Un joven historiador y publicista llamado Enrique Udaondo en 1913 publicó un libro sobre árboles que por estar ligados "por hechos históricos a las tradiciones patrias" debían ser "custodiados" para salvarlos de la destrucción. Mirando el algarrobo histórico, al pie del cual fueron fusilados el Coronel Mariano Santibañez en 1851 y el Coronel José Mariano Iturbe en 1852, parece haber únicamente olvido e indiferencia.
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Un joven historiador y publicista llamado Enrique Udaondo en 1913 publicó un libro sobre árboles que por estar ligados "por hechos históricos a las tradiciones patrias" debían ser "custodiados" para salvarlos de la destrucción. Mirando el algarrobo histórico, al pie del cual fueron fusilados el Coronel Mariano Santibañez en 1851 y el Coronel José Mariano Iturbe en 1852, parece haber únicamente olvido e indiferencia.
Hoy engullido por la urbanización del sur capitalino, en la avenida Corrientes a pocos metros de la esquina con Burela Este, el ejemplar sigue erguido pero luce totalmente seco con unas pocas plantas aéreas y trepadoras sobre su retorcida figura, además de hongos. En el cantero se ven algunos fragmentos desprendidos del tronco y la desvencijada reja con la placa donde figura la reseña.
En el marco del bicentenario de distintas fechas de gran importancia para Jujuy en la gesta independentista, como este 2022 del fallecimiento del General Manuel Eduardo Arias, bien valdría una revalorización de estos hitos históricos que pasan desapercibidos incluso para los mismos vecinos o establecimientos educativos de la zona de influencia.
No se aprecian semillas y si ya no tiene vida resultaría imposible obtener nuevos retoños pero quizás de alguna manera podría llegar a evitar un final similar al que corrió el vástago del pino de San Lorenzo que se encontraba en el atrio de la Catedral y fue extraído.
Vale recordar que el Coronel Mariano Santibáñez, lugarteniente de Martín Miguel de Güemes y posteriormente hombre de José María Fascio, luchó por la consolidación de las fronteras de la patria y por la independencia política de Jujuy. Enfrentado al gobernador José Mariano Iturbe, éste lo exilió a Bolivia de donde regresó durante la gestión de Roque Alvarado a quien Santibáñez representó en la firma de la alianza en contra de Juan Manuel de Rosas. Tras un nuevo cambio de mando, otra vez Iturbe en la Gobernación depuso a Santibáñez como presidente de la Legislatura, lo apresó y ordenó su fusilamiento en el algarrobo de San Pedrito el 13 de septiembre de 1851.
José Mariano Iturbe fue soldado de Belgrano, lo tomaron prisionero en la Sorpresa de Yavi pero volvió a Jujuy mezclado con las tropas invasoras de Marquiegui de las que escapó y retornó a la causa patriota. Fue mano derecha del primer gobernador de Jujuy, José María Fascio y en 1838 fue designado gobernador por una Asamblea Popular. Dentro de la larga lucha política nacional, Iturbe se expresó como federal adepto a Urquiza. Los convulsionados vaivenes finalizaron en juicio y condena a muerte de Iturbe, cumplida por el gobernador Alejo Belaúnde el 6 de mayo de 1852.
El enfrentamiento entre unitarios y federales determinó sus sangrientos finales.
Según el Diccionario General de Jujuy en 1913 una nota periodística hablaba de un desgajamiento importante del algarrobo. Mas como una sombra, hoy sigue en pie.
Caso del pino que dejó la Catedral
En el 2016 se extrajo de la explanada del atrio de la Catedral Basílica el vástago del “Histórico Pino de San Lorenzo” que había sucumbido por la proliferación de un hongo fitopatógeno. La medida obedeció a la caída imprevista de una de sus ramas sin que afortunadamente se produjeran daños.
“El árbol no deja de ser una vida y la vida en este caso se fue a través de una serie de hongos que lo invadieron y por ese motivo falleció y al fallecer se estaba llevando a cabo un proceso de descomposición a través de la caída de las ramas”, señaló entonces el director de Espacios Verdes capitalino, Carlos Hansen. Y así desapareció el cantero.