La periodista y escritora, de 67 años, es la decimocuarta mujer recompensada por el Nobel de Literatura desde su creación en 1901.
"Es una gran escritora, que encontró nuevos caminos literarios", dijo
Sara Danius, la secretaria de la Academia Sueca.
"Durante los 30 ó 40 últimos años dedicó su tiempo a la cartografía del individuo soviético y postsoviético. Pero no es una historia de los acontecimientos. Es una historia de las emociones, una historia del alma", explicó Danius en la Fundación Nobel.
Alexievich dijo sentir una "gran alegría", tras obtener el premio, e instó a "no hacer concesiones ante el poder totalitario". También dijo "amar" al "mundo ruso", pero no a dirigentes como Stalin o el actual presidente de Rusia, Vladimir Putin.
Alexievich, que llevaba años entre los favoritas para hacerse con el premio, es autora de libros sobrecogedores sobre la catástrofe de Chernobyl o la guerra de Afganistán, prohibidos en su país, que no le perdona el retrato que hizo del "homo sovieticus", un ser incapaz de ser libre. Muchos de sus compatriotas la leen, aunque el régimen autoritario del presidente Alexander Lukashenko impide sus apariciones públicas en Minsk, donde reside parte del año.
Con este premio, el régimen de Minsk "estará obligado a escucharme. Hay tantas personas cansadas que ya no tienen la fuerza de creer. (El galardón) puede significar algo para ellas", afirmó Alexievich.
"Es una recompensa no sólo para mí, sino también para nuestra cultura, nuestro pequeño país".
Por último, Svetlana reafirmó: "Amo al mundo ruso, pero al mundo ruso humano", dijo. "No amo a Beria (director de la policía secreta estalinista), Stalin, Putin", puntualizó.
La periodista y escritora, de 67 años, es la decimocuarta mujer recompensada por el Nobel de Literatura desde su creación en 1901.
"Es una gran escritora, que encontró nuevos caminos literarios", dijo
Sara Danius, la secretaria de la Academia Sueca.
"Durante los 30 ó 40 últimos años dedicó su tiempo a la cartografía del individuo soviético y postsoviético. Pero no es una historia de los acontecimientos. Es una historia de las emociones, una historia del alma", explicó Danius en la Fundación Nobel.
Alexievich dijo sentir una "gran alegría", tras obtener el premio, e instó a "no hacer concesiones ante el poder totalitario". También dijo "amar" al "mundo ruso", pero no a dirigentes como Stalin o el actual presidente de Rusia, Vladimir Putin.
Alexievich, que llevaba años entre los favoritas para hacerse con el premio, es autora de libros sobrecogedores sobre la catástrofe de Chernobyl o la guerra de Afganistán, prohibidos en su país, que no le perdona el retrato que hizo del "homo sovieticus", un ser incapaz de ser libre. Muchos de sus compatriotas la leen, aunque el régimen autoritario del presidente Alexander Lukashenko impide sus apariciones públicas en Minsk, donde reside parte del año.
Con este premio, el régimen de Minsk "estará obligado a escucharme. Hay tantas personas cansadas que ya no tienen la fuerza de creer. (El galardón) puede significar algo para ellas", afirmó Alexievich.
"Es una recompensa no sólo para mí, sino también para nuestra cultura, nuestro pequeño país".
Por último, Svetlana reafirmó: "Amo al mundo ruso, pero al mundo ruso humano", dijo. "No amo a Beria (director de la policía secreta estalinista), Stalin, Putin", puntualizó.