El viernes 3 de octubre fue distinto. La Rosa Disco, en la vecina provincia de Salta, se convirtió en el templo del rock nacional para recibir a Las Pelotas, uno de los grupos más emblemáticos de la escena argentina. El público comenzó a colmar el lugar desde temprano, en una noche donde la música y la pasión fueron protagonistas absolutas.
Pasadas las 22.30, Germán Daffunchio apareció en el escenario con sus infaltables gafas y gorra, saludando a la multitud que coreaba sin descanso “¡Vamos Las Pelotas!”. Con “Desaparecidos” como primer tema, la banda abrió un repertorio cargado de clásicos que hicieron cantar, bailar y emocionar a todos los presentes. No faltaron himnos como Qué podés dar, Víctimas del cielo, Capitán América y Día feliz, cada uno acompañado por banderas y voces que agitaban el ambiente con fervor.
La agrupación integrada por Germán Daffunchio, Gabriela Martínez, Tomás Sussmann, Sebastián Schachtel, Gustavo Jove, Gaspar Daffunchio y Alejandro Gómez Ferrero volvió a demostrar por qué se consolidó como referente indiscutido del rock argentino. Su estilo, donde conviven la crudeza del género con melodías populares y letras de fuerte contenido social, sigue marcando generaciones.
El público, que no solo llegó desde Salta sino también desde Jujuy, Mendoza y otras provincias, convirtió el show en una verdadera fiesta de banderas y cantos. Incluso hubo un emotivo homenaje a Alejandro Sokol, recordado exvocalista de la banda, que se hizo presente en el corazón de los fanáticos.
Tras dos regresos al escenario y el pedido a coro de “¡Una más!”, Las Pelotas cerraron la noche con Será, y como broche final regalaron un tema de Sumo, desatando la euforia definitiva. El reloj ya había pasado la medianoche, pero nadie parecía querer que el recital terminara.
La producción estuvo a cargo de ElectroRock y Morrison Rock, y contó con la cobertura especial de El Tribuno de Jujuy, que acompañó esta celebración de puro rock and roll en la vecina provincia. Una velada que quedará grabada en la memoria de todos los que estuvieron ahí, porque cuando Las Pelotas suben a escena, el rock se vive con todas las letras.