Independiente de Avellaneda sacó chapa y se impuso dos a uno a Flamengo de Brasil en el estadio "Libertadores de América".
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Independiente de Avellaneda sacó chapa y se impuso dos a uno a Flamengo de Brasil en el estadio "Libertadores de América".
La revancha se jugará el próximo miércoles en el estadio Maracaná, que se encuentra en el corazón de Río de Janeiro, Brasil.
Por momentos jugó bien, en otros fue superado, pero el mayor mérito pasó por el hecho de que supo sobreponerse a la adversidad de arrancar perdiendo y dio vuelta el marcador. La próxima semana, con un empate en Río de Janeiro, se coronará campeón del certamen internacional.
Fue la visita quien sorprendió de entrada. Es que a los 8 minutos, el central Rever ganó en los aires y mandó el balón al fondo de las mallas. Miraron los defensores del "rojo" y también su arquero Martín Campaña.
El gol fue un baldazo de agua helada para todos. Había clima de fiesta, pero el "invitado" se encargó de arruinar todo con un cabezazo impecable.
Los nervios bajaron desde las tribunas y se instalaron en el campo. Independiente cometió todo tipo de errores. Confundió velocidad con apresuramiento. Sus hombres habilidosos, Barco, Benítez y Meza, se la pasaron luchando en lugar de jugar. Y el equipo de Avellaneda lo sintió.
Es más, los cariocas pudieron definir la historia, pero Paquetá se comió el segundo.
Luego, el dueño de casa mejoró radicamente a partir que el mediocampo se adueñó de la pelota y la única manera que tuvo para frenar el ímpetu local fue con infracciones violentas.
Silva avisó con un tiro libre, pero fue el "Puma" Gigliotti quien se encargó de igualar el encuentro, tras la mejor jugada colectiva de la noche.
Los minutos finales de la etapa estuvieron de más, pero apenas comenzó el complemento, Independiente armó un "jugadón" y Meza, de volea, infló la red.
Con la ventaja a su favor, el conjunto de Ariel Holan se sintió cómodo. Hizo circular el balón, tocó de primera y no abusó de los pelotazos al área carioca.
Lejos fue le mejor momento del "rojo" y Barco estuvo a punto de marcar el tercero, pero la fortuna le dijo que no. Un rato más tarde el ingresado Martínez asistió a Gigliotti, pero el centrodelantero no pudo llegar. Era gol.
Los minutos fueron pasando, pero Flamengo mejoró y salió del asedio. Y aunque intentó tibiamente buscar el empate, no tuvo ideas arriba.
El "diablo rojo" se fue feliz, sabiendo que dentro de una semana tendrá que revalidar lo hecho anoche para coronarse.