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10 de Septiembre,  Jujuy, Argentina
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Laberintos humanos. Vieja costumbre

Miércoles, 25 de septiembre de 2013 12:18

El enanito verde que había bajado de su platillo volador en el atrio de la iglesia, no podía creer que esa gente que llegó a Tilcara hace más de cuatro siglos, no lo hiciera para compartir sabidurías sino para enseñar, que no quisieran conversar sino conquistar y que dejaron poco de lo que había antes que ellos.

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El enanito verde que había bajado de su platillo volador en el atrio de la iglesia, no podía creer que esa gente que llegó a Tilcara hace más de cuatro siglos, no lo hiciera para compartir sabidurías sino para enseñar, que no quisieran conversar sino conquistar y que dejaron poco de lo que había antes que ellos.

¿Qué clase de gente sería?, preguntó asombrado. Se llamaban españoles, le dije. ¿Y usted cree que querrán conversar con nosotros?, me dijo el enanito verde. Por lo general, le dije, los españoles y sus hijos no son muy amigos de la gente que es distinta a ellos, más bien son recelosos. Y ustedes, le dije al enanito verde, son bastante distintos.

¿Traen armas para defenderse?, le pregunté. Nunca creíamos que fuera necesario, me respondió. ¿Usted es de ir armado cuando lo invitan a una fiesta?, me preguntó. Aquellos que nos mandaron sus mensajes hace cuatrocientos y pico de años, nos dijeron que vengamos porque iban a conocer personas de mundos distintos, y por eso vinimos, me dijo el enanito verde.

Así les fue de tan confiados a esos indios, dije con un dejo de tristeza. Acaso se dieron cuenta tarde que tenían que defenderse de los que eran distintos a ellos, agregué cuando el enanito verde, con cara de asustado, salió corriendo hacia su platillo volador diciendo que si así eran las cosas en la tierra, mejor se volvía a la Nebulosa de Andrómeda.

Y mientras lo vi partir me quedé mirando al Cristo crucificado y pensé que era una vieja costumbre de la familia humana eso de maltratar a los que piensan distinto.

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