Un talentoso artista logró transformar su pasión por el dibujo en una carrera exitosa destacándose con la técnica aerografía. Desde niño con el apoyo de su familia comenzó a desarrollar su habilidad para el arte, pero fue un episodio televisivo lo que lo inspiró a adentrarse en el mundo de la aerografía, técnica que tras años de prácticas, lo llevó a ser reconocido en su comunidad.
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Un talentoso artista logró transformar su pasión por el dibujo en una carrera exitosa destacándose con la técnica aerografía. Desde niño con el apoyo de su familia comenzó a desarrollar su habilidad para el arte, pero fue un episodio televisivo lo que lo inspiró a adentrarse en el mundo de la aerografía, técnica que tras años de prácticas, lo llevó a ser reconocido en su comunidad.
Desde pequeño Nicolás Aldonate estuvo rodeado de personas que valoraban el arte y la educación. Su madre enfermera y sus tías maestras, le dieron el apoyo necesario para que desarrollara sus habilidades, "siempre fui un niño al que le gustaba dibujar, mis tías me pedían que hiciera carteles, afiches para eventos escolares y fue allí donde empecé a tomarle el gusto al dibujo", recuerda.
Su interés por la aerografía surgió casi de manera fortuita, "lo vi en un programa de televisión donde un pintor estaba decorando un helicóptero con efectos de fuego. Me sorprendió lo realista y detallado del trabajo, así que decidí investigar sobre esa técnica", cuenta.
Fue entonces cuando se dio cuenta de que la aerografía era exactamente lo que quería hacer. Aunque las versiones más caras y profesionales de los aerógrafos eran inaccesibles en ese momento, él empezó a experimentar con versiones más económicas y adaptadas a su presupuesto.
A medida que fue perfeccionando su técnica Nicolás Aldonate comenzó a aplicar el aerógrafo en pequeños proyectos. Al principio su cliente principal fue su propia familia, "empecé pintando los mismos afiches para mi tía, pero usando aerografía en lugar de pinceles. Por ejemplo, hacía pasacalles para eventos y festividades, algo que antes me llevaba un día entero con pincel, con el aerógrafo lograba hacerlo en apenas unas horas", explica.
La práctica constante le permitió mejorar rápidamente y a los pocos años comenzó a realizar trabajos más complejos como murales y decoración de vehículos. La habilidad adquirida con el aerógrafo no solo mejoró su velocidad, sino también la calidad de sus obras, lo que pronto lo hizo conocido en su ciudad. Sin embargo, lo que más destaca de su carrera es su dedicación al detalle algo que ha aprendido con el tiempo.
Uno de los trabajos más solicitados por sus clientes son los murales, en especial los retratos de personas fallecidas, este tipo de trabajos permite rendir homenaje a aquellos que ya no están, "es algo que me emociona mucho. Cuando las familias ven el resultado, no pueden evitar llorar de felicidad", comparte.
Los murales para eventos deportivos también son comunes en su trabajo, "me piden muchas veces banderas o grandes pasacalles para equipos de fútbol, especialmente al finalizar los torneos. Es un trabajo que me gusta porque tiene un toque de creatividad y orgullo". Los retratos y murales en banderas que a menudo son de gran tamaño requieren precisión, paciencia y habilidades que Nicolás Aldonate ha perfeccionado durante años.
A pesar de que los murales y los retratos son su especialidad, la versatilidad de Aldonate le ha permitido incursionar en otras áreas del arte, "en los autos no me piden tanto, porque son un espacio más grande y la gente no quiere llamar demasiado la atención. Sin embargo, sí me traen motos y cascos para pintar. Uno de los trabajos más especiales que hice fue un retrato donde el cliente me pidió que pintara una imagen de sus hijos en la moto y también me trajeron un casco para que le realice el diseño de 'Iron Man'", comenta con entusiasmo.
Aunque la pintura en auto no es tan frecuente es otra de las áreas en las que se destaca. Además de los diseños personalizados también realiza trabajos de reparación en vehículos, "todo lo que tenga que ver con plásticos, pintura y aerografía lo arreglo. Eso es lo bueno de la aerografía se puede adaptar a muchos tipos de superficies y materiales", explica.
Como muchos otros artistas tuvo que adaptarse a los cambios que trajo la pandemia. Durante los meses más críticos cuando los eventos y actividades sociales se suspendieron su trabajo disminuyó considerablemente. Sin embargo encontró una salida con la venta de cuadros y decoraciones para el hogar, "la gente comenzó a invertir más en sus casas y eso me permitió seguir trabajando, aunque de una manera diferente. Pinté cuadros, decoraciones infantiles y hasta piezas personalizadas para el hogar. Fue un cambio, pero me ayudó a seguir adelante", explica.
A pesar de que la aerografía no es una profesión que lo haya hecho millonario, él encuentra satisfacción en su trabajo no solo por lo que genera económicamente, sino por la libertad y la flexibilidad que le brinda, "el ser mi propio jefe es lo mejor. Me permite organizarme como quiero, dedicarme a mi hijo y hacer todo lo que me gusta, sin que el trabajo se convierta en una carga", afirma.
Este equilibrio entre trabajo y vida personal fue clave para Nicolás Aldonate quien destaca que una de las mayores recompensas de su profesión es poder estar presente en los momentos importantes de su familia, "nunca falté a un acto de la escuela de mi hijo y eso es algo que valoro mucho. No es un trabajo que te haga millonario, pero me permite tener tiempo para lo que más importa", concluye.
Con el tiempo comprendió que el trabajo no siempre se elige, sino que a veces, es el trabajo el que te elige, "yo desde chiquito quería ser jugador de básquet pero la vida me llevó por otro camino. Lo importante es que uno puede aprovechar las oportunidades que surgen y seguir adelante aprendiendo siempre", reflexiona.
Hoy con 36 años sigue aprendiendo, perfeccionando su técnica y dejando su huella en el mundo de la pintura. Con su habilidad logró consolidarse como uno de los artistas más destacados en la cuidad siderúrgica, "el arte es un camino que nunca termina. Siempre hay algo nuevo por aprender", asegura.