Además del espectáculo que dirige, ofrecerá un taller denominado “Desatanudos”, que se dictará mañana desde las 10 de la mañana en el mismo espacio. El espectáculo es una performance, estrenada en Buenos Aires en 2023, donde la intérprete es una bailarina. Está basada en una búsqueda filosófica sobre la relación del cuerpo con el lenguaje.
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Además del espectáculo que dirige, ofrecerá un taller denominado “Desatanudos”, que se dictará mañana desde las 10 de la mañana en el mismo espacio. El espectáculo es una performance, estrenada en Buenos Aires en 2023, donde la intérprete es una bailarina. Está basada en una búsqueda filosófica sobre la relación del cuerpo con el lenguaje.
¿En qué consiste esta puesta?
Es una obra de danza, con multimedia. Es muy multimedial, hay video y sonido que se opera en vivo a medida que la bailarina va desplegando su movimiento. Es una propuesta bastante performática porque si bien está muy esquematizada, al mismo tiene espacios para que suceda algo en el aquí y ahora de cada puesta.
Está pensada como para que un sonido, un movimiento, un video, aparezca distinto en cada función. Se llama “Lingua ignota” porque es un espectáculo que explora la relación entre el cuerpo y el lenguaje. Una exploración proveniente de la danza, tratando de discutir cómo determina o sobre determina el lenguaje, al cuerpo y al mismo tiempo, cómo ese cuerpo es capaz de producir un lenguaje. Es un proceso de producción de una lengua que no existe, que todavía no se dijo nunca, donde no interviene la voz, sino que está mediada todo el tiempo por el cuerpo. Es una lengua que no significa nada, una glosolalia, una lengua que no comunica.
¿De dónde surge esta inquietud? ¿de algún estudio en especial? ¿Y cómo la relacionás con las artes escénicas?
Podría hablar del proyecto en particular y de mi impronta en general, para contestarte. La obra es la continuación, o una versión más actualizada de una de las tres piezas de una trilogía, que hicimos hace algunos años, que parte del Nudo Borromeo de Lacan (por el cual se representa la estructura del sujeto humano, compuesto por tres registros: lo real, lo simbólico y lo imaginario). Para pensar mis dispositivos escénicos, siempre estoy muy atravesado por materiales teóricos, no por ficciones, sino por el estudio de teoría. Me interesaba el Nudo Borromeo, y sus tres órdenes.
El nudo de lo simbólico que tiene que ver con esa relación entre lo real y el triunfo del lenguaje sobre cualquier cosa, fue el punto de partida para esta obra que terminó siendo “Lingua ignota”. También hubo otras exploraciones en un autor que me gusta mucho, que es Agamben por ejemplo, que plantea que no somos seres que tienen per se una lengua, sino que se la tienen que inventar. Eso me pareció muy interesante. El hombre tiene que estar produciendo todo el tiempo esa lengua para poder existir. Entonces el origen de esta pieza tiene que ver mucho con lecturas mías sobre filosofía.
¿En qué otros proyectos estás trabajando en este momento?
El tiempo que le dedico al arte, termina siendo más limitado que lo que yo quisiera, pero en este momento tengo un proyecto que está montándose, que se llama “Mínima moralia”, que también toma como punto de partida un texto de Adorno que se llama así. Estoy actuando para una obra de Emilio García Whebi (uno de sus maestros), y como entrevistador en el proyecto Filoctetes que está realizando Maricel Alvarez en Tucumán.
¿Hace cuánto que te fuiste a Buenos Aires, qué te llevaste de acá y qué fuiste a hacer?
Me fui en el 2011, con el título de actor de la Escuela Provincial de Teatro “Tito Guerra”, con una beca para estudiar dramaturgia con Mauricio Kartun, durante un año. En ese mismo año, lo conocí a García Whebi, como maestro de dirección, y me aboqué a la dirección teatral. En la pandemia, hice la maestría en Performance.
¿Cómo armas el equipo para tus obras?
Nunca hice un casting. Antes fuimos una compañía, que funcionaba con un equipo sin contar a los actores. Los actores siempre fueron amigos y amigas mías, la selección es más por una relación afectiva y admiración mutua con ellos, lo cual trae muchísimas ventajas y desventajas. El equipo con el que trabajo, es la misma gente desde hace diez años.
¿Qué es lo último que hiciste acá en Jujuy?
Creo que era “El adolescente J”, en 2010, una obra en la que cruzaba mi adolescencia con Raskolnikov, protagonista de “Crimen y castigo”. Era una obra en la que me dirigió Rodolfo Pacheco.
¿Qué cambió en tu estética o en tus búsquedas desde que te fuiste?
Fue muy radical el cambio en un año, en Buenos Aires, después del pozo depresivo en el que uno entra cuando se muda. Me fui con ganas de conocer un poco más del teatro contemporáneo, sin saber muy bien todavía qué era. El gran cambio fue encontrarme con una ciudad que es muy contemporánea en sus producciones artísticas.
En donde me encontré realmente a gusto es haciéndome la pregunta ¿esto se puede hacer?, o ¿vale hacer esto? Eso me impactó mucho de la poética de Whebi, por ejemplo, de Lisandro Rodríguez, o Esteban Pucheta, entre otros, que producen dispositivos escénicos más raros, que están dialogando más con las artes visuales, el sonido, el cine, las redes sociales, etc. No piensan las obras como que tiene que haber una historia para contar con comienzo, nudo y desenlace, sino que puede ser un evento performático, en el que sucedan otras cosas.
Taller “Desatanudos”
Es un taller de procesos creativos. “Nos enfocamos en gente que venga de las artes escénicas o de la danza, pero en realidad podría ser para cualquier persona interesada en producir un artefacto artístico, particularmente pensando en los artistas cuando tienen una crisis creativa”, explica Mateo. “A veces hay momentos en que los artistas no sabemos para dónde vamos, ni cómo seguir, y en eso nos fundamentamos. Por eso se llama Desatanudos”. Por informes e inscripciones, los interesados deben comunicarse a los números, 1121702308 o 3885250543.
Sobre “Lingua ignota”
La pieza es una exploración en torno a la conflictuada simbiosis entre cuerpo y lenguaje, actualidad y virtualidad, materia y forma, y materia y norma. “Lingua ignota” es el espacio que se inaugura cuando un cuerpo balbucea, imagina para sí un porvenir escindido del lenguaje; en suma, cuando un cuerpo adopta la forma prelingüística del pensamiento.
“Lingua ignota” es el campo de batalla entre un cuerpo y su organización; allí, el primero busca romper el mapa que le ha sido trazado y abrirse al mundo, animándose a nombrar y a no saber. Este espectáculo contiene desnudos y cuenta con efectos que pueden afectar a personas fotosensibles. El concepto y la dirección son de Mateo de Urquiza; la interpretación está a cargo de Liza Karen Taylor, el diseño de sonido y música original de Vanesa Del Barco, en video Federico Shmidt, asistencia de dirección de Cintia Hernández, y Eugenia Cadús (dramaturgista).