La gendarmería reanudó ayer desde la localidad de
Seyne-les-Alpes, en el sudeste de
Francia, las operaciones de recuperación de los cuerpos de las víctimas y la búsqueda de la segunda caja negra del avión.
Un total de 37 socorristas y 11 gendarmes de la policía científica fueron trasladados en helicópteros al lugar donde se estrelló el avión de la línea aérea
Germanwings.
La investigación, dirigida por la justicia francesa, se extendió el jueves a Alemania después de que el fiscal francés Brice Robin revelara que la catástrofe se debió probablemente a un acto voluntario del copiloto Andreas Lubitz. Según el fiscal, Lubitz aprovechó la ausencia por unos minutos del comandante del vuelo para encerrarse en la cabina de pilotaje y proceder a las maniobras para estrellar el avión. Según un diario alemán, el comandante del vuelo había intentado derribar la puerta de la cabina con un hacha, pero no lo logró.
El martes, el avión se estrelló provocando la muerte de las 150 personas que iban a bordo, entre ellas 75 alemanes y 51 españoles.
La policía alemana allanó el jueves un apartamento de Lubitz en Dusseldorf y se incautó de documentos.
"Durante la inspección del apartamento del copiloto, hemos recogido pistas. Se trata de diferentes objetos y papeles", afirmó un portavoz de la policía de Dusseldorf, Marcel Fiebig.
El portavoz precisó que hasta ahora no se había encontrado ningún "indicio clave". Los investigadores incautaron una computadora, dos grandes bolsas azules y una caja, tras inspeccionar los dos domicilios del copiloto, en Dusseldorf y en Montabaur, en el estado alemán de Renania-Palatinado.
Ayer por la mañana, la policía protegía el domicilio de los padres del copiloto en Montabaur.
El jueves, las familias de las víctimas españolas y alemanas y de algunos tripulantes estuvieron en Seyne-les-Alpes.
Un grupo de unos diez españoles decidió quedarse en los alrededores, indicó Julio Gómez-Pomar, secretario de Estado español de Infraestructuras, Transporte y Vivienda.
Las revelaciones sobre las circunstancias de la tragedia han hecho que compañías como Norwegian Air Schuttle e EasyJet hayan decidido que en las cabinas de pilotaje siempre tiene que haber dos personas.
Por su parte, la Aviación Civil Internacional (Oaci) reiteró la necesidad de que los pilotos de vuelos comerciales pasen exámenes psicológicos y físicos regularmente.
La gendarmería reanudó ayer desde la localidad de
Seyne-les-Alpes, en el sudeste de
Francia, las operaciones de recuperación de los cuerpos de las víctimas y la búsqueda de la segunda caja negra del avión.
Un total de 37 socorristas y 11 gendarmes de la policía científica fueron trasladados en helicópteros al lugar donde se estrelló el avión de la línea aérea
Germanwings.
La investigación, dirigida por la justicia francesa, se extendió el jueves a Alemania después de que el fiscal francés Brice Robin revelara que la catástrofe se debió probablemente a un acto voluntario del copiloto Andreas Lubitz. Según el fiscal, Lubitz aprovechó la ausencia por unos minutos del comandante del vuelo para encerrarse en la cabina de pilotaje y proceder a las maniobras para estrellar el avión. Según un diario alemán, el comandante del vuelo había intentado derribar la puerta de la cabina con un hacha, pero no lo logró.
El martes, el avión se estrelló provocando la muerte de las 150 personas que iban a bordo, entre ellas 75 alemanes y 51 españoles.
La policía alemana allanó el jueves un apartamento de Lubitz en Dusseldorf y se incautó de documentos.
"Durante la inspección del apartamento del copiloto, hemos recogido pistas. Se trata de diferentes objetos y papeles", afirmó un portavoz de la policía de Dusseldorf, Marcel Fiebig.
El portavoz precisó que hasta ahora no se había encontrado ningún "indicio clave". Los investigadores incautaron una computadora, dos grandes bolsas azules y una caja, tras inspeccionar los dos domicilios del copiloto, en Dusseldorf y en Montabaur, en el estado alemán de Renania-Palatinado.
Ayer por la mañana, la policía protegía el domicilio de los padres del copiloto en Montabaur.
El jueves, las familias de las víctimas españolas y alemanas y de algunos tripulantes estuvieron en Seyne-les-Alpes.
Un grupo de unos diez españoles decidió quedarse en los alrededores, indicó Julio Gómez-Pomar, secretario de Estado español de Infraestructuras, Transporte y Vivienda.
Las revelaciones sobre las circunstancias de la tragedia han hecho que compañías como Norwegian Air Schuttle e EasyJet hayan decidido que en las cabinas de pilotaje siempre tiene que haber dos personas.
Por su parte, la Aviación Civil Internacional (Oaci) reiteró la necesidad de que los pilotos de vuelos comerciales pasen exámenes psicológicos y físicos regularmente.