Correa, un economista de 53 años que llegó al poder en 2007 tras una década de inestabilidad política, argumentó motivos personales para no participar en los comicios del 19 de febrero, de los que surgirá su sucesor, el vicepresidente, cinco parlamentarios andinos y 137 diputados.
Los comicios se llevarán a cabo bajo observación de la OEA y la Unasur. La decisión que tomen los 12,8 millones de electores ecuatorianos podría acentuar el viraje a la derecha en la región, tras el cambio en los gobierno de Argentina, Brasil y Perú en el último año. "Hubo un giro hacia la izquierda desde (el venezolano Hugo) Chávez en adelante, pero con más fuerza desde 2004, 2005. Y ahora hay nuevamente un giro en el sentido inverso, que esto en gran medida está determinado por la situación económica", señaló a la AFP Simón Pachano, de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso).
Correa ganó con holgura las tres elecciones presidenciales que disputó -dos de ellas en primera vuelta- con su "Socialismo del siglo XXI", e incluso llegó a ser visto como posible heredero del liderazgo regional tras la muerte de Chávez en 2013. Pero sin él, el partido oficialista Alianza País no lo tiene tan fácil para continuar con el proyecto del gobernante, quien ha advertido de una "restauración conservadora" en el vecindario.
"Es fundamental que recordemos lo que está en juego en febrero 2017. Son dos visiones de sociedad, dos visiones de desarrollo, dos visiones de Estado", dijo hace poco Correa, al celebrar sus 10 años de mandato.
Según Pachano, Correa "tiene un liderazgo fuerte y va a seguir muy presente".