempre / y no hay corsé / que aguante el sedimento / que el tiempo deteriora / y no perdona / ni prótesis que dure àse puede terminar / en un instante.
Y el vuelo hacia la nada / es un grito trashumante / de silencio...”.