Ya sabemos que el Día Universal del Idioma es por recordar a tres grandes de la Literatura, y por una enorme coincidencia temporal, se despidieron para siempre un 23 de abril de 1616. Son ellos: Miguel de Cervantes Saavedra, William Shakespeare y el Inca Garcilaso de la Vega. En homenaje recordaremos una entrevista realizada por tres estudiantes del Colegio Nacional, al escritor Jorge Luis Borges, que en la década de los sesenta, visitó Jujuy. Los jóvenes habían preparado un cuestionario.
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Ya sabemos que el Día Universal del Idioma es por recordar a tres grandes de la Literatura, y por una enorme coincidencia temporal, se despidieron para siempre un 23 de abril de 1616. Son ellos: Miguel de Cervantes Saavedra, William Shakespeare y el Inca Garcilaso de la Vega. En homenaje recordaremos una entrevista realizada por tres estudiantes del Colegio Nacional, al escritor Jorge Luis Borges, que en la década de los sesenta, visitó Jujuy. Los jóvenes habían preparado un cuestionario.
Decía el escritor jujeño Néstor Groppa: “Tres inquietos alumnos de 3er año del Colegio Nacional de Jujuy le hicieron un reportaje al escritor Jorge Luis Borges. Los que efectuaron la entrevista son: Gerardo Miguel Albarracín, Juan Pablo Gruer y Ramiro Carrizo, nada tienen que ver con la literatura, en cambio fueron partícipes de una experiencia literaria inédita en el país”. Siendo los mismos, alumnos de la profesora Gladis Barrientos. El rector en ese momento era el profesor Oscar Marín.
Así quedó el juvenil reportaje: - Señor Jorge Luis Borges ¿cuándo usted era adolescente quienes eran sus autores favoritos?
- J. L. B.: Bueno, yo creo que diría más o menos los mismos que nombraría ahora: Stevenson, Kipling, Wallace; también he admirado a otros escritores jóvenes, que escribían novelas policiales. Pero a lo largo de la vida uno va descubriendo autores que, por sus diversos estilos, gustan a unos u otros. Además, en esta lista de autores figura entre mis favoritos, Arthur Schopenhauer, escritor que me ha impresionado mucho.
- ¿Cuál es la página que recuerda con más cariño de esas lecturas juveniles?
J. L. B.: Sin duda alguna, Stevenson fue, para mí, el autor preferido. Pero a todos, preferí siempre esa maravillosa obra de la literatura árabe, tan ricamente elogiada en el tiempo: “Las mil y una noches”. También otros libros llegaron, sin duda alguna, al fondo de mi alma. Puedo hablarles de las novelas de Gutiérrez, autor que me agradó mucho. Las fantasías de Julio Verne y las obras de Stevenson y “Las mil y una noches” son los mejores goces literarios que he practicado. Estos libros han ejercido, posiblemente cierta influencia sobre mí. El reportaje continúa con una pregunta sobre su viaje a España y la impresión que le causaron los estudiantes secundarios de Madrid. Y si conocen nuestra literatura y les gusta lo argentino. Sigue luego la inevitable inquisición de si esta era la primera vez que llegaba a Jujuy y si conocía a algún escritor jujeño, a los que Borges respondió que entre los buenos amigos que tenía estaba el “literato Jorge Calvetti. Hemos comido muchas veces juntos...”
Por último, los alumnos preguntan ¿Cuál es la página que usted siente más suya?, y Borges responde: “Bueno, en ese sentido vamos a suponer que ustedes son muy generosos y me permiten dos páginas. Una de ellas se llama ‘El Sur’. Creo que el mejor cuento mío puede ser ese. En verso, hay un poema que se llama ‘Límites’. Este poema me parece que tiene valor; sobre todo cuando se vive, cuando hay cosas que estamos haciendo por última vez. Por ejemplo, cuando sin saberlo nos despedimos de alguien a quien ya no veremos más, porque a lo mejor ocurrirán que nosotros, o él, morirá primero. Hay lugares a los cuales uno no vuelve. Para mí por ejemplo en Buenos Aires hay esquinas que recorrí por última vez, libros que no volveré a leer. Todo esto he volcado en estas obras que son el fiel reflejo de un espejo que me aguarda en vano... Y así llegamos también al ensayo ‘La muralla y los libros’, que es el caso muy curioso de un emperador que hace construir una gran muralla china y quemar todos los libros que se habían escrito hasta esa época, como para borrar el pasado”
La entrevista concluía deseándole un pronto regreso a Jujuy y la obtención del premio Nobel. A lo que Borges respondió: “Mucho me gustaría volver; pero más bien lo dudo, porque lo viejo no vuelve. En cuanto al Premio Nobel, son ustedes muy amables, pero no lo espero”.
Vaya en homenaje por el Día Universal de la Lengua, una reflexión de Gerardo Miguel Albarracín, médico jubilado y ceramista, quien expresa: “Este reportaje a Borges marcó profundamente mi vida”; experiencia que me llevó a preguntar: ¿por qué Borges no logró contactarse con los estudiantes secundarios? Una de las razones podría ser la complejidad de su obra. Borges escribe con un lenguaje preciso, cargado de simbolismo, metáforas, acertijos; referencias filosóficas, literarias y teológicas, que exigen del lector una formación y una concentración poco habituales. Sus temas: el infinito, el tiempo, los espejos, los laberintos, la identidad- no son fácilmente accesibles y suele evadir los conflictos sociales concretos que muchas veces demanda el lector común”, comentó.
“En ese sentido, su literatura se aleja de lo inmediato y lo tangible para internarse en lo abstracto y lo metafísico. Otro factor puede ser su figura personal y sus posturas políticas. Borges era anglófilo, elitista en su estética, y abiertamente antiperonista, lo cual lo alejó de una parte importante del pueblo argentino, especialmente en épocas donde la literatura era también un campo de lucha ideológica. A esto se suma su sentido del humor irónico, su mirada escéptica sobre el tiempo y la realidad, y su condición de protestante en un país de mayoría católica, lo cual lo volvía aún más ajeno para muchos lectores”, concluyó.
Deseo cerrar con un homenaje a todos los escritores de Jujuy, en este Día Universal del Idioma, y agradecer a mi hermano mellizo, Gerardo Miguel Albarracín, que ya Néstor Groppa lo bautizara como poeta, en las páginas literarias del Diario Pregón, en 1983, de un poema titulado: “Los maniquíes se divierten”, de mi autoría y me causara una grata alegría, como hoy 23 de abril, el calendario de la época, traía los nombres de dos santos: Gerardo y Jorge.