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"El femicidio es una forma extrema del machismo y lo vivimos en la provincia"

El licenciado en Psicología (MP 431) e integrante del Consejo Provincial de la Mujer, describió las características de un femicida y dio recomendaciones acerca de cómo actuar ante casos de violencia. Aseguró que en Jujuy hay una fuerte cultura machista que está naturalizada, una cultura patriarcal, de sometimiento, que se debe erradicar, buscando un cambio social, empezando desde la escuela.
Sabado, 17 de octubre de 2020 01:03

¿Cuáles son las características o el perfil de un femicida?

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¿Cuáles son las características o el perfil de un femicida?

Por ahí hablar o identificar un perfil es difícil, es complicado hablar de un perfil en sí. Si hay características que reúnen muchos hombres que ejercen violencia contra las mujeres y que son comunes, generalmente se habla de tres tipos: los psicopáticos, los hipercontrolados y los ciclotímicamente inestables. El psicopático tiene que ver con aquellos hombres que al ejercer violencia no tienen culpa, no tienen remordimientos, carecen de empatía, son bastante agresivos; respecto a los hipercontrolados están constantemente acumulando tensión pero afuera de su casa, en el ámbito público, venden una fachada que sea socialmente aceptada pero internamente van acumulando ciertas cuestiones y eso le genera frustración las cuales después las llevan al ámbito privado y la vuelcan en la mujer, afuera de su hogar tienden a ser simpáticos, amables, pero dentro del hogar muestra toda esa miseria guardada. Y en relación a los ciclotímicos son personas que por momentos están bien, son agradables pero a veces, en un clima de armonía hay un detonante cualquiera y estalla y eso genera una confusión importante en la otra personas, en la mujer si hablamos de relación de pareja, porque no sabe cómo manejarse, o en cuál de las dos facetas está y eso muchas veces las obliga a encontrar una estrategia para que este señor no se enoje, están viendo todo el tiempo lo que le molesta y tratan de minimizarlo para evitar que se irrite. Estas son algunas características, pero después en general la persona violenta busca culpabilizar al otro, jamás se hacen cargo, siempre buscan otro, inclusive responsabilizan a la misma mujer.

Entonces cuesta identificar a una persona violenta, más aún en una relación de pareja...

Sí, porque durante la conquista, en la primera etapa de la relación estas personas buscan tapar esa cualidad, tienen que generar una capa bastante importante y seductora para captar a la mujer y muchas veces ellas terminan cayendo porque otra característica muy propia del violento es la manipulación, ellos logran detectar las aspiraciones o los proyectos de la mujer y logran armar una fachada tan importante que les hace creer a ellas que a su lado pueden cumplir esos proyectos, pero por supuesto que es una fachada que no dura mucho porque en algún momento la persona va a demostrar su verdadero traje. Por otra parte, también es difícil detectarlo porque en Jujuy hay una fuerte cultura machista que está naturalizada, una cultura patriarcal que en algún momento tiene que caer.

¿Qué acciones pueden ser indicadores o dar indicios de que se está frente a una persona violenta o agresiva?

Hay ciertos comportamientos que se pueden tener en cuenta como por ejemplo los celos, que no tienen nada que ver con el amor sino con la inseguridad, cuando vemos que quieren objetivar a la mujer, o tienen la idea de posesión, a veces los primeros indicios comienzan con celos, o incluso como un chiste que ubica a la mujer en rol de detrimento, o cuando le prohíben a la mujer salir, o cuando dicen "sos mía", "mi mujer" esos términos habría que erradicarse; esos son algunos indicadores.

¿Y ante estas situaciones cómo se debe actuar?

Lo primero que se debe hacer es la denuncia y por supuesto resguardarse, poner límites y dar un paso al costado. Muchas veces se crea la ilusión de pensar que esa persona va a cambiar. Incluso es tal el nivel de manipulación que después de tener una actitud violenta o agresiva, recurren al arrepentimiento, a hacer promesas de cambio y en función de eso, lamentablemente muchas veces la mujer retoma el vínculo a raíz de esta manipulación.

El 45% de las personas que están privadas de su libertad en la provincia, están acusadas de violencia de género o abuso sexual. ¿A partir de esto se puede inferir que el jujeño tiene esa tendencia al sometimiento machista y a la violencia?

Sí. El femicidio es una manifestación extrema del machismo y eso lo vivimos en la provincia. Incluso si comparamos con otras provincias, la situación es muy distinta. En las provincias del interior esto está más arraigado, en los centros urbanos hay muchos más movimientos feministas, ha habido más avances y hay otras posibilidades que en Jujuy todavía no se dan, acá está muy arraigado el machismo. Y en el interior de la provincia es peor, hay mujeres en el norte que cuando llega el marido le tienen que lavar los pies, está mucho más marcado el sometimiento de la mujer y cuando esto no se cumple, o no se respeta se ejerce la violencia, y se da una forma muy natural, sin escrúpulos, por la misma crianza que han tenido.

¿Tiene que haber un cambio cultural para que se modifiquen estas conductas? ¿Cómo se logra eso?

Sí. Tiene que haber un cambio rotundo para que se erradique esta cultura machista. Si bien es algo complicado y hay mucha resistencia al cambio. Y en esto es importante trabajar sobre la base, sobre la educación. La matriz está en la infancia, en las primeras vivencias de la persona con sus referentes y son patrones que tienden a repetirse, porque es la forma en la que aprendieron a enfrentar un conflicto: a través de la violencia. Creo que es importante trabajar en la escuela la violencia de género, desde el nivel inicial incluso con los docentes que son los que continúan repitiendo el mismo discurso, con expresiones que tienen que ver con el machismo, conceptos que se siguen transmitiendo.

¿Un femicida se puede recuperar o lograr un cambio de conducta haciendo tratamiento?

Todos tienen la oportunidad de cambio. Algunos son más fáciles de adherir a un proceso terapéutico y a otros les cuesta muchísimo, es más muchas veces la intervención que uno hace no logra penetrar porque la persona tiene representaciones muy rígidas y está muy instalada la violencia, es muy difícil de modificarlo. En el caso de los psicopáticos, cuando no hay remordimiento, no hay culpa, no hay empatía, es mínimo el porcentaje que logra un cambio.

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