La presidente de Brasil, Dilma Rousseff, sumó ayer un apoyo clave del Senado a partir de que el titular de la Cámara alta, Renán Calheiros, descartara dar curso a un pedido de juicio político, bandera defendida por la oposición, y propusiera una agenda de reformas para enfrentar la crisis económica que atraviesa el Gobierno.
El jefe del Senado rechazó acelerar el análisis de las cuentas del Gobierno en 2014 impulsado por el líder de Diputados, Eduardo Cunha, considerado el opositor más convencido de promover el impeachment, o juicio político, contra la mandataria.
Si el Senado no revisa el balance de la gestión de Rousseff se impedirá, al menos por ahora, que haya argumentos para eventuales pedidos de impeachment.
La mandataria dijo ayer en el Palacio del Planalto, sede del Ejecutivo, que está "muy de acuerdo" con la actitud de Calheiros, quien el lunes también propuso una agenda de reformas económicas para facilitar una salida a la crisis. El líder del Senado adoptó una posición más conciliadora que Cunha, quien cuestionó ayer el encuentro que ayer mantuvieron senadores y gobierno en el Palacio da Alvorada, residencia presidencial, y advirtió que el Congreso está compuesto por "las dos Cámaras y no por una".
Rousseff cenó con un grupo de senadores a los que solicitó colaborar con la gobernabilidad del país.
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La presidente de Brasil, Dilma Rousseff, sumó ayer un apoyo clave del Senado a partir de que el titular de la Cámara alta, Renán Calheiros, descartara dar curso a un pedido de juicio político, bandera defendida por la oposición, y propusiera una agenda de reformas para enfrentar la crisis económica que atraviesa el Gobierno.
El jefe del Senado rechazó acelerar el análisis de las cuentas del Gobierno en 2014 impulsado por el líder de Diputados, Eduardo Cunha, considerado el opositor más convencido de promover el impeachment, o juicio político, contra la mandataria.
Si el Senado no revisa el balance de la gestión de Rousseff se impedirá, al menos por ahora, que haya argumentos para eventuales pedidos de impeachment.
La mandataria dijo ayer en el Palacio del Planalto, sede del Ejecutivo, que está "muy de acuerdo" con la actitud de Calheiros, quien el lunes también propuso una agenda de reformas económicas para facilitar una salida a la crisis. El líder del Senado adoptó una posición más conciliadora que Cunha, quien cuestionó ayer el encuentro que ayer mantuvieron senadores y gobierno en el Palacio da Alvorada, residencia presidencial, y advirtió que el Congreso está compuesto por "las dos Cámaras y no por una".
Rousseff cenó con un grupo de senadores a los que solicitó colaborar con la gobernabilidad del país.
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