Por su parte el defensor técnico de Velasquez, Martín Miguel Castro, se opuso a la base fáctica de la Fiscalía y se adhirió a lo manifestado por su colega defensor, pero no en la acusación.
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Por su parte el defensor técnico de Velasquez, Martín Miguel Castro, se opuso a la base fáctica de la Fiscalía y se adhirió a lo manifestado por su colega defensor, pero no en la acusación.
'Curiosamente -esgrimió Castro- no se encontró una vaina ni nada, todos son contestes en que se escuchó un estruendo y que uno de los testigos y el otro amigo salieron corriendo; o sea que no tuvieron la posibilidad de distorsionar la escena del crimen, pero no se encontraron vainas de los tres tiros que supuestamente se hicieron'.
A su vez el penalista también aseguró que 'no se ha probado con la certeza que tendría que existir en esta etapa, quién efectuó el disparo y de donde vino', considerando que 'es muy posible que haya venido de los propios amigos de la víctima, lo que podría haberse acreditado con la investigación suplementaria.
Sumado a esto se permitió dudar de la investigación del hecho y dijo 'no quedaron vainas servidas y los únicos que podrían haber modificado la escena del crimen fueron los chicos del barrio la Paz, porque se quedaron, y la provocación no vino de parte de su cliente'.
A raíz de sus argumentos Castro solicitó en primer término la absolución de los dos acusados por el 'beneficio de la duda, por no haber llegado con certeza a acreditar los hechos'.