Grecia se impuso ayer como tema dominante en la cumbre de la Unión Europea (UE), durante la cual el primer ministro Alexis Tsipras se reunirá con los principales acreedores de su país, ante una situación que responsables del bloque consideran como "peligrosa".
Oficialmente Grecia no figura en la agenda, pero una reunión al margen entre Tsipras, la alemana Angela Merkel y el francés François Hollande, acapara la atención. En este encuentro, organizado por el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, participarán también el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker; el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi; y el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem.
"Esta reunión informal no será decisiva", dijo Tusk en conferencia de prensa subrayando que "nadie quiere un Grexit", esto es, que Grecia salga de la zona euro. "Todos quieren evitar un accidente", dijo.
La canciller alemana, Angela Merkel, se había pronunciado en el mismo sentido ayer por la mañana. Ante el Bundestag dejó claro que "nadie puede esperarse una solución esta noche", en referencia al encuentro previsto con Tsipras. El presidente francés pidió por su parte que el gobierno griego respete sus "compromiso" de implementar reformas.
Grecia necesita 7.000 millones de euros del plan de rescate por un monto total de 240.000 millones acordado desde 2010.
Grecia se encuentra en una situación extrema. Necesita liquidez para hacer frente en las próximas semanas a importantes vencimientos y cuenta para ello con el último tramo de unos 7.000 millones de euros del plan de rescate acordado desde 2010 por un monto total de 240.000 millones. Necesita en particular unos 2 o 3 millones de euros en los próximos días para quedar a flote.
A fines de febrero, Atenas y la Eurozona llegaron a un acuerdo según el cual se consintió a Grecia negociar con sus acreedores las reformas exigidas. Pero esta negociación parece totalmente bloqueada.
En medio de este tenso contexto, el Parlamento griego adoptó el miércoles con una abrumadora mayoría el primer proyecto de ley enviado por el gobierno griego de izquierda radical cuyo objetivo es el de asistir a los más pobres, en respuesta a las promesas electorales realizadas.
Su objetivo, entre otros, es socorrer a las familias privadas de electricidad o que se enfrentan a problemas de vivienda o de alimentación.
Esta ley provocó un nuevo cruce entre Atenas y la Comisión Europea, que fiscaliza, junto a los expertos del Banco Central Europeo y del Fondo Monetario Internacional, las cuentas y reformas de Grecia.
Rusia y las sanciones
Los 28 miembros de la Unión Europea también debatirán sobre prorrogar la vigencia de las sanciones económicas contra Rusia adoptadas en julio tras el derribo de un avión de línea sobre Ucrania.
Según fuentes diplomáticas, los 28 se habrían puesto de acuerdo para prorrogar la validez de las sanciones hasta fines de 2015, dado que algunos puntos del acuerdo de paz de Minsk deben implementarse de manera progresiva hasta fin de año.
De esta manera, mientras este acuerdo de paz no se aplique en su totalidad, la Unión Europea mantendría las medidas contra Rusia.
"Podemos hablar de prorrogar las sanciones o de la manera de aumentarlas si Rusia no está dispuesta a implementar el acuerdo de Minsk", dijo el primer ministro ucraniano, Arseni Yatseniuk.
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Grecia se impuso ayer como tema dominante en la cumbre de la Unión Europea (UE), durante la cual el primer ministro Alexis Tsipras se reunirá con los principales acreedores de su país, ante una situación que responsables del bloque consideran como "peligrosa".
Oficialmente Grecia no figura en la agenda, pero una reunión al margen entre Tsipras, la alemana Angela Merkel y el francés François Hollande, acapara la atención. En este encuentro, organizado por el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, participarán también el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker; el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi; y el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem.
"Esta reunión informal no será decisiva", dijo Tusk en conferencia de prensa subrayando que "nadie quiere un Grexit", esto es, que Grecia salga de la zona euro. "Todos quieren evitar un accidente", dijo.
La canciller alemana, Angela Merkel, se había pronunciado en el mismo sentido ayer por la mañana. Ante el Bundestag dejó claro que "nadie puede esperarse una solución esta noche", en referencia al encuentro previsto con Tsipras. El presidente francés pidió por su parte que el gobierno griego respete sus "compromiso" de implementar reformas.
Grecia necesita 7.000 millones de euros del plan de rescate por un monto total de 240.000 millones acordado desde 2010.
Grecia se encuentra en una situación extrema. Necesita liquidez para hacer frente en las próximas semanas a importantes vencimientos y cuenta para ello con el último tramo de unos 7.000 millones de euros del plan de rescate acordado desde 2010 por un monto total de 240.000 millones. Necesita en particular unos 2 o 3 millones de euros en los próximos días para quedar a flote.
A fines de febrero, Atenas y la Eurozona llegaron a un acuerdo según el cual se consintió a Grecia negociar con sus acreedores las reformas exigidas. Pero esta negociación parece totalmente bloqueada.
En medio de este tenso contexto, el Parlamento griego adoptó el miércoles con una abrumadora mayoría el primer proyecto de ley enviado por el gobierno griego de izquierda radical cuyo objetivo es el de asistir a los más pobres, en respuesta a las promesas electorales realizadas.
Su objetivo, entre otros, es socorrer a las familias privadas de electricidad o que se enfrentan a problemas de vivienda o de alimentación.
Esta ley provocó un nuevo cruce entre Atenas y la Comisión Europea, que fiscaliza, junto a los expertos del Banco Central Europeo y del Fondo Monetario Internacional, las cuentas y reformas de Grecia.
Rusia y las sanciones
Los 28 miembros de la Unión Europea también debatirán sobre prorrogar la vigencia de las sanciones económicas contra Rusia adoptadas en julio tras el derribo de un avión de línea sobre Ucrania.
Según fuentes diplomáticas, los 28 se habrían puesto de acuerdo para prorrogar la validez de las sanciones hasta fines de 2015, dado que algunos puntos del acuerdo de paz de Minsk deben implementarse de manera progresiva hasta fin de año.
De esta manera, mientras este acuerdo de paz no se aplique en su totalidad, la Unión Europea mantendría las medidas contra Rusia.
"Podemos hablar de prorrogar las sanciones o de la manera de aumentarlas si Rusia no está dispuesta a implementar el acuerdo de Minsk", dijo el primer ministro ucraniano, Arseni Yatseniuk.
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