Con la llegada de la primavera en Jujuy se multiplica un fenómeno que sorprende a vecinos, instituciones y escuelas: la presencia visible de murciélagos en distintos sectores urbanos. Lejos de ser motivo de alarma, especialistas advirtieron que estos animales cumplen un rol clave en la cadena ecológica y recomendaron pautas de manejo responsable para resguardarlos y alejarlos, al mismo tiempo evitar inconvenientes en viviendas y edificios.
"Jujuy es la segunda provincia del país con mayor diversidad de murciélagos, lo que está directamente relacionado con la variedad de ambientes que tenemos. Hay sectores muy verdes y otros más semiáridos, y en ambos conviven distintas especies", explicó José Urquizo, doctor en Biología, docente de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Jujuy e integrante de la Fundación Programa de Conservación de Murciélagos de Argentina (Pcma).
La ubicación geográfica y las condiciones climáticas convierten a la provincia en un paso obligado para especies migratorias que viajan desde los trópicos hacia zonas más australes. Entre ellas se encuentra Tadarida brasiliensis, capaz de llegar incluso hasta el sur de Buenos Aires. En su recorrido utilizan huecos de techos, entretechos, persianas y rollos de ventanas como refugio diurno, lo que aumenta las posibilidades de que la población los observe en espacios urbanos.
"En Jujuy hay especies residentes durante todo el año, pero en esta época se suman cientos de miles de ejemplares en tránsito. Esa combinación hace que los avistamientos se multipliquen y que la gente, que antes encontraba un murciélago ocasionalmente, ahora los vea con mayor frecuencia", aclaró Urquizo.
Ante la posibilidad de encontrarlos, el especialista detalló qué se debe hacer y qué evitar, y enfatizó en una primera regla clara, no tocar nunca a un murciélago con la mano. "Aunque son animales pequeños e incapaces de atacar, pueden morder si se sienten amenazados. Además, como medida de precaución sanitaria, es fundamental evitar el contacto directo", sostuvo.
En caso de encontrar un ejemplar en el suelo o dentro de la casa, recomendó recogerlo suavemente con ayuda de una pala y depositarlo en un sitio elevado, como una ventana o muro alto, para que pueda emprender vuelo al anochecer. "Los murciélagos no caminan, necesitan soltarse desde una altura para volar", aclaró.
Explicó que para situaciones más complejas como la presencia de colonias en techos de viviendas o edificios públicos, la Fundación Pcma desarrolló un protocolo de exclusión, el único aprobado por la Secretaría de Ambiente de la Provincia. Este método consiste en colocar dispositivos que permiten la salida de los murciélagos pero impiden su reingreso, garantizando un manejo seguro, económico y respetuoso con la especie.
"El único cuidado esencial es aplicarlo en épocas en que no existan crías en los refugios, ya que de lo contrario estas quedarían atrapadas y morirían", aclaró Urquizo. La clave es no tocarlos, y los detalles se puede encontrar en el protocolo en la página de la fundación, www.pcma.com.ar.
El especialista alertó que no existen productos químicos efectivos para eliminar murciélagos. "Hay corralones que ofrecen aerosoles o líquidos que aseguran ser eficaces, pero no sirven. Son caros, peligrosos y publicidad engañosa", dijo. La única alternativa válida es el protocolo de exclusión, que además es barato y puede hacerse con materiales accesibles como radiografías, mallas mosquiteras o botellas cortadas tapando el hueco de ingreso para que salgan y no puedan volver.
De esta manera se descartan los métodos invasivos o dañinos que, además de ser ilegales, alteran negativamente el equilibrio poblacional.
Por otro lado, también es clave tener mascotas vacunadas con la antirrábica, sean gatos o perros, para evitar transmisión, aunque aclaró que es muy aislada la posibilidad, del 1%. "Podrían hacerlo pero el probabilidad es muy baja, y encima la posibilidad de contacto con la gente es muchísimo menor que con perros y gatos", dijo.
Sin embargo, explicó que la presencia de murciélagos en entornos urbanos trae consigo un beneficio directo para la salud pública: el control natural de insectos. Sostuvo de hecho que se estima que un solo ejemplar puede consumir hasta mil insectos por noche, incluyendo mosquitos y polillas, e incluso investigaciones locales confirmaron que entre sus presas se encuentran mosquitos del género Aedes, transmisores de enfermedades como el dengue.
"Si elimináramos a los murciélagos de las ciudades, rápidamente notaríamos una explosión de insectos. Romperíamos un equilibrio ecológico que hoy nos favorece", precisó Urquizo. Además de los insectívoros, en zonas selváticas como el Parque Nacional Calilegua o Yala existen especies frugívoras y nectarívoras, aunque estas no suelen encontrarse en áreas urbanas.
Hay más de 30 especies nativas
En Jujuy se registran más de 30 especies nativas de murciélagos, estudiadas desde hace más de una década por equipos del Instituto de Ecorregiones Andinas (Conicet-Unju) y el Pcma. Las investigaciones abarcan aspectos de dieta, distribución, reproducción y evolución, conocimientos indispensables para diseñar estrategias de conservación.
El trabajo científico se complementa con actividades educativas en escuelas y talleres comunitarios. "Si una institución detecta colonias en su edificio, desde el Programa ofrecemos capacitaciones. No solo enseñamos a aplicar el protocolo, sino también a valorar la importancia de los murciélagos como parte del ecosistema", afirmó el investigador José Urquizo.
El Pcma además integra la Red Latinoamericana y del Caribe para la Conservación de los Murciélagos (Relcom), presente en 25 países. Esta articulación busca garantizar poblaciones saludables y difundir la relevancia de estas especies en el continente.
Consideró que siendo que San Salvador de Jujuy está enclavada entre yungas y serranías, es un entorno en el que la fauna silvestre convive cotidianamente con la población. "Al igual que vemos comadrejas, aves o serpientes, también debemos asumir que los murciélagos forman parte de este ambiente. Conviven con nosotros y nos brindan beneficios concretos", recordó el especialista.
Los vecinos pueden incluso observarlos en acción durante la noche, cazando insectos alrededor de luces de calles, plazas o estadios. Su vuelo rápido y silencioso es prueba visible del papel que cumplen cada noche en el equilibrio ambiental.