Taxistas chilenos salieron a las calles de Santiago ayer para demandar la eliminación de Uber y Cabify, servicios de transporte de pasajeros a los que acusan de operar de manera ilegal y merma sus fuentes de ingreso.
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Taxistas chilenos salieron a las calles de Santiago ayer para demandar la eliminación de Uber y Cabify, servicios de transporte de pasajeros a los que acusan de operar de manera ilegal y merma sus fuentes de ingreso.
Con banderas negras y amarillas y al ritmo de tambores, los representativos colores de los taxis chilenos, centenares de taxistas marcharon pacíficamente por las céntricas calles de Santiago en una nueva manifestación en el marco de una disputa que estos conductores del transporte público mantienen con Uber y Cabify, y que se ha repetido en varios países de la región.
"Esto se soluciona eliminando Uber, eliminando Cabify, porque están trabajando con vehículos particulares ilegales", declaró Mario Hidalgo, dirigente del gremio de taxistas independientes de la capital chilena, que reúne a más de 28 milconductores.
Hidalgo afirmó que estas plataformas electrónicas operan ilegalmente brindando un servicio de transporte público, cuando el gobierno mantiene congelado el parque automotriz para taxis debido a la contaminación y la congestión vehicular que agobian a la capital chilena.
Los taxistas afirman que desde la llegada de Uber a Chile, en octubre de 2014, han visto mermados sus ingresos en un 60%, y muchos de sus colegas perdieron sus vehículos.
"Estamos hablando de delincuentes, de gente que nunca ha trabajado en un vehículo, a nosotros nos ha bajado impresionantemente nuestro trabajo", sostuvo.