ABIGAIL TERAN
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ABIGAIL TERAN
"Yo salgo a las 10 de la noche del trabajo y muchas veces estoy hasta las 11.20 en la parada esperando que pase alguno", contó Virginia Rivera, vecina de Alto Comedero, mientras esperaba el colectivo en una parada colmada de gente.
Su testimonio se suma al de muchos usuarios del transporte urbano en San Salvador de Jujuy, que, en diálogo con El Tribuno de Jujuy, expresaron su malestar por la notoria reducción en la frecuencia de colectivos durante el receso escolar de invierno.
Así lo confirmó Daniela Vedia, quien compartió que: "Antes, al menos sabía que contábamos con dos unidades de la línea 21 que va a Alto Comedero, pero ahora dejaron un solo coche, y el último pasa a las 9 de la noche y después, nada".
Esta usuaria comentó además que antes del receso invernal debía salir con una hora de anticipación para llegar a horario a su trabajo que es a las 17, pero ahora debe salir una hora y media antes. Y, aun así, en varias ocasiones tuvo que recurrir a pagar un taxi para no llegar tarde.
Carlos Corzo, vecino del barrio Sargento Cabral, coincidió al comentar que: "De donde vivo tengo que caminar 10 cuadras hasta la ruta para tener más chances de colectivos. Porque si espero el 40, capaz que no pasa nunca. O se me pasa porque no tiene cartel, o va tan lleno que no para".
Tras agregar que el problema principal es volver a su barrio, advirtió que pese a las vacaciones la falta de unidades de la línea 40 bis "es un problema de prácticamente todos los días" dado que "siempre se da que hay dos o tres colectivos nada más".
En zonas como Malvinas y las 150 Hectáreas, la situación parece aún más extrema. Isabel Fernández, vecina del último barrio, relató que espera hasta más de 40 minutos por una unidad llegando a su casa cerca de las 00. "Encima mandan colectivos viejos. Muchas veces se quedan a la mitad del camino y terminamos pagando doble boleto porque hay que bajarse en la ruta y tomar otro".
Las esperas prolongadas obligan a muchos usuarios a caminar por zonas oscuras, y con veredas en mal estado, aumentando la sensación de inseguridad. "Voy rezando cuando camino de noche. Ya me caí una vez", confesó Fernández.
Los reclamos no sólo apuntan a la falta de frecuencia, sino también a la ausencia de información clara. Algunos se valen de las aplicaciones de rastreo de colectivos que habilitaron algunas empresas, pero advirtieron que "no son precisas en cuanto a horarios" y que no están disponibles para todas las líneas.
En este sentido, la usuaria Virginia Rivera instó a los empresarios del rubro a actualizar las existentes y a implementarlas en caso de no contar con ellas.
Desde la Unión Tranviarios Automotor (UTA) no ofrecieron una respuesta sobre si se mantendrán las frecuencias reducidas, como lo hacen todos los sábados, hasta el fin del receso. Mientras tanto, cientos de jujeños que pese al receso escolar deben trabajar, ir al médico o hacer trámites, deberán seguir esperando bajo la lluvia, el frío, o hasta altas horas de la noche.