En diálogo con El Tribuno de Jujuy, el titular de la consultora OPSM dijo ayer que el libertario “irá delegando la gestión en equipos técnicos que él no tiene” y que probablemente vengan del “radicalismo”. Además, el especialista aseguró que, en lo económico, “este experimento (por Javier Milei) puede terminar catastróficamente como terminó el de Bucaram o bien como el de Bolsonaro”.
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En diálogo con El Tribuno de Jujuy, el titular de la consultora OPSM dijo ayer que el libertario “irá delegando la gestión en equipos técnicos que él no tiene” y que probablemente vengan del “radicalismo”. Además, el especialista aseguró que, en lo económico, “este experimento (por Javier Milei) puede terminar catastróficamente como terminó el de Bucaram o bien como el de Bolsonaro”.
¿A qué le atribuye la confrontativa política exterior que lleva adelante Javier Milei?
Milei ha decidido al igual que otros jefes de Estado elegir un papel muy central en la construcción de las grandes estructuras internacionales y en los espacios y tendencias ideológicas que son muy populares en Europa. Hay varios casos en donde las figuras en Europa desempeñan un papel relevante y la política interior la regulan desde un papel muy descollante internacionalmente. Es un modelo que aplican varios jefes de Estado hoy en el mundo, sobre todo en las nuevas democracias de derecha. Milei lo que está buscando es asimilarse a ese espacio y poco a poco ir delegando la gestión en equipos técnicos que él no tiene y que probablemente van a provenir de otras fuerzas de centro derecha.
¿A qué sectores se refiere?
Particularmente a los equipos económicos que tuvo Juntos por el Cambio. No hablo necesariamente del PRO. Superada la Ley Bases, es muy probable que un sector del radicalismo se incorpore al Gobierno. Los gobernadores radicales, por ejemplo, han establecido una relación muy firme con el Gobierno nacional y no me extrañaría que esos gobiernos, que tienen equipos muy importantes, fortalezcan la gestión de Milei, que hoy está paralizada y enfocada exclusivamente en bajar la inflación.
Luego del retiro de la embajadora de España, ¿no cree que las actitudes de Milei están teniendo un costo muy alto en las relaciones diplomáticas?
No. Esta crisis entre Argentina y España a Milei lo beneficia, como así también al presidente Pedro Sánchez, ya que en España habrá elecciones dentro de poco y todo indica que las ganará el Partido Popular muy ampliamente. Esto le permite al socialismo que Sánchez representa polarizar con la ultraderecha del partido Vox para tratar de sacarle votos al PP. Vox tiene tres diputados lo que es un montón para una fuerza de ese tipo. Me parece que Milei apunta a ser un líder intelectual y un referente de la derecha libertaria. La de Milei no la llamaría una ultra derecha, sino una derecha tradicional, católica, anti impacto verde y anti Europa.
Milei llegó al poder hablando de integrar el Gobierno al mundo y ya se peleó con España, México, Brasil, Colombia y Venezuela, entre otros...
Milei obtuvo menos del 30% en las elecciones generales y la distribución del Congreso tiene que ver con ese tercio. ¿Cómo llega Milei al 56%? Con 20 puntos que le vinieron de Juntos por el Cambio. La idea de integrarse al mundo y ser parte de todos los procesos es una idea del PRO y del radicalismo. Y ese 20% votó a Milei porque él era el que más se acercaba a esa postura frente a la postura reactiva ante el mundo que expresaba el peronismo, desde Grabois hasta Massa. Esa integración en el mundo se entiende de maneras diferentes. Para Juntos por el Cambio, insertarse al mundo es ser parte del G20 y del G7. Milei no piensa eso. Él cree que ese es un mundo socialista que expresa una concepción de la economía que no comparte. Sobre ese sector tiene una visión insultante. Entrar al mundo para él, no es entrar a los estados naciones, sino a estos congresos partidarios o de las grandes tecnológicas como Tesla. Los movimientos ideológicos son más importante para Milei que los Estados naciones. Milei ya avisó que en caso de que el Congreso no apruebe la Ley Bases igual va a seguir, que tiene mil reformas que las va a poner en marcha y si le votan en contra las va a vetar.
¿La búsqueda constante de confrontación de Milei no coincide con el modelo kirchnerista de encontrar enemigos todo el tiempo?
No, no. El de Milei es un populismo de derecha. Milei siempre hablaba de que había que terminar con el populismo en la Argentina. Se refería al populismo nacionalista, que sería el populismo malo para él. Ahora apareció otro populismo, que es el populismo bueno, que tiene el mismo método de acumulación política pero con una ideología diametralmente opuesta. Lo que ha quedado en claro ahora es la cosa antipopulista tiene que ver con un populismo, no con los otros populismos. Vox también es populismo. La idea de que el 56% que me votó es mío y si no me acompañan voy a vetar, podría ser contestado por los legisladores y gobernadores de que a ellos también los votaron. La división de poderes tal como la entiende el peronismo o el radicalismo es una visión presidencialista. Irónicamente, tenemos populismo malo (el peronismo) y populismo bueno (la gente de Milei).
¿Cuál cree que será el nivel de tolerancia de la opinión pública ante la recesión y la suba del desempleo?
Todo dependerá de que avance el proceso de restructuración económica, que eso se va a producir no bien haya menos inflación y hay que ver si las provincias funcionan con superávit y paz social. Hay que decir que la Argentina estaba funcionando y en este momento tuvo un golpazo por una devaluación muy importante y también por la artificiosa creación de la crisis, las provincias se han visto sacudidas porque el Gobierno ha decidido hacer esa restructuración económica con las provincias, los jubilados y las clases medias y no sometiendo esta presión a otros sectores. Si se aprueba la Ley Bases creo que va a haber provincias más fortalecidas. Milei tiene dos escenarios. El escenario de Jair Bolsonaro, que quedó muy desprestigiado y sin embargo Brasil está creciendo en todos los niveles y se convirtió en una potencia mundial, lo que le permitió a Lula poner en marcha el país. El otro escenario de es de Abdalá Bucaram, que aplicó las mismas políticas económicas sin tener los mismos resultados. En lo económico, este experimento puede terminar catastróficamente como terminó el de Bucaram o bien como el de Bolsonaro. Dependerá de si el país reacciona y, de ser así, algún día se va a poner el busto de Javier Milei como hicieron con el de Carlos Menem.