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19 de Julio,  Jujuy, Argentina
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Luna de miel... ¡en el infierno!

Domingo, 08 de diciembre de 2024 23:25
REALIDAD NACIONAL / "LA MACRO" ACERCANDOSE AL CIELO, "LA MICRO" CON LA GENTE EN EL INFIERNO.

Nadie imaginó que el primer año de Gobierno libertario iba a ser así. Apareció "el loco de la motosierra", hoy Presidente de la Nación, y casi el 60% de los argentinos, hartos de una clase dirigente tan pagada de sí misma, incapaz de dar respuestas que no fueran demagógicas o pseudo progresistas, y siempre cortoplacistas, creyó que había llegado el momento, (y el Mesías), que había estado esperando durante décadas, ganadas, empatadas o perdidas, pero al final, todas iguales. Javier Gerardo Milei, sin partido político, sin cuadros dirigentes, sin historia política, esgrimiendo el endiablado aparato desbrozador y remedó la oferta de guerra de Winston Churchill: ofreció sangre, sudor y lágrimas. Se presentaba anarco capitalista, anarquista de mercado, definiciones que pocos conocían y a pocos les importaron, pero decía cosas como éstas: "Entre la mafia y el Estado, prefiero a la mafia. La mafia tiene códigos, la mafia cumple, la mafia no miente, la mafia compite", o "Si bien la situación es delicada, ello no avala la violencia, entendamos que una Argentina distinta es imposible con los mismos de siempre". Y recitaba su lema de cabecera: "El liberalismo es el respeto irrestricto del proyecto de vida del prójimo, basado en el principio de no agresión y en defensa del derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad". E invariablemente cerraba sus mensajes gruñendo: "Viva la libertad, carajo".

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Nadie imaginó que el primer año de Gobierno libertario iba a ser así. Apareció "el loco de la motosierra", hoy Presidente de la Nación, y casi el 60% de los argentinos, hartos de una clase dirigente tan pagada de sí misma, incapaz de dar respuestas que no fueran demagógicas o pseudo progresistas, y siempre cortoplacistas, creyó que había llegado el momento, (y el Mesías), que había estado esperando durante décadas, ganadas, empatadas o perdidas, pero al final, todas iguales. Javier Gerardo Milei, sin partido político, sin cuadros dirigentes, sin historia política, esgrimiendo el endiablado aparato desbrozador y remedó la oferta de guerra de Winston Churchill: ofreció sangre, sudor y lágrimas. Se presentaba anarco capitalista, anarquista de mercado, definiciones que pocos conocían y a pocos les importaron, pero decía cosas como éstas: "Entre la mafia y el Estado, prefiero a la mafia. La mafia tiene códigos, la mafia cumple, la mafia no miente, la mafia compite", o "Si bien la situación es delicada, ello no avala la violencia, entendamos que una Argentina distinta es imposible con los mismos de siempre". Y recitaba su lema de cabecera: "El liberalismo es el respeto irrestricto del proyecto de vida del prójimo, basado en el principio de no agresión y en defensa del derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad". E invariablemente cerraba sus mensajes gruñendo: "Viva la libertad, carajo".

Y la gente compró. Porque se le representó la cruda realidad del 2001, cuando el grito nacional era: "Que se vayan todos, que no quede ni uno solo" y cuando miraba la realidad 2023, viendo que seguían todos, ya no le importaron las locuras de un Milei que le decía al Papa Francisco "representante del Maligno", que despreciaba la lucha en contra del cambio climático, o que había definido como "aberración" a la Justicia Social por decir que donde hay una necesidad hay un derecho, "olvidan que ese derecho alguien lo tiene que pagar". Y reafirmaba: "La justicia social es injusta porque implica un trato desigual frente a la Ley, y además está precedida de un robo". La gente pasó por alto todo y reventó las urnas, y aun en lugares como Jujuy, donde LLA no existía, consagró legisladores nacionales a candidatos desconocidos, o conocidos por cualquier cosa menos por su lucha contra la casta. Y así fue en todo el país. Y Milei asumió el 10 de diciembre. Y ahora espera volver a ganar.

