Es un reconocido grabador, oriundo de la provincia de La Rioja que desde pequeño se interesó por el dibujo y la pintura.
Siempre se interesó en el arte precolombino y el barroco Iberoamericano, por lo que en su obra se encuentra plasmada nuestra cultura y luego de mucho viajar, llegó a España donde se perfeccionó en Litografía y en Grabado Calcográfico.
En esta entrevista, el artista cuenta detalles de su carrera, cómo fueron sus inicios y porqué todos los días elige ser grabador. Definido como un bohemio incansable, don Pedro propone una obra con una mística latinoamericana perceptible y de gran impacto visual. Creaciones que se expusieron recientemente en la muestra colectiva "Engrama" en el centro cultural "Culturarte" de nuestra ciudad.
Ya hace muchos años que frecuento Jujuy, Tilcara; sobre todo y también otros lugares donde expuse con colegas en otras oportunidades. Tilcara siempre se caracterizó por su energía y la cantidad de museos que tiene. Tantos pintores y escritores que pasaron por ahí, yo traigo lo mío que es una serie de grabados en madera que proponen no tan solo los mitos de la zona andina sino que tienen connotaciones universales y en "Culturarte" debe ser la tercera o cuarta vez que expongo. También expuse en Buenos Aires, Rosario, Colombia, del mismo modo; en esta confrontación en donde hay escultura, cerámica y objetos. Hay una diversidad del lenguaje pero el contenido es el mismo, un contenido muy humanístico porque es algo como la exaltación de estar vivo, por ese motivo estoy muy contento.
¿Cuándo se inició en este arte?
En grabado comencé a trabajar en La Rioja, desde el año 1956, cuando era casi un niño porque ahí hacía un grabador que le gustaba los trabajos míos. Fue muy didáctica esa época. Luego fui a estudiar a Córdoba con un maestro francés, en los años ´58 y ´59. Seguí estudiando grabado en todas las modalidades, luego me trasladé a España, a Ibiza, en Barcelona donde estudié la técnica en piedra, donde también he vivido gratas experiencias, después fui a donde trabajó Goya e hice grabado en cobre, trabajé con grabado cacográfico y ese bagaje técnico me ayudó para el reto de mi vida, en todo lo que pudiera hacer. Esa es una técnica que entonces tengo ahora, falta ver si la imagen responde a esa técnica como así también las cosas conseguidas. El arte del grabado es una cuestión de insistencia.
¿Qué lo motivó a seguir este camino?
Siendo muy chico en La Rioja y haciendo una muestra en tinta china, mi maestro me dijo: "mirá te voy a prestar una gubia y de ahí seguí". Después me explicó que el grabado es un lenguaje muy escueto, menos espacial que la escultura, menos visual que la pintura, pero puede decir muchas cosas a la vez, como impacto, como mensaje religioso, contestatario, anárquico. Como por ejemplo, el grabado japonés que exhibe una gran tradición, donde se pintaban demonios como personajes muy representativos de la cultura asiática o en el mundo europeo, que servía para cultivar a las masas incultas, porque los frailes o los curas eran los únicos eruditos. Y así, cada caso, grabar es un acto de comunicación, de querer decir algo y me gustó esa manera de decirlo a lo largo de la historia.
Sus influencias...
Para mí por excelencia, el maestro del siglo veinte fue Antonio Berni, también Lino Spilimbergo y Gómez Cornet. También Quinquela Martín y Victorica, el Negro Juárez y Pepe Alonso. Cuando uno hace algo, no lo está inventando, sino que uno ya lo tenía asimilado y aflora en el caso de esa necesidad.
¿Cree en la inspiración?
Roden, por ejemplo, el gran escultor francés y Pablo Picasso no creían en la inspiración. Picasso decía que no sabía si existía la inspiración pero que si existiera, que me encuentre trabajando. Y Roden decía, la inspiración es el diez por ciento y el noventa por ciento es transpiración. Yo creocon toda sinceridad que un artista es como ser un obrero, no es un tipo iluminado o fuera de serie, sino un peón común en el mundo de la cultura.
¿Cuál es la raíz de su pasión por los mitos?
El grupo este se fue generando, como vivimos en Tilcara que es un pueblo chico, donde nos vemos casi a diario. Cada uno trabajaba en lo suyo y muchos somos gente madura en cuanto al arte y nos fuimos uniendo para exponer juntos porque así hacemos más fuerza, más cohesión y representamos a un lugar entonces a artistas plásticos que vivimos en Tilcara, por su energía, cada amanecer allí es todo un espectáculo de color. Soy nacido en La Rioja, parte de familia riojana y parte de familia puntana, pero más que nada soy del Noroeste porque he pasado muchos años en Tucumán, Jujuy y Salta también en Oruro y Tupiza, cuatro años en España, dos años y medio en México, con esto te quiero decir que fui buscando el origen de la cultura americana en mi camino, que siento que es una mezcla de cultura negra, africana. A partir de ahí, de lo que percibo aprendí mucho. Estar en contacto directo con la cultura de cada país fue de una riqueza excepcional para mí. Eso define mi obra que es en resumen, la pasión por la cultura que nos acompaña desde siempre.
¿Cuál es su concepto de grabado?
El grabado es el más popular de las artes y el más político. Una obra de arte puede ser reproducida cien veces o mil veces, en cambio un cuadro al óleo sólo se ve por un determinado número de personas. El grabado se puede repetir y puede provocar, generar y puede adherirse a un hecho histórico, es decir, que el grabado no pierde vigencia nunca.
¿En su vida qué representa?
Representa todo, tal es así que voy a cumplir 80 años pronto y sigo trabajando en grabado de manera constante e investigando siempre que puedo, como si fuera el primer día. Así que para mí significa el fundamento, la razón de vivir. Además, vivo constantemente trabajando. El día que no haga un grabado o una pintura tomo un lápiz y dibujo. Ahora que estoy de asesor de Cultura en La Rioja, tengo algunos momentos libres y me pongo a dibujar. Un gran maestro me decía que hay que ser como un deportista y hay que trabajar mucho, que las cosas geniales no se saben cómo se hacen y que el tiempo lo dirá.