Enamorada | ¡Buen día!

Escuchando a gente joven que se abre a confidencias, he descubier­to que las jovencitas suelen vivir preocupadas si no les llega el amor. O, para ser más preciso, el enamora­miento. Porque el amor es otra cosa. "El amor es algo tan profundo, tan delicado y tan magnífico que sólo puede llegar a darse pocas veces en una vida, si es que llega a darse más de una.

Un verdadero amor pueda ve­nir rápidamente, pero no puede irse fugazmente".

Quien lo escribe es una chi­ca que supera ya su adoles­cencia y comienza a transi­tar las primeras sendas ju­veniles: Verónica Cheja, de 18 años, estudiante publici­taria. En "Estoy enamora­da", sabrosa nota publicada por "Clarín", Verónica ex­plicita su opinión:

"Pienso que cuando alguien está enamorado le pierde miedo al tiempo. Yo siempre le tu­ve miedo hasta que estuve enamorada. Enamorada de verdad". Y agrega: "Mis amores pasajeros fueron más pasajeros que amores, entre otras porque fueron amores con miedo al tiem­po, al desencanto que pue­de traer el tiempo.

Ahora que estoy verdaderamente enamorada me doy cuenta que el tiempo no deteriora sino que fortalece una rela­ción. En los amores pasaje­ros lo que uno busca son co­sas excepcionales; en los amores profundos lo que uno quiere es tiempo para compartir las cosas de to­dos los días, y creo que es así porque, en un auténtica relación amorosa, la cosas de todos los días se vuelven excepcionales.

Un verdade­ro amor es una pasión con­tinua, una vehemencia tranquila. Si estar enamora­da es simplemente increí­ble es porque el misterio de estar viva nunca es más fuerte ni más maravilloso que cuando se quiere de verdad a alguien".

Me ha parecido interesante repro­ducir algunas expresiones de esta chica enamorada, pero que aprendió a intro­ducirse en el remanso del amor profundo. Dice cosas importantes con la frescura de su floreciente juventud.

Lo que deberán aprender es que "sentirse" enamoradas no es lo mismo que amar, exactamente. El amor, no sólo es algo más profundo y duradero sino que se va orientando siempre más hacia el bien de la persona amada. ¡Hasta mañana!

Escuchando a gente joven que se abre a confidencias, he descubier­to que las jovencitas suelen vivir preocupadas si no les llega el amor. O, para ser más preciso, el enamora­miento. Porque el amor es otra cosa. "El amor es algo tan profundo, tan delicado y tan magnífico que sólo puede llegar a darse pocas veces en una vida, si es que llega a darse más de una.

Un verdadero amor pueda ve­nir rápidamente, pero no puede irse fugazmente".

Quien lo escribe es una chi­ca que supera ya su adoles­cencia y comienza a transi­tar las primeras sendas ju­veniles: Verónica Cheja, de 18 años, estudiante publici­taria. En "Estoy enamora­da", sabrosa nota publicada por "Clarín", Verónica ex­plicita su opinión:

"Pienso que cuando alguien está enamorado le pierde miedo al tiempo. Yo siempre le tu­ve miedo hasta que estuve enamorada. Enamorada de verdad". Y agrega: "Mis amores pasajeros fueron más pasajeros que amores, entre otras porque fueron amores con miedo al tiem­po, al desencanto que pue­de traer el tiempo.

Ahora que estoy verdaderamente enamorada me doy cuenta que el tiempo no deteriora sino que fortalece una rela­ción. En los amores pasaje­ros lo que uno busca son co­sas excepcionales; en los amores profundos lo que uno quiere es tiempo para compartir las cosas de to­dos los días, y creo que es así porque, en un auténtica relación amorosa, la cosas de todos los días se vuelven excepcionales.

Un verdade­ro amor es una pasión con­tinua, una vehemencia tranquila. Si estar enamora­da es simplemente increí­ble es porque el misterio de estar viva nunca es más fuerte ni más maravilloso que cuando se quiere de verdad a alguien".

Me ha parecido interesante repro­ducir algunas expresiones de esta chica enamorada, pero que aprendió a intro­ducirse en el remanso del amor profundo. Dice cosas importantes con la frescura de su floreciente juventud.

Lo que deberán aprender es que "sentirse" enamoradas no es lo mismo que amar, exactamente. El amor, no sólo es algo más profundo y duradero sino que se va orientando siempre más hacia el bien de la persona amada. ¡Hasta mañana!