¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

°
2 de Septiembre,  Jujuy, Argentina
PUBLICIDAD

Inta Yuto aporta en genética de semillas de girasol

Es un trabajo estratégico para acelerar el desarrollo y obtención de nuevas variedades en la mitad de tiempo.
Lunes, 01 de septiembre de 2025 00:00
JORGE WALLBERG | DE INTA YUTO CON SU PAR, HUGO JAVIER FERNÁNDEZ Y EL TÉCNICO EN CRUZAMIENTO GABRIEL ROJO.

La Estación Experimental de Cultivos Tropicales de Inta Yuto trabajan en el "avance generacional genético en girasol" por lo que logran mejoramiento genético para todo el país. En articulación con Inta Manfredi de Córdoba e Inta Pergamino, Buenos Aires, lleva adelante un trabajo estratégico que permite reducir a la mitad los tiempos necesarios para obtener nuevas variedades de semillas.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

La Estación Experimental de Cultivos Tropicales de Inta Yuto trabajan en el "avance generacional genético en girasol" por lo que logran mejoramiento genético para todo el país. En articulación con Inta Manfredi de Córdoba e Inta Pergamino, Buenos Aires, lleva adelante un trabajo estratégico que permite reducir a la mitad los tiempos necesarios para obtener nuevas variedades de semillas.

La ubicación y el clima de Yuto hacen posible la producción de semillas durante el invierno, lo que acelera los ensayos de contraestación y permite un "avance generacional" más rápido. Este proceso, que tradicionalmente podía demorar diez años, en esta experimental se logra en alrededor de cinco, ofreciendo al país una ventaja competitiva para el acceso temprano a variedades más productivas y resistentes.

"Estamos trabajando en los cruzamientos, para hacer un avance generacional genético en girasol. Realizamos cientos de cruzamientos entre diferentes padres y madres para obtener una semilla que luego se coloca en otras zonas, donde se evalúan rendimientos, resistencia, plagas y enfermedades", explicó Jorge Wallberg, responsable del área de cultivos industriales de la Estación Experimental de Cultivos Tropicales de Inta Yuto.

El girasol ocupa actualmente 2,2 millones de hectáreas en la campaña 2024/2025 en Argentina, con fuerte demanda de aceite y subproductos. En Jujuy, sin embargo, su producción es baja frente a cultivos como soja, maíz y poroto. Aun así, la región juega un papel fundamental como plataforma científica en torno al avance generacional de las semillas.

El trabajo de Inta Yuto no se limita al girasol. También se realizan avances generacionales en soja, maíz y sorgo, así como estudios de adaptación de clones de caña de azúcar enviados desde Inta Famaillá, Tucumán. De un total de mil clones preseleccionados en esa estación, en Yuto se evalúa la adaptación de entre 40 y 50 en condiciones locales, determinando cuáles pueden prosperar en la región.

CONTRO Y MONITOREO | HUGO JAVIER FERNÁNDEZ.

En el caso del girasol, el proceso es continuo y cada año se reciben semillas progenitoras machos y hembras, desde Inta Manfredi y Pergamino, que se cruzan según las indicaciones técnicas. El objetivo es combinar características de resistencia a enfermedades, mayor productividad, altura adecuada de la planta, entre otras.

No inventan variedades de cero sino que acompañan el desarrollo genético con un trabajo conjunto. "Entonces eso nos lleva a nosotros a acompañar el desarrollo genético que hacemos en forma conjunta con otros Inta, que son en definitiva los que después patentan las variedades para el desarrollo de la Argentina", destacó Wallberg.

Además, el ingeniero agrónomo explicó que hay empresas privadas que alquilan tierras con fines de multiplicación o cruzamientos, y como ejemplo Bayer que producen variedades en distintos países, pero en Inta se busca priorizar el trabajo local, buscando que los costos sean más accesibles y que los beneficios se orienten al sistema productivo argentino.

El mejoramiento genético ofrece beneficios concretos, variedades más precoces, con mayor rendimiento y adaptadas a condiciones adversas como sequía, plagas y enfermedades. Estas innovaciones representan un salto estratégico para los productores, que acceden a materiales de calidad en menor tiempo, con un impacto directo en la eficiencia y competitividad.

Los ensayos en Yuto permiten que, de miles de cruzamientos, solo algunos continúen el camino de la validación hasta convertirse en una variedad comercial. "Es un ida y vuelta. De mil cruzamientos se obtienen semillas que se devuelven al sur para seguir probando. Con suerte, después de cinco años de trabajo se obtiene una nueva variedad", destacó Wallberg.

El cultivo de girasol, si bien en Jujuy tiene poca superficie cultivada ya que compite con el de soja y maíz, podría tener potencial para diversificar la producción regional ya que tiene condiciones para cultivarse en la zona conocida como "Ramal" y los valles templados. Explicó que podría desarrollarse con valor agregado, orientado a nichos como las "pepas" de girasol tostadas o peladas. De hecho, existe demanda al Inta desde Bolivia para abastecer la industria del consumo directo de semillas.

Destacó la experiencia, que vienen desarrollando también junto a su par ingeniero agrónomo Hugo Javier Fernández , y el técnico en cruzamiento Gabriel Rojo.

También hacen adaptación de variedades de caña de azúcar

JORGE WALLBERG | DEL ÁREA DE CULTIVOS INDUSTRIALES DEL INTA YUTO.

Por otra parte, el Inta Yuto también desempeña un papel fundamental en la mejora y adaptación de la caña de azúcar, en articulación con la Estación Experimental de Inta Famaillá (Tucumán). Desde allí se envían cada año clones preseleccionados que son evaluados en diferentes zonas del llamado “Ramal” jujeño para identificar cuáles se adaptan mejor a las condiciones locales.

“En la caña de azúcar lo importante es la adaptación a cada zona agroecológica. Una variedad puede funcionar muy bien en Tucumán, pero no necesariamente en Jujuy, donde no es lo mismo cultivarla en Palpalá que en Palma Sola o Ledesma. Por eso necesitamos contar con materiales que respondan a las particularidades de suelo, clima, temperatura y disponibilidad de agua de cada localidad”, explicó Jorge Wallberg, del Inta Yuto. Este trabajo de adaptación resulta clave para asegurar variedades más eficientes y resistentes, que puedan sostener la producción azucarera en una región con gran diversidad ambiental. Se destaca su trabajo en el Área de Cultivos Industriales y la provisión de información actualizada a productores, sobre todo por el papel importante en el desarrollo y la mejora del cultivo de caña de azúcar en Argentina.

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD