De la mente al corazón.
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De la mente al corazón.
De Descartes a Husserl.
Toda mi vida valoré la resolutividad, la acción, la racionalidad.
Entrené mi mente en soluciones. Si había un problema, debía solucionarlo. Era como un juego de rubik, en el que todo tenía que estar ordenado lógica y rápidamente.
No podía aceptar esa nada o caos llamado proceso.
La mente nos lleva todo el tiempo al juicio. Al juzgar entramos en juegos binarios: bueno-malo; razón-no razón, soy mejor que tú; todo-nada. No digo que no hay que pensar, lo que digo es que, si el pensamiento viene de la ansiedad, de la fobia al proceso, de la angustia; es un pensamiento desorganizado. Que tomará caminos parchados, y no podrá ver cuál es realmente el problema o que regalo de crecimiento nos trae eso que queremos evitar.
Solemos llamar problemas a lo que nos irrumpe, a lo que no nos gusta y como nos angustia, enoja o genera alguna incomodidad, nos resistimos, culpamos, evitamos. Buscamos salir rápidamente y con ello, las situaciones no resueltas vuelven una y otra vez a salir.
Pensé este tema desde la filosofía, la psicología y la energía. La mente, la razón, la acción son energías masculinas; la calma, la observación son femeninas- energías de no acción. Ahora, quien alguna vez haya echo yoga, meditación, sabe el enorme movimiento que se produce en la quietud y no acción interruptiva de la mente.
Descartes considera la razón como fundamento del conocimiento.
Expresa: "como si de pronto hubiese caído en unas aguas profundísimas, quedándome tan sorprendido, que no puedo afirmar los pies en el fondo, ni nadar para mantenerme sobra la superficie
El tema es que el exceso de mente, trae duda y la duda no trae certeza. Por otro lado, la mente solo puede circular por lo consciente y por los límites de su propia experiencia y creencias. Si lo miráramos desde la psicología sistémica, sólo sería un cambio 2: "más de lo mismo".
Por otro lado, el pensamiento circula libre del cuerpo y para la vida lo que necesitamos es conexión. Sin conexión nos falta todo.
Cuando buscamos la solución de las cosas, lo que no queremos ver es el Problema: ¿Por qué no puedo mirarlo? ¿Qué me pasa? ¿Qué no quiero ver, sentir, integrar? ¿Cuál es el trabajo personal que necesito para poder Ver, Mirar y Reconocer?
Reconocer es el inicio.
El amor que mueve la vida es el que no juzga ni excluye. Es el que integra, el que observa sin juicio. Es el que nos lleva a crecer, a ser más humildes. Cuando dejamos de buscar entender, cuando bajamos del trono de jueces, la comprensión excede a la mente y sentimos paz.
Si aún no hay paz dentro tuyo, no es por lo que sucede afuera, es por lo que aún adentro no se ordena. No hay amor sin orden. Víctor Frank decía que la vida tiene sentido bajo toda circunstancia. Que es el hombre el creador de sentido. Que el sentido de la vida nos da salud física, mental y espiritual. El propone la dieta, el ejercicio, el sueño y la meditación. ¿Hay lugar en tu vida para algo de esto? O sólo corremos tras las ilusiones de zanahorias.
"El hombre se autorrealiza en la misma medida en que se compromete con el cumplimiento del sentido de su vida". Y las crisis son por excelencia los momentos para la conexión con la responsabilidad de crear.
Al iniciar el artículo propuse, de la mente al corazón. Esto es, de Descartes a Husserl. ¿qué nos propone el? Una teoría del conocimiento, donde critica la razón teorética, que busca establecer cuál es la correcta relación entre conocimiento, sentido del conocimiento y objeto del conocimiento. Habla de conciencia, eliminando toda referencia a una existencia real de las cosas. La conciencia percibe fenómenos. ¿Qué son los fenómenos? Eso que aparece como descriptivo, sin adjetivos. Una cosa es el objeto que aparece ante mí y otra la captación vivencial y subjetiva de eso que aparece ante mí. Lo fenomenológico, es lo descriptivo.
Todo lo que rodee a a ese fenómeno, es mi modo particular de vivenciarlo en función de mis experiencias.
No reaccionamos frente a los hechos, sino frente a nuestras interpretaciones de esos hechos. Por ello, la propuesta de pasar de una racionalidad mental a una fenomenológica, descriptiva. Poder poner las interpretaciones en un gran paréntesis. Ver nuestros programas mentales.
Nos emocionamos y gastamos energías por nuestros juicios. Tomar la vida, tal como es; no es resignación es saber para donde sopla el viento y redireccionar las velas.
En el gran mar de la vida, todos somos partes.
Asentir y fluir
Abrirnos a lo que necesite mostrarse, sentirse
Procesar desde el corazón. Hay tantas neuronas allí como en nuestro intestino.
¿Cómo sería tu vida si en lugar de espada habría un cáliz? Como lo planteara Eisler Riane
Un lugar no centrado en la lucha y competencia, sino en la inclusión y participación.
¿Serás el cambio que anhelas?
Vivir desde el corazón, un camino integrador donde todos somos parte.
(*) Licenciada en Psicología; coach ontológico profesional; magister en Salud Pública con mención en Atención primaria de la salud; especialista en Salud Pública; consteladora; facilitadora en procesos de comunicación, resolución de conflictos, expansión de la conciencia, liderazgo; coordinación de grupos y conciencia de redes; y facilitadora en entrenamientos a líderes en gestiones de oratoria y comunicación. [email protected], cel. 3884416256.