Después que el remisero le dijera a la extraterrestre que esta historia era leída en los Laberintos Humanos, ella pulsó los controles para consultar nuestra página web donde, justamente, estaban estos cuentos. Entonces, sorprendido, el remisero le preguntó si en su galaxia también leían el Tribuno de Jujuy.
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Después que el remisero le dijera a la extraterrestre que esta historia era leída en los Laberintos Humanos, ella pulsó los controles para consultar nuestra página web donde, justamente, estaban estos cuentos. Entonces, sorprendido, el remisero le preguntó si en su galaxia también leían el Tribuno de Jujuy.
Es que en mi planeta somos gente bien informada, le explicó la mujer de bella figura cubierta con un enterizo plateado en aquella nave espacial en la que lo habían secuestrado, y entonces puso la mano sobre el hombro del remisero y le susurró al oído que estamos al tanto de todo lo que les sucede.
Así saben bien cómo somos, dijo el remisero algo nervioso por la escalada erótica de la marciana, pero ella se alejó unos pasos y le dijo que la verdad es que son bastante incomprensibles. Una lee lo que dice su diario sobre su realidad, lee cuáles son sus reacciones y nos resultan de lo más irracionales.
En nuestro planeta el gobierno es una entre otras empresas comerciales, le explicó, como la que fabrica autos o gaseosas. Nos ponemos de acuerdo en contratar a la mejor, y si no nos gusta la cambiamos por otra del mismo modo en que ustedes cambian de garaje o de peluquería. Más o menos como nosotros, le dijo el remisero, lo difícil es ponernos de acuerdo en cuál es la mejor.
Le voy a mostrar como es mi planeta, dijo ella sentándose a su lado, encendiendo un monitor tridimensional y poniéndole la mano sobre la rodilla. Entonces, nos dijo el remisero, vi ciudades de cristal sobrevolando un gran lago verde.