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29 de Julio,  Jujuy, Argentina
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Vienen tiempos distintos...pero iguales...

Lunes, 31 de enero de 2022 01:02

 

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El Presidente se paró frente a las cámaras de TV. Con forzada sonrisa y un gesto mezcla de agotamiento y satisfacción, le dijo al país que el Fondo Monetario Internacional le había acordado un préstamo especial de 40 mil millones de dólares. Con ellos armaría un blindaje para superar la crisis.

El Presidente subrayó el anuncio con una frase que no se olvidará: "íQué bueno es dar buenas noticias!". La memoria periodística trae del túnel del tiempo, lo ocurrido un 22 de diciembre del año 2000, época del gobierno de la Alianza y del presidente radical Fernando De La Rúa, y Argentina vivía índices de pobreza, indigencia e inflación, de ollas populares, clubes de trueque y violencia descontrolados. Después de aquellas "buenas noticias" sobrevino un tiempo trágico y doloroso y el clamor popular porque "se vayan todos". Pero excepto el presidente, la absoluta mayoría de los protagonistas de aquellos días, sigue manejando la cosa pública en Argentina.

Hace horas, una actualidad parecida, llevó al presidente del Frente de Todos, Alberto Fernández, a impostar un discurso ganador y ultra optimista al afirmar que se llegó a un acuerdo con el FMI que casi no exigiría nada a cambio y hasta respalda las políticas que su gobierno está sosteniendo. El caso es que el país, 20 años después repite su crisis y la esperanza está cifrada en que luego de haber tropezado otra vez con la misma piedra, hayamos aprendido que si para solucionarla hacemos las mismas cosas que entonces, el resultado que nos espera también será el mismo. El entendimiento técnico logrado es un magnífico paso para comenzar a reducir la crisis y es lo mejor que se pudo negociar para alejar la amenaza del default y de otro 2001. AAF prometió que seguiremos creciendo, con obra pública, sin ajustes, sin necesidad de reformas laboral o previsional, sin saltos cambiarios con un déficit fiscal cero para el 2024". Y no pudo sustraerse de la estocada política: "La historia juzgará quien creó el problema y quien lo resolverá", como si desde el macrismo hacia atrás, todo hubiese sido un paraíso desperdiciado o un gigantesco vacío que con igual liviandad se podría remontar diez, cincuenta o cien años en el tiempo.

Hubo resultados rápidos: el dólar se retrajo $10 en pocas horas, el riesgo país acomodó en mejores números. Y mientras el "albertismo" festejaba, (¿está viviendo otra oportunidad de nacer y crecer?), el kirchnerismo permanecía retraído o disgustado (¿quizá acusando el golpe que el FMI le propinó al ignorar sus ataques?). El que actuó con pasmosa celeridad, fue el presidente de la UCR y gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, quien expresó un estridente beneplácito, luego acompañado por otras voces de JxC mucho más moderadas, otras medidamente críticas. Después tronaron los escépticos y los que atacaron el anuncio con munición pesada. La ausencia de aprobación del kirchnerismo, hace suponer que, aunque llegue, la interna en el FdT sigue viva y puede crecer. Ya lo había dejado claro Cristina Elisabet Fernández, en sus vibrantes dichos en Honduras, cuando frente a un deleitado auditorio chavista emparentó a los organismos internacionales de crédito, al neoliberalismo y al capitalismo con planes maquiavélicos y siniestros para derruir a los países pobres o asfixiados para entregarlos al narcotráfico. De paso, le dio otra mano de alquitrán a la Justicia: "Los que antes financiaban golpes militares, ahora financian golpes judiciales", dijo la vicepresidenta argentina. Después volvió al país, en silencio.

Se anuncian tiempos distintos, pero mientras asoman detalles del entendimiento, se nota que todo seguiría igual. El Bcra ya no tendrá $1.087 millones de dólares que habrá pagado al FMI. No cede la presión tributaria y inflación rondaría 4%. Y crecen los aprestos de las agrupaciones kirchneristas (con el aval de AAF) para concretar mañana la marcha en contra de la Corte Suprema (en realidad dicen: "para echar a patadas" a los jueces y "democratizar" de una vez al Poder Judicial). Días después, obviamente, habrá una contramarcha.

El Presidente se va a Moscú y luego a China para reforzar nuevos posicionamientos geoestratégicos y la frutilla del viaje la colocará en Barbados, como flamante presidente de la Celac, para charlar de temas del medio ambiente. El Congreso se prepara para extraordinarias y por debajo de estos telones, arde la política de cara al 2023, al parecer, los temas de más alta preocupación de la mayoría de la clase dirigente.

Las provincias con gobierno peronista se van acomodando para adelantar sus elecciones, para no ser arrastradas en un posible descalabro elector del Frente de Todos, en especial si finalmente Alberto Fernández va por su reelección, aunque hoy sea el referente oficialista con mayor intención de voto. Las provincias que gobierna la oposición analizan qué hacer. JxC deberá ordenar las estanterías si quiere mostrarse sólido, coherente y aspirante a ganar.

En Jujuy, de seguir como venía, GM estaría convocando a elecciones para abril, y luego se concentraría totalmente en su carrera presidencial. Claro, esta es la mirada de hoy. En la provincia las cosas pueden cambiar mucho, tanto como en la nación.

Más allá de la política en Jujuy, tres de los sectores más potentes se acomodaron en sus trincheras. El licenciado Federico Gatti, administrador de Ledesma SAAI, fue electo titular de la Unión Industrial. Fortalecerá los vínculos con la UIA y con Uninoa, para procurar un desarrollo armónico y sobre todo competitivo. Y la principal tarea de FG será no claudicar en la pelea por eliminar las asimetrías que siempre favorecen a las áreas metropolitanas vecinas de los puertos, y por exigir políticas de estado activas en favor de la producción regional.

En el caso de la Unión Empresarios, el ingeniero Luis Alonso fue reelecto en la presidencia y seguirá concentrado en la defensa de las pymes y en los reclamos por la reducirles los ingresos brutos, bajar retenciones y buscar un criterio fiscal con sentimiento y espíritu federal. La voracidad recaudadora mantiene aplastado al comercio regional que pugna por recuperar sus estándares prepandemia, pero en el horizonte sólo aparecen nubarrones, y hay rubros que siguen sumergidos.

El otro sector en lucha es el tabacalero. La lucha de la Cámara del Tabaco expresada en su titular el doctor Pedro Pascuttini sigue bregando por la eliminación, o al menos la suspensión por un año, de las retenciones a la exportación, que es del 12%. La inflación y la variación cambiaria tampoco ayudan. El sector viene de una sensible reducción de la superficie cultivada lo que afectó también a la Cooperativa de Tabacaleros de Perico, a la que los productores deben llegar a entregar los cupos asignados en tiempo y forma, lo que en estas condiciones se hace difícil. Los tres sectores son y serán reales pilares de la economía jujeña. Gobierne quien gobierne.

Se anuncian nuevos aires, nuevas expectativas. Nuevas promesas. Pero por ahora todo sigue igual, hasta que se demuestre lo contrario.

 

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