Dicen que cada nuevo gobierno, tiene, debe o debería disfrutar al menos un año de "luna de miel". Una suerte de benevolente compresión de la política, de tregua con los sindicatos, de paciencia del "círculo rojo" y tolerancia de los empresarios y el mercado. Pero nada de eso ocurrió. "La casta" se llamó a la resistencia feroz. La oposición K, derrotada, y frustrada convirtió el parlamento en una trinchera despiadada, con el objetivo de oponerse y bombardear todo lo que tenga olor a gobierno: le negaron utilizar los DNU como herramienta de gestión, caso nunca visto. La CGT, a 18 días de haber asumido Milei llamó a un paro general y movilización para el 24 de enero, íía 42 días de gobierno!! La izquierda más herida que el kirchnerismo, acorralada e investigada convocó a resistir y ganar las calles con una repudiada estrategia de lucha que va perdiendo día a día. La UCR, desorientada como nunca en sus 120 años de prolífica existencia, se replegó entre divisiones internas. "El círculo rojo" expectante, puso en un compás de espera. ¿Luna de miel?... íAfuera!

Pero la gente... ¿qué pasó con la gente que legitimó el monumental triunfo de LLA? De entrada sufrió el golpe inflacionario espectacular que dejó de herencia la desenfrenada campaña de Sergio Massa y que Milei toleró que se instale con toda su crudeza. El Estado comenzó a achicarse entre despidos y retiros voluntarios aumentando la desocupación y el trabajo informal a niveles altísimos. Arreciaron quitas de subsidios para "sincerar" la economía, y se dispararon las tarifas de los servicios a niveles astronómicos e impagables, no sólo en las franjas más sumergidas, sino en la clase media, (principal soporte electoral de LLA) y hasta en la frontera con la clase más acomodada. Se recortaron presupuestos en cada rincón del Estado, educación, salud, investigación, etc y se frenó la obra pública, para angustia de las Provincias. Las prepagas soltaron amarras y en muchos casos, brindando servicios subdesarrollados los cobran en valores del primer mundo. Los supermercados no dejan de remarcar precios cubriéndose con ofertas de dudosa claridad. Los sueldos y las jubilaciones deprimidos al extremo y no se arriman a las canastas básicas. Y el Pami, sin piedad ni solidaridad, recorta los medicamentos gratuitos a la clase pasiva. Cayó el consumo, y la pobreza y la indigencia batieron récords, en el país de la minería, la energía, el trigo y la carne.

Y mientras el descoyuntado arco antimilei se agota críticas y palos en la rueda sin propuestas, LLA se regodea en sus resultados: bordea el déficit cero, desmenuza el Estado, domina la inflación, libera controles de precios, exhibe como trofeos enquistados nudos de corrupción de volúmenes colosales, celebra su posicionamiento internacional, y aspira a un liderazgo regional. Por ahora, guste o no, lo quieran reconocer o no, aunque vaya a los tumbos con su gabinete y su política diplomática, y la economía doméstica, Javier Milei agresivo y obstinado impone su agenda, gobierna prepoteando y conserva el centro del ring. Y persistirá en su afán "motosierresco", al que últimamente le brotó el "costado más casta" de una pragmática pasión por negocio político. ¿Habrá sido tan malo todo lo anterior que Javo sigue arriba en las encuestas de opinión? Pareciera que sí, porque hace horas, le asestó dos duros golpes a la jefa de la oposición, Cristina Elisabet Fernández de Kirchner: la CSJ por unanimidad, la envía a juicio oral por el caso del pacto con Irán, y el Tribunal Federal 7 fijó fecha para noviembre del 2025, para iniciar el juicio por la causa "de los cuadernos" donde a CEFK se la acusa de jefa de una asociación ilícita.

Si así no fuese los millones que lo votaron y muchos que no lo votaron, no seguirían consintiendo esperar y acompañar al Presidente atravesando esta tormenta perfecta, y son los que sostienen todavía esta asfixiante, casi masoquista, luna de miel en el infierno. Infierno de las fuerzas de una crisis que mañana cumple un año, sin mostrar todavía un camino claro hacia las fuerzas del cielo.

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