El monumento levantado en memoria a la primera fundación de la ciudad fue inaugurado en el año 1972, aledaño a la iglesia Nuestra Señora de Nieva. Mide cerca de cuatro metros de altura, el diseño fue previsto para la colocación de 11 grandes placas de cerámicas que plasman escenas que relatan el acontecimiento, modeladas por el escultor Marcelo Bolívar.
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El monumento levantado en memoria a la primera fundación de la ciudad fue inaugurado en el año 1972, aledaño a la iglesia Nuestra Señora de Nieva. Mide cerca de cuatro metros de altura, el diseño fue previsto para la colocación de 11 grandes placas de cerámicas que plasman escenas que relatan el acontecimiento, modeladas por el escultor Marcelo Bolívar.
Jaime Hoffman relató que el monumento fue encargado por un sacerdote, se les solicitó a los encargados de la obra un monumento que resumiera la historia de la fundación, tanto desde el lado realista como el de los pueblos originarios. La única condición que se solicitó desde la iglesia fue que la imagen de la Virgen estuviera presente en el las placas, esto responde a un relato que cuenta que cuando se destruyó el emplazamiento de la primera fundación, se incendió la zona y lo único que se pudo rescatar -y sin ningún daño- fue la imagen de la patrona de la patrona del lugar, por eso el pedido.
El colaborador del fallecido escultor de las placas, Rosario Gaspar, relató que las figuras se construyeron en arcilla que luego de ser modeladas, fueron “cocinadas” en un horno a leña y horno eléctrico, lo que les demandó un intenso trabajo.
El arquitecto Hoffman indicó que el monumento requiere de mantenimiento cada cinco años, para evitar el desgaste del mismo. Por ejemplo, existía una cruz de nogal que fue colocada en la cúspide, pero debido a la falta de refacciones fue cortada y reemplazada. El ultimo trabajo de refacción se realizó hace siete años, por lo que los vecinos solicitaron nuevamente refacciones, para evitar el desprendimiento de las pinturas.