La diversión y los colores se vuelven creatividad y estilo cuando se muestran a través de diseños únicos que desde el glitter bar se pueden ofrecer.
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La diversión y los colores se vuelven creatividad y estilo cuando se muestran a través de diseños únicos que desde el glitter bar se pueden ofrecer.
Esta técnica artística que es absoluta tendencia en las fiestas de 15 años y casamientos, tiene como protagonistas a aquellos looks llenos de brillo, gemas y strass, que aportan glamour además de una estética llamativa y muy original.
La multifacética actividad se puede aplicar en diferentes partes del rostro, donde las sombras juegan con las iluminaciones y el centelleo de la purpurina se conecta con lo magnético para sorprender a los invitados o a todo aquél que la llegue a admirar. Esta idea genial, es la que saca a la luz Judith Chávez, una estilista jujeña que busca inspiración en lo novedoso para aplicar a su arte.
Así, esta iniciativa surgió como un recurso que gracias a sus conocimientos sobre estética pudo emplear para una ocasión especial. "Soy maquilladora pero gracias a las capacitaciones conocía este servicio de Glitter bar y como mi hija participa de gimnasia rítmica, se pedía que tengan un maquillaje diferente. Les propuse a las mamás si podía hacerlo y todas aceptaron. Les gustó tanto que después salió hacer un curso para ellas", relató Chávez.
La experiencia en el rubro de la estética fue motivo para inclinarse hacia este camino y llevar su decoración facial a otro nivel. "Hacer glitter bar es muy lindo, se puede usar en eventos públicos y privados; a los chicos les gusta mucho y abarca lo que es pintura del rostro, perlas, piedritas y demás", dijo. Es así como un make up diferente es la propuesta para llevar, sin ninguna posibilidad de falla. Lo atractivo de esta práctica es que la imaginación tiene un lugar central, ya que entre delineados, colores en degradé y un diseño bien ejecutado; se activa la habilidad en las manos para realizar la labor. "En los cursos, les digo a las alumnas que para hacer glitter casi no se necesita saber teoría, todo es práctica por eso les tiene que gustar este trabajo que se diferencia de lo que es pintacaritas, no es lo mismo", comentó.
Explorar el arte en todas sus probabilidades es lo que hace esta jujeña que heredó el saber relacionado al estilismo capilar, a través de su abuelo quiaqueño Sabino Chávez y que ella supo direccionar hacia el rubro de la artística capilar y facial. "Es gratificante impartir y compartir conocimientos. Enseñar para mí es motivar a que otras chicas se superen y que le pongan empeño", explicó Chávez, quien egresó de la academia Belgrano desde hace lleva veinte años y que ahora se encuentra feliz de realizar esta labor.