¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

-2°
4 de Julio,  Jujuy, Argentina
PUBLICIDAD

“Yo te creo”, del trauma, a la escucha y sanación

Una invitación a poder hablar, salir de los pactos de silencio, de miedo, de vergüenza, de culpa.

Martes, 19 de noviembre de 2024 00:31
PAMELA ARRAYA | LICENCIADA EN PSICOLOGÍA

Muchas veces he escuchado: "pero si ya pasó", "por qué hablas recién", "ganas de quedarse en el pasado", "pero te gustó", "tanto no te habrá molestado, con lo que te gusta ahora", "cállate, ya pasó tanto tiempo", "no des vergüenza"; "no te re expongas, volver a decirlo es volver a vivirlo... En fin frases llena de ignorancia, de miedos, de culpas, de vergüenzas, de situaciones propias no resueltas.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Muchas veces he escuchado: "pero si ya pasó", "por qué hablas recién", "ganas de quedarse en el pasado", "pero te gustó", "tanto no te habrá molestado, con lo que te gusta ahora", "cállate, ya pasó tanto tiempo", "no des vergüenza"; "no te re expongas, volver a decirlo es volver a vivirlo... En fin frases llena de ignorancia, de miedos, de culpas, de vergüenzas, de situaciones propias no resueltas.

En el marco de este 19 de noviembre "Yo te creo" es una invitación a poder hablar, salir de los pactos de silencio, de miedo, de vergüenza de culpa. De ser el abrazo que vuelve a unir eso que se fragmentó, de ser la mirada que te devuelve el brillo a los ojos. De ser la limpieza mental que te ayuda a recuperar tu mente, tu voluntad, la conciencia de quien eres y que te mereces. Que no necesitas ser complaciente para ser querido, que es preferible la soledad a la compañía abusiva.

Hay heridas que dejan huella para toda la vida, sin embargo nos habita un poder que es capaz de volver a darnos esa posibilidad de morir y renacer.

El abuso sexual, psicológico y de todo tipo irrumpen traumáticamente y nos desestabilizan. Muchas cosas que no entendemos podemos comprenderlas desde la revisión de eso que al ser tan impactante para nuestro psiquismo se encapsuló y luego, en algún momento podemos comenzar a recordar vagamente o nítidamente, como confusiones de no sé si es o no es; podemos verlo asomarse en esas elecciones que nos lastiman y/o lastimamos, y en las que permanecemos por años no siendo felices.

El trauma hipoteca la vida y aún hay miedos para pedir ayuda.

Hacer un proceso, y esto no te lo digo como terapeuta, sino como humana, es un proceso que duele hasta donde nunca imaginaste que podía doler, un frío, una soledad, un miedo, una sensación de morir, una voz que no puede salir y si sale no es oída. No tiene medicación, porque el dolor es inevitable, el sufrimiento opcional.

Atravesar el otoño, el invierno son partes del proceso. La primavera no llega sola, el sol comienza a entibiar. Es preciso del encuentro de otro que nos sostenga en el proceso, en la escucha, en "yo no sólo te creo, yo te veo, yo te valoro, yo te amo, eres importante para mí, yo te acompaño".

Estas frases que como polen pueden empezar a darle color a tu vida, frases que alguien te las da y que luego podrás decírtelas al espejo, a ese niño, a ese adolescente que fuiste. Como en la canción de Phil Collins "En mi corazón vivirás", podrás decir: "Cuánto me apena el verte sufrir, toma mi mano siéntela, yo te protejo de cualquier cosa, no temas aquí estoy... En mi corazón vivirás, no importa el qué dirán".

Lo impactante del trauma es que no se recuerda, se revive, dice Eduardo Cazabat, experto en trauma. Eso no es pasado porque ya pasó. Si está ahí, atrapado en nuestro cuerpo, territorio de nuestra identidad y clave de accesos a nosotros mismos. Si está ahí, no es pasado, es presente contínuo. Lo que no se gestiona no deja de ser.

Por eso, cuando alguien puede denunciarlo no es porque quiere estropear su presente o el del otro, es porque al fin la voz pudo salir. Y sale porque en ese presente hay soportes que en el pasado estuvieron ausentes.

Te invito a escucharte, mirarte, a sanar. Todos hombres y mujeres, venimos de generación en generación con heridas de abuso y desprecio. Ciclos sin fin. Es tiempo de cortar, de salir de la crisis. Elije el amor, es lo único que sana. Elije ser ayudado, acompañado.

Y tomando a Ismael Sánchez te comparto la frase sanadora: "Respeto el pasado, elijo lo nuevo, comunico mi verdad". Recuerda que respeto no es estar de acuerdo o hacer de cuenta que nada pasó. Respeto es mirar y volver a mirar. A veces dejamos de mirar lo que nos duele, y entonces queda sin liberar ese dolor. Elije evolucionar, todos llevamos cicatrices y todo al final nos ayuda a ser y estar, para ser también soportes en el proceso del otro.

(Pamela Arraya, licenciada en Psicología, coach ontológico profesional; magister en Salud Pública con mención en Atención primaria de la salud; especialista en Salud Pública; facilitadora en procesos de comunicación, resolución de conflictos, expansión de la conciencia, liderazgo; coordinación de grupos y conciencia de redes; y facilitadora en entrenamientos a líderes en gestiones de oratoria y comunicación. [email protected], cel 3884416256).

 

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD