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6 de Octubre,  Jujuy, Argentina
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El épico show de Airbag con Ricardo Mollo

La banda de los hermanos Sardelli protagonizó su tercer River Plate agotado en el año. Bajo la lluvia y ante más de 75.000 personas, repasó sus grandes éxitos, presentó temas de El Club de la Pelea I y confirmó que el rock argentino sigue más vivo que nunca.

Lunes, 06 de octubre de 2025 16:34

El Estadio Monumental volvió a ser territorio del rock. Ante más de 75.000 personas, Airbag ofreció su tercer concierto sold out en lo que va del año y reafirmó su lugar entre las bandas más convocantes de la Argentina.La lluvia, lejos de ser un obstáculo, se transformó en un elemento más del espectáculo, en una noche que quedará grabada en la historia del trío integrado por Patricio, Guido y Gastón Sardelli.

Desde los primeros acordes de “Jinetes Cromados”, el estadio estalló en euforia. Banderas flameando, bengalas rojas, pogos incesantes y un público que coreaba cada palabra con una energía casi ritual. Las luces se mezclaban con la llovizna y el humo del escenario, dando al arranque una atmósfera cinematográfica. El trío mantuvo la intensidad con “Anarquía en Buenos Aires” y “Perdido”. A esa altura, el campo era un mar de cuerpos saltando y gritando.

El setlist fue un repaso vibrante por toda su discografía. Vivamos el momento, Noches de insomnio, No confíes en tu suerte y Pensamientos marcaron los primeros minutos de un show sin respiro. Cuando comenzó Nunca lo olvides, Patricio tomó el micrófono y dijo que cuando la escribieron siempre imaginaron estar tocándola en una noche como esa “esto para mí es historia, wacho” exclamó el artista, desatando una ovación total.

El estadio se iluminó con Relámpagos y Corazón Lunático, y después llegó uno de los momentos más esperados. Antes de comenzar Hombre puerco, Patricio anunció a un invitado muy especial y pidió un aplauso para “un grande, un ídolo que queremos mucho”. Segundos después apareció Ricardo Mollo y la ovación fue inmediata. Juntos interpretaron Fugitivo y Me gusta ese tajo en una complicidad de guitarras que hizo vibrar el campo entero.

La escenografía acompañó con fuerza la magnitud del show. En Motor Enfermo (Frankenstein) un muñeco inflable gigante del monstruo apareció en escena mientras el fuego y las pantallas convertían el estadio en una película de acción.

En Irme Lejos y Cae el Sol, el público respondió con euforia. Antes de comenzarla, Patricio pidiópidió que se apagaran todas las luces del estadio y que miles de linternas iluminaran la noche y lanzó una frase que se volvió viral: “Vamos a mandar todo a volar, ya saben lo que se viene”. En segundos, el Monumental se transformó en un océano de luces que acompañó uno de los momentos más emotivos del show.

El bloque acústico marcó un momento íntimo. Sobre un escenario ambientado como un living, los hermanos interpretaron Va a ser difícil olvidar y Ganas de verte ante un estadio completamente iluminado por las luces del público. Cada palabra fue coreada con emoción y abrazos entre desconocidos.

El pulso volvió a acelerarse con Huracán, Diez días y Cuchillos. Las tribunas eran una ola de saltos y banderas. En Colombiana se vivió el punto más caótico y rockero de la noche. Mujeres subidas sobre los hombros de sus parejas, con remeras agitadas y brazos al aire, acompañaban un pogo multitudinario que convirtió el campo en un mar de euforia.

En Otoño, la banda rindió homenaje a los grandes del rock nacional con imágenes de Spinetta y Cerati en las pantallas. Luego sonó el Himno Nacional Argentino. La banda sólo tocó la parte instrumental y el público cantó las estrofas completas con una emoción que hizo temblar el estadio.

El tramo final llegó con Bajos Instintos, Testigos de la Destrucción y Cicatrices. En Por Mil Noches se desató la locura. Pato se arrodilló, el público coreó el estribillo una y otra vez y la lluvia parecía acompañar el clímax del show.

El cierre fue una sucesión de agradecimientos. La Moda del Montón, Diamante, Kalashnikov y Solo Aquí marcaron el adiós. “Nos volveremos a ver. Cuídense y cuiden al de al lado. Esto es de ustedes. Esto es eterno. Gracias”, fueron sus últimas palabras antes de despedirse entre lágrimas y aplausos.

Con este tercer Monumental lleno, Airbag volvió a demostrar que el rock argentino no está muerto y que su historia se sigue escribiendo bajo la lluvia, con guitarras encendidas y miles de voces cantando al unísono. Su gira El Club de la Pelea I continuará el 28 de noviembre en Rosario y el 29 en Córdoba, con dos shows que ya prometen ser multitudinarios.

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