La historia de un pueblo profundamente religioso y especialmente Cristiano se ve reflejado en hechos y en diferentes muestras que nos acerca la historia, pero a ello deben sumarse acontecimientos que reflejan la magnitud de una férrea creencia.
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La historia de un pueblo profundamente religioso y especialmente Cristiano se ve reflejado en hechos y en diferentes muestras que nos acerca la historia, pero a ello deben sumarse acontecimientos que reflejan la magnitud de una férrea creencia.
El cristianismo introducido por los mercedarios y los franciscanos quienes nos legaron iglesias catedrales importantes, capillas y parroquias y junto a ellas pinturas cuzqueñas e importantes imágenes.
Jujuy es una de las provincias beneficiadas con esas maravillosas obras de artes, pero junto a ellas se pueden rescatar historias de reliquias que se encuentran en poder de algunas familias con marcada tradición en nuestra sociedad.
Una de ellas está relacionada con un Niño Dios llegado desde la Madre Patria y entregado a una familia que en estas fiestas tan caras a la grey católica celebrarán los 310 años de la imagen.
María de los Ángeles Cuenca comentó a El Tribuno de Jujuy que "en el año 1712 la imagen del Niño Jesús llega a Sudamérica desde España, entrando por la ruta del Cusco, Perú, en posesión de las personas que posteriormente "cambiarían" al niño a nuestra familia en el año 1862. La imagen ya poseía 150 años de antigüedad al momento de llegar a nuestro hogar".
"Desde 1862 hasta la actualidad -agregó Cuenca- la imagen del Niño Jesús ha sido transmitida de generación en generación en nuestra familia cultivando la cultura de la devoción y adoración del mismo, la cual seguirá latente para nuestra posteridad y futuras generaciones".
La imagen esta hecha de yeso, esmaltado y pintado cuidadosamente para destacar los rasgos del niño Dios, los labios, cejas, pómulos y barbilla. Cabe destacar también que la valiosa escultura posee cabello natural, ojos de vidrio que aparentan ser reales, dientes de nácar y lengua. Asimismo, su tamaño es similar a la de un niño recién nacido y posee la cuna y urna de conservación originales.
Asimismo remarcó que "desde que se encuentra en nuestra Familia se le obsequio una corona tallada en oro, y ha recibido decenas de obsequios como prendedores, rosarios, pulseras, otorgados por personas devotas en forma de agradecimiento por las gracias otorgadas, como así también se le confecciona cuidadosamente cada año el vestuario que estrena en su día de aniversario que es el 6 de enero, el día de los Santos Reyes Magos".
María de los Ángeles Cuenca remarcó que pese a los años que tiene, "su estado de conservación es excelente gracias al cuidado que dedicó cada generación de nuestra familia. Este año 2022 la imagen del Niño Dios cumple 310 años de antigüedad y 160 años al cuidado de la familia Cuenca y sus antecesores".
Desde el año 2016 se encuentra a cargo de María de los Ángeles Cuenca, quien reside en San Salvador de Jujuy, anteriormente estuvo a cargo de Pedro Miguel Cuenca quien falleció en 2016 en la Ciudad de Salta, entregando a su única sobrina la imagen antes de su partida. Anteriormente la pieza estuvo muchos años en la ciudad de la Quiaca a cargo de Rosario Mercedes Sediles abuela de la actual devota.
Finalmente remarcó que "hoy la imagen se encuentra en el barrio Chijra de la capital y será compartida a toda la comunidad el día del encuentro de pesebres que se realiza cada año en el mes de enero en la basílica Catedral, para compartir su historia y permitir que el niño pueda vivenciar el amor y adoración de los pesebres y devotos de esta provincia, a la cual siempre perteneció".
La actual dueña y devota del Niñito Jesús hizo un llamado a los jujeños a "que el nacimiento de nuestro Señor Jesús nos motive desde lo más profundo de nuestros corazones a recibirlo con alegría y nos comprometamos a vivir en paz, en familia, con humildad, empatía, perdón y por sobre todo con unión y tolerancia en nuestra comunidad, en la sociedad, y en nuestros hogares".