Cada artículo es la resonancia de lo que vivo, escucho. De lo que las personas que confían en mí y me cuentan, lloran, no lloran, se enojan, de las que siguen viviendo con la mirada atrás y las acciones al futuro. De las que no duermen, de los que ya se han cansado de no entender y aceptar sería algo amorfo.
inicia sesión o regístrate.
Cada artículo es la resonancia de lo que vivo, escucho. De lo que las personas que confían en mí y me cuentan, lloran, no lloran, se enojan, de las que siguen viviendo con la mirada atrás y las acciones al futuro. De las que no duermen, de los que ya se han cansado de no entender y aceptar sería algo amorfo.
La terapeuta de antes, hubiese escrito como sanar. Por qué el dolor siempre me impactó. Sin embargo en este proceso de respeto al destino de cada uno, lo que te comparto hoy es sólo la de mirar algo tan grande y misterioso como la vida - la muerte. Solo poder verla. Buscar una solución sería una arrogancia de mi parte.
Aprendí el impacto de un duelo en mi propia infelicidad, en un dolor que no se me iba. En logros que no pude concretar. En una angustia sin causa. De hecho, la primera vez que llegué a un taller de constelaciones familiares mi tema fue: "Tengo todo y no puedo ser feliz". "Logré una carrera que amo, vivía en pareja en un lugar bonito, había entrado a trabajar donde quería". "Me daba culpa ser feliz y me daba culpa no serlo". Creí que había una falla en mí. Lo había trabajado en terapia, pero ese vacío seguía ahí. Sin poderlo abordar, porque no había palabras. Fue entonces que pude, por primera vez sentir que mi familia vivía en mi interior.
Comprendía que el pasado no es una línea histórica que yace en el pasado. Que aquello que no se ve, no se mira ni se integra, no se reconoce, no se le da un lugar, queda allí, en un presente continuo, sin permitir el fluir de la vida.
En ese encuentro de constelaciones la imagen que se me muestra es el duelo de mi madre cuando tenía ocho años y en un accidente pierde a su padre. Algo de su alma quedó allí, el dolor congela, nos detiene. Ahora mientras escribo, me doy cuenta cómo, en mi inconsciente estaba eso, que yo pensaba pasado y sin embargo, cargaba una culpa que nunca podría gestionar, pues como lo dice el libro: "Este dolor no es mío". De todos modos, en mis primeros años escolares me dediqué a perder y cobrar por ello. Culpa, castigo. Dejaré aquí mi relato y continuaré.
Y si lo que comparto deja más preguntas que respuestas, me daré por satisfecha, de que puedan abrirse a los órdenes de la ayuda y saber que hay un camino. Las mejores herencias no son las materiales, a veces ellas sólo nos distraen porque no sabemos cómo vivir o disfrutar. Que es ser un yo y no un rol. Por eso también hay padres que quieren ayudar a sus hijos, es más fácil ayudar que transitar un proceso personal.
También me impacta esto de la cultura de 6 tips para sanar o lo que sea, como se romantizan las cosas o simplifican.
Hasta hace un tiempo, y considerando lo que había leído; veía al duelo como un proceso normal o patológico según el tiempo. De hecho, para el DSM V (Manual de diagnóstico y Estadística de los Trastornos Mentales).
¿Qué hace patológico una experiencia humana fundamental? En el duelo intenso están presentes la añoranza, la nostalgia y el anhelo. Prigerson en su investigación diferencia estos síntomas como distintos de la depresión y como predictores de malos resultados. Sostiene que los síntomas de duelo alcanzan un punto máximo de seis a 12 meses. El duelo prolongado se define como la preocupación constante o anhelo intenso por el difunto y las características que rodearon su muerte.
Lo considera una patología. íQué fuerte etiqueta! ¿Qué hay en el duelo? ¿Por qué es un proceso tan complejo? ¿Cómo mirarlo?
También creía que el duelo era una experiencia que duelaba si yo perdía a alguien o algo. Luego, comprendí y digo comprendí y no entendí. Porque el entendimiento es de la mente. Y la mente tiene procesos lógicos; la vida no. La comprensión es tomar o mirar, abiertos a sentir, aunque no lo entendamos desde la lógica. Es mirar desde el entramado que somos. De pactos conscientes e inconscientes, de identificaciones, de reparaciones. . .
Es el asentimiento en el que tomamos más allá del entender; observamos que la vida tiene momentos y situaciones impredecibles, reñidas con nuestra mente; y cuando soltamos ese deseo de entender, asentimos y nos abrimos a ese movimiento de sentir la vida como un entramado que va más allá de nuestra propia existencia aquí y ahora. Es un entramado familiar y colectivo, que sigue a un orden mayor, el del Alma.
El duelo es mucho más que una pérdida. Su impacto se relaciona con múltiples variables.
No es lo mismo si la pérdida es en un momento de parto, ya sea que la madre o el bebé mueran. No es lo mismo perder en la primera infancia, en la adolescencia o en otro momento de la vida.
No es lo mismo que sea una enfermedad, un accidente o que la persona termine con su vida, que otro la termine.
Duelo no sólo es perder a alguien, también lo es separarse. Cortar una promesa, emigrar, mudarse, perder un trabajo, perder algo valorado. . .
Muchas veces se aborda el duelo, la muerte como un proceso general.
La gente cree que si lo racionaliza, lo llevará mejor.
Pero las emociones siguen su camino, más allá de que yo piense. "Era lo mejor", "sufría mucho", "yo la disfruté en vida, no me quedó nada pendiente". . . ;en fin, nos decimos muchas cosas para no sufrir.
Duelar es un proceso profundo de sanación. No es como lo describe la ciencia, un proceso de etapas. Las etapas están, pero es mucho más profundo y hasta transgeneracional.
La sanación no es que no duela en una parte de nosotros. Sanar no es olvidar. Es poder darle un lugar en nuestro corazón a lo que fue.
El proceso terapéutico busca acompañar a las personas a enfrentar, liberar el dolor y la pérdida. Para mí el duelo es como un arco iris: la lluvia, la angustia. La vida que sigue, el sol. Hay experiencias que no son o sol o lluvia, son ambas. Por eso creo, que con el tiempo y con un proceso terapéutico, un día el duelo se transforma en arco iris.
(*) Licenciada en Psicología; coach ontológico profesional;
magister en Salud Pública con mención en Atención primaria de la salud; especialista en Salud Pública; consteladora; facilitadora en procesos de comunicación, resolución de conflictos, expansión de la conciencia, liderazgo; coordinación de grupos y conciencia de redes; y facilitadora en entrenamientos a líderes en gestiones de oratoria y comunicación. pamela_arraya@yahoo.com.ar, cel. 3884416256.