Corriendo entre los jardines de la plaza Belgrano, un niño jugaba sonriente con un globo azul como si fuera su misión avisarle al mundo de qué se trataba la convención de personas.
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Corriendo entre los jardines de la plaza Belgrano, un niño jugaba sonriente con un globo azul como si fuera su misión avisarle al mundo de qué se trataba la convención de personas.
Recorría los caminos de una danza interminable, mientras jugueteaba entre los presentes que fueron parte del acto por el Día Mundial de la Concientización sobre el Autismo.
En la ocasión, su madre Evelyn Daiana Rodríguez compartió la historia de este pequeño con el alma inquieta que es integrante del centro de rehabilitación "Sentir". "Nos enteramos cuando tenía tres años que mi hijito tenía una discapacidad con el tema del habla. Lo llevamos al centro integral de bienestar 'Magnolias', donde lo estudiaron los especialistas. Fue un tiempo y luego dejó de ir porque ya tenía la intención de estimularlo con otras actividades", expresó Evelyn Rodríguez quien fue a presentar los papeles de su niño y estuvo en espera hasta que después llegó a Sentir I donde le dieron un pequeño diagnóstico y luego le brindaron su lugar para que curse el Nivel Primario.
Así, inició su camino por la vida este pequeño que nació el 27 de agosto del año 2018. Su madre, luego de transitar un embarazo tranquilo, pasó por todas las etapas con normalidad.
No obstante, a los tres años se comenzó a notar un comportamiento extraño en él. Transcurrió tiempo, hasta que se visibilizó una conducta diferente. Se preocuparon pero llegaron a resolver su situación con una especialista en neurología. "Cuando lo vio la doctora directamente lo derivó al Cepam, ahí nos dieron el diagnóstico porque él estaba muy callado, no decía: 'mamá' como otros nenes a la edad de él, que empezaron a sacar palabras. A Felipe le costaba", explicó Rodríguez.
El diagnóstico generalizado tiene que ver con el desarrollo del habla del pequeño de seis años. Por lo que desde su lugar como mamá, lo ayudó y lo contuvo junto a los especialistas, estimulándolo, para consolidar -además- su desarrollo cognitivo. "Lo que hacemos con él es hablarlo acompañarlo con su familia materna y paterna", detalló.
Felipe asiste a Sentir I y en la actualidad cursa el primer grado del Nivel Primario donde realiza sus tareas y aprende constantemente. Vive en las 14 Hectáreas de Alto Comedero.
Durante la práctica de su motricidad fina debe esforzarse más, ya que le cuesta escribir, pero cuenta con su mamá para que lo asista en manejar el pulso. Así es que este año es todo un desafío que asume; el de aprender desde el juego y junto a la fonoaudióloga, a la psicóloga, a la psicopedagoga y a los kinesiólogos. No obstante, fue jardinerito en el maternal de 3, 4 y 5 porque estudió en el JIN 45 de Alto Comedero.
Hoy crece feliz, rodeado de su familia y con el apoyo de Sentir I donde ama tanto el folclore, como cantar y bailar. Como reflexión, Evelyn Rodríguez quiso expresar a los padres que viven similares circunstancias, que si notan algo fuera de lo normal en sus hijos, lo lleven a diagnosticar para ayudarlo desde el primer momento.