El colombiano Carlos Vives ofreció el martes en el Auditorio de la Usina del Arte un cálido show, cargado de emociones, con la compañía de Soledad Pastorutti, durante la primera Sesión Acústica de los Grammy Latinos que se realiza en Buenos Aires, organizada por la Academia Latina de Artes y Ciencias de la Grabación.
Esta es la primera ceremonia de este estilo que se realiza en la Argentina y según el titular de la Academia, Gabriel Abaroa, obedece al "calibre de artistas que tiene y tuvo la Argentina y a que esta es la capital mundial del tango, el folclore y el rock en español".
El acto al que asistieron funcionarios del gobierno porteño, legisladores, músicos y directivos de todas las compañías discográficas tuvo como sello un set acústico de Soledad y el cierre con Vives.
El colombiano, con un estilo muy cálido, arrancó contando la historia de la música folclórica de su país, su decisión de fusionarla con el pop, el rock y el reggae y la influencia de la música argentina en su vida.
Luego manifestó su admiración por Soledad Pastorutti y sus ganas de producirle un disco e invitó a la nacida en Arequito a hacer "Dame una sonrisa".
Un rato antes que Vives, la Sole abrió el abanico de su repertorio al cruzar tambiÚn su faceta de folclorista que apuesta por la fusión al tocar la chacarera "Canta" con el vals peruano "Que nadie sepa mi sufrir" y la santiagueña "Cuando me abandone el alma" de los Carabajal.
Más tarde mezclo estrofas de la Lambada con ritmo bien andino boliviano con clásicos suyos que cerraron con "El tren del cielo" y luego ofreció la nueva "Eres" con airecitos caribeños y cerró con su hermana Natalia Pastorutti haciendo "Hermanas".
Al inicio de la ceremonia, Axel y Lali Esposito explicaron la obra de la Fundación de los Grammy Latinos que entrega instrumentos a niños de toda la región y becas para que jóvenes músicos latinos puedan estudiar en la Escuela de Música de Berkeley en los Estados Unidos.