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En el clásico la fiesta fue de General Lavalle

Sabado, 04 de abril de 2015 00:00
Tras un tiro de esquina / Los jugadores de ambos equipos pelean por el balón.&nbsp;<div>
Al compás del "ole, ole" de la gente, General Lavalle se quedó con el clásico ante Atlético Cuyaya. Las acciones en "La Tablada" fueron controladas por Federico Tello.
Se floreó. El equipo dirigido por Santiago López jugó el partido de la segunda fecha como una final dejando en claro que los clásicos son partidos aparte.
Manejó la pelota y de entrada tras un tiro de esquina, Colqui sólo por el medio recibió el balón e infló las mallas. Todo Cuyaya quedó estático.
Después, hubo mucha pierna fuerte. La pelota fue maltratada y se pasó por el aire de un lado para el otro. Ninguno le daba claridad, sin embargo el "general" siempre estuvo bien parado y sin perder el orden hilvanó un par de jugadas. Cussi encaró por derecha y remató cruzado, con lo justo sacó por encima del horizontal el arquero Arjona.
Cuando expiraba la primera parte, Aldana guapeó por derecha, puso un centro cruzado que Milton Velázquez no alcanzó a definir, pero el rebote le quedó a Aldana que definió cerca del ángulo izquierdo.
Con la ventaja a favor de Lavalle se fueron al descanso.
En la segunda mitad Pablo Arancibia, técnico de Cuyaya, mandó a la cancha a César Ruiz esperanzado en encontrar algo de fútbol. Pero el volante no fue la solución porque no encontró un socio ideal que pueda dialogar para generar juego. Los delanteros lucharon más de la cuenta, entonces corrieron mal. Así y todo, desordenado, el "bandeño" intentaba llevarse por delante a la armada de Lavalle.
Zequeiros entró por Colqui y le dio aire a Lavalle. Manejó la mitad de la cancha junto a Ibarrola y cada vez que intentó encarar hacia adelante con velocidad, complicó al "bandeño".
La polémica de la tarde llegó a los 26 minutos. Calizaya de pasada lo enganchó a Milton Velázquez dentro del área grande. A centímetros de la línea, sin embargo el árbitro Federico Tello vio la acción afuera y no cobró un claro penal. Algo que podría haber marcado el empate.
Para colmos, Ortega desde atrás derribó a Zequeiros y se fue expulsado.
Con un jugador menos y con tres delanteros, Cuyaya no supo llevar peligro. Lavalle lo tuvo bien controlado.
Con espacios, el "general" puso cifras definitivas. Zequeiros recibió sólo por el medio la bocha y tras una finta ante la marca de Pérez definió abajo.
Sin ideas e impulsado por su gente, Cuyaya siguió buscando el arco de enfrente. En una pelota parada, Calizaya se topeteó con un jugador de Cuyaya y se fue expulsado.
Con bocha dominada, Zequeiros buscó el tercero pero remató cerca. Ahí comenzó el "ole, ole" de la gente de Mariano Moreno. Lavalle manejó los tiempos, nunca perdió el orden y terminó festejando un clásico esperado por todos.
Tras el pitazo final, los jugadores de ambos equipos se saludaron en la mitad de la cancha. Un gesto de caballerosidad sin dudas dejando en claro que todo queda allí. Después, los "generales" fueron a dedicarle la victoria a su gente que en buen número dijeron presentes.
La fiesta fue de Lavalle, por eso hoy, el populoso barrio de Mariano Moreno está de festejo. Ganó con claridad y sueña a lo grande con pelear la clasificación al Federal C de la próxima temporada. Para ese sueño mucho tiene que ver Santiago López, un técnico con mística en el club y al cual le sienta bien dirigir.
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Al compás del "ole, ole" de la gente, General Lavalle se quedó con el clásico ante Atlético Cuyaya. Las acciones en "La Tablada" fueron controladas por Federico Tello.
Se floreó. El equipo dirigido por Santiago López jugó el partido de la segunda fecha como una final dejando en claro que los clásicos son partidos aparte.
Manejó la pelota y de entrada tras un tiro de esquina, Colqui sólo por el medio recibió el balón e infló las mallas. Todo Cuyaya quedó estático.
Después, hubo mucha pierna fuerte. La pelota fue maltratada y se pasó por el aire de un lado para el otro. Ninguno le daba claridad, sin embargo el "general" siempre estuvo bien parado y sin perder el orden hilvanó un par de jugadas. Cussi encaró por derecha y remató cruzado, con lo justo sacó por encima del horizontal el arquero Arjona.
Cuando expiraba la primera parte, Aldana guapeó por derecha, puso un centro cruzado que Milton Velázquez no alcanzó a definir, pero el rebote le quedó a Aldana que definió cerca del ángulo izquierdo.
Con la ventaja a favor de Lavalle se fueron al descanso.
En la segunda mitad Pablo Arancibia, técnico de Cuyaya, mandó a la cancha a César Ruiz esperanzado en encontrar algo de fútbol. Pero el volante no fue la solución porque no encontró un socio ideal que pueda dialogar para generar juego. Los delanteros lucharon más de la cuenta, entonces corrieron mal. Así y todo, desordenado, el "bandeño" intentaba llevarse por delante a la armada de Lavalle.
Zequeiros entró por Colqui y le dio aire a Lavalle. Manejó la mitad de la cancha junto a Ibarrola y cada vez que intentó encarar hacia adelante con velocidad, complicó al "bandeño".
La polémica de la tarde llegó a los 26 minutos. Calizaya de pasada lo enganchó a Milton Velázquez dentro del área grande. A centímetros de la línea, sin embargo el árbitro Federico Tello vio la acción afuera y no cobró un claro penal. Algo que podría haber marcado el empate.
Para colmos, Ortega desde atrás derribó a Zequeiros y se fue expulsado.
Con un jugador menos y con tres delanteros, Cuyaya no supo llevar peligro. Lavalle lo tuvo bien controlado.
Con espacios, el "general" puso cifras definitivas. Zequeiros recibió sólo por el medio la bocha y tras una finta ante la marca de Pérez definió abajo.
Sin ideas e impulsado por su gente, Cuyaya siguió buscando el arco de enfrente. En una pelota parada, Calizaya se topeteó con un jugador de Cuyaya y se fue expulsado.
Con bocha dominada, Zequeiros buscó el tercero pero remató cerca. Ahí comenzó el "ole, ole" de la gente de Mariano Moreno. Lavalle manejó los tiempos, nunca perdió el orden y terminó festejando un clásico esperado por todos.
Tras el pitazo final, los jugadores de ambos equipos se saludaron en la mitad de la cancha. Un gesto de caballerosidad sin dudas dejando en claro que todo queda allí. Después, los "generales" fueron a dedicarle la victoria a su gente que en buen número dijeron presentes.
La fiesta fue de Lavalle, por eso hoy, el populoso barrio de Mariano Moreno está de festejo. Ganó con claridad y sueña a lo grande con pelear la clasificación al Federal C de la próxima temporada. Para ese sueño mucho tiene que ver Santiago López, un técnico con mística en el club y al cual le sienta bien dirigir.

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