La ciudad de Raqqa, considerada como la capital del
Estado Islámico, fue bombardeada por la fuerza aérea francesa en un operativo que incluyó a diez aviones de combate y veinte bombas.
Luego de los ataques ocurridos el pasado viernes en
Francia, el presidente
François Hollande declaró la guerra al Estado Islámico y sostuvo que Francia sería "implacable contra los bárbaros".
Al menos 150 personas murieron y 200 resultaron heridas, 80 de ellas graves, en múltiples ataques perpetrados en distintos puntos de París a lo largo de la tarde y la noche en la agresión más grave y extensa contra la capital francesa desde la Segunda Guerra Mundial, según el presidente de Francia, François Hollande, quien declaró el estado de excepción y el cierre de las fronteras, así como un despliegue de fuerzas militares en todo el país.