En una valiosa iniciativa, la Escuela Técnica Provincial N°1 "General Aristóbulo Vargas Belmonte" presentó un sistema de motor a combustión autónomo para su carroza, que elimina la dependencia de grupos electrógenos externos y abre nuevas posibilidades para futuras participaciones en desfiles. La iniciativa, fruto del esfuerzo conjunto de estudiantes, docentes y familias, combina ingeniería hidráulica, neumática y automatización, convirtiendo al proyecto en un laboratorio móvil de aprendizaje práctico.
Leonardo Tarifa, docente del área de Práctica Profesionalizante, explicó que el corazón del sistema es un motor de combustión interna que no genera electricidad, sino energía rotativa: "Este motor impulsa una central hidráulica que mueve aceite bajo presión, activando pistones y permitiendo los movimientos de la carroza. De forma paralela, una central neumática gestiona otros mecanismos aire comprimido".
El sistema logra una autonomía total frente a redes trifásicas y monofásicas, ofreciendo hasta dos horas de funcionamiento ininterrumpido, suficiente para recorrer el trayecto del desfile sin necesidad de conexiones eléctricas externas. Aunque aún se perfeccionan detalles técnicos, el avance representa un salto cualitativo en la capacidad técnica del plantel, cuya formación tradicional se enfoca más en informática que en industria pesada.
Luis Tolaba, estudiante carrocero y uno de los líderes del proyecto, detalló cómo la iluminación se mantiene con baterías recargables, mientras que los movimientos se gestionan mediante electroválvulas programadas y controles manuales neumáticos. "Muchos comandos están automatizados porque son parte de nuestra especialidad. Pero lo más valioso fue aprender a resolver problemas ", dijo.
La idea surgió a principios del ciclo lectivo, cuando aún se desconocía que se retiraría el grupo electrógeno tradicional. "No era un plan inicial, pero nos desafió a inventar", recordó Tolaba.
La iniciativa fue cien por ciento de los estudiantes, 57 alumnos quienes desde tercer año en adelante, lideraron el diseño, la búsqueda de materiales y la construcción, asistidos por docentes que también se actualizaron en sistemas hidráulicos, neumáticos y soldadura de alta complejidad, áreas casi inexistentes en el currícula centrada en informática. "Para nosotros fue un gran desafío, fuimos aprendiendo en los meses, además nos guiábamos con videos que veíamos por internet. Fue una experiencia muy linda", explicó.
Para financiar el proyecto, con un costo significativo, los estudiantes vendieron comida en ferias, un arduo trabajo para solventar el nuevo sistema .Agradeció también a padres y docentes que se acercaron ayudar para implementar este sistema que fue motivador para todos los chicos que buscaban aprender.
Para Tarifa, este proyecto trasciende lo técnico. Destacó que les permitió a los alumnos ampliar los conocimientos porque en ese colegio no tienen formación en el área industrializada, soldadura de alta complejidad, sistema de automatización neumática e hidráulica, pese a lo cual destacó que los alumnos están capacitados para ello. Estimó que la carroza les permitió aprender algo nuevo que impulsó inclusive a los docentes a actualizarse.