“Hay que desterrar el concepto de que el menor precio implica menor calidad”, aseguró el presidente del Instituto de Seguros de Jujuy (ISJ), Daniel Palumbo, en recientes declaraciones a la prensa, en las que ratificó los conceptos que vertió en uno de los últimos encuentros del Consejo de Obras y Servicios Sociales Provinciales de la República Argentina (Cosspra), que tuvo como epicentro del cónclave el análisis de la política nacional de medicamentos.
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“Hay que desterrar el concepto de que el menor precio implica menor calidad”, aseguró el presidente del Instituto de Seguros de Jujuy (ISJ), Daniel Palumbo, en recientes declaraciones a la prensa, en las que ratificó los conceptos que vertió en uno de los últimos encuentros del Consejo de Obras y Servicios Sociales Provinciales de la República Argentina (Cosspra), que tuvo como epicentro del cónclave el análisis de la política nacional de medicamentos.
El funcionario sostuvo que en el imaginario colectivo existe un concepto devaluado de los denominados medicamentos genéricos y que ello ha privado a un importante sector de la población de bajos ingresos el acceso a medicamentos eficaces y de menores costos. Refirió además que sería conveniente asimilar la denominación de genéricos a las monodrogas que se distribuyen con diferentes nombres comerciales y “no quedarse con la idea de que estos medicamentos son de baja calidad o de segunda categoría”.
Aclaró además que existe un riguroso control por parte de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología (Anmat), organismo dependiente del Ministerio de Salud de la Nación, que garantiza la calidad de las monodrogas de todos estos medicamentos y extiende la autorización para su comercialización. “Deberíamos desterrar, por lo mismo, el concepto actual que se tiene sobre los mismos, que por tener un menor costo son asociados a una menor calidad o eficacia”, subrayó.
Palumbo precisó que el costo de los medicamentos surge de varios componentes que van más allá de la monodroga o el insumo utilizado, y mencionó que en el valor final se incluyen otros factores, como ser el envase, las muestras gratis, la folletería, el cargo de los visitadores médicos, la publicidad por medios masivos, la organización de eventos con coberturas de traslados y participaciones, obsequios desde un simple bolígrafo, maletines, libros, pasajes con estadías, entre otros ítems.
En ese sentido, aseguró que todos esos costos se cargan en el precio final de los medicamentos comercializados y que ello, lógicamente, hace que su precio sea muy superior a los denominados genéricos, que no cuentan con los mencionados costos y, por eso, resultan accesibles por su precio reducido.
Mencionó que la cultura de comprar por marca y asociar a ésta con la calidad, “estigmatiza a la sociedad y la transforma en presa fácil para los productos líderes y el márketing” y consideró que la reivindicación de los genéricos contribuye a que un gran sector de la población no quede marginado.