"Es un dispositivo que genera esperanza en las personas que tienen problemas de movilidad en miembros inferiores porque se construyó en base a la experiencia de los usuarios; se hace acá, es de bajo costo y casi no tiene mantenimiento", dijo Juan Manuel Toloza, uno de los creadores de esta nueva tecnología junto a Nelson Acosta.
Doctores en Ciencias Informáticas y expertos en robótica aplicada, ambos crearon el proyecto de investigación "Real Walker" que ya produjo una familia de productos robóticos de rehabilitación motriz entre los que se destaca el "Lázaro Para Gym", una máquina que mueve los pies del paciente simulando el paso natural del ser humano pero sin requerir ningún tipo de esfuerzo físico, dado que se trata de una ejercitación pasiva.
Este entrenador sirve para estimular los miembros inferiores y promover un reaprendizaje neuronal tanto en pacientes con afecciones de origen neurológico como físicas, al tiempo que aporta los beneficios circulatorios, de tonicidad muscular, movilidad y fisiológicos del desplazamiento.
"Caminar, salvo muy poquitos diagnósticos, es recomendado por el propio diseño del ser humano", agregó.
La máquina consta de una base inferior con dos plataformas móviles, las cuales replican los movimientos de la caminata pero sin desplazamiento, de manera estática, de acuerdo al dictado de un software especial.
Esos pedales van fuertemente adheridos a la pierna del paciente que se mantiene erguido en posición vertical, gracias a un arnés sujeto de dos barras superiores.
"Nuestra innovación tiene que ver con cómo generar el movimiento porque mientras el "Lokomat" alemán, al contar con dos brazos robóticos, genera el movimiento de arriba hacia abajo; nosotros creamos una tecnología que mueve los pies haciendo que el cuerpo copie hacia arriba este movimiento", contó.
Docente e investigador de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires y elegido como uno de los "10 Jóvenes Sobresalientes de Argentina" en 2016 por la organización JCI (Cámara Junior Internacional), Toloza se introdujo de lleno en el diseño del Real Walker en 2007 gracias al "pedido especial de la madre" de un niño de 5 años con parálisis cerebral que "había visto este aparato" en su versión original.
Los científicos argentinos se plantearon "hacer un producto que tuviera el mismo efecto pero reduciendo los costos" y, tras unos 16 prototipos, "podemos tener hoy un dispositivo viable que cumple con las exigencias de la mayoría de las afecciones", según se pudo demostrar en "cuatro jornadas de prueba con la asistencia de más de 120 personas de todo el país con sus especialistas".
Pasados nueve años, la empresa que conformaron, T-Linda ya lleva "15 aparatos en funcionamiento, y un lote de 10 listos para salir a la calle".
Y mientras la creación alemana cuesta "unos 300 mil dólares", el último diseño local en su variante de uso personal-doméstico lo están comercializando a "entre 10 mil y 12. mil dólares".
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"Es un dispositivo que genera esperanza en las personas que tienen problemas de movilidad en miembros inferiores porque se construyó en base a la experiencia de los usuarios; se hace acá, es de bajo costo y casi no tiene mantenimiento", dijo Juan Manuel Toloza, uno de los creadores de esta nueva tecnología junto a Nelson Acosta.
Doctores en Ciencias Informáticas y expertos en robótica aplicada, ambos crearon el proyecto de investigación "Real Walker" que ya produjo una familia de productos robóticos de rehabilitación motriz entre los que se destaca el "Lázaro Para Gym", una máquina que mueve los pies del paciente simulando el paso natural del ser humano pero sin requerir ningún tipo de esfuerzo físico, dado que se trata de una ejercitación pasiva.
Este entrenador sirve para estimular los miembros inferiores y promover un reaprendizaje neuronal tanto en pacientes con afecciones de origen neurológico como físicas, al tiempo que aporta los beneficios circulatorios, de tonicidad muscular, movilidad y fisiológicos del desplazamiento.
"Caminar, salvo muy poquitos diagnósticos, es recomendado por el propio diseño del ser humano", agregó.
La máquina consta de una base inferior con dos plataformas móviles, las cuales replican los movimientos de la caminata pero sin desplazamiento, de manera estática, de acuerdo al dictado de un software especial.
Esos pedales van fuertemente adheridos a la pierna del paciente que se mantiene erguido en posición vertical, gracias a un arnés sujeto de dos barras superiores.
"Nuestra innovación tiene que ver con cómo generar el movimiento porque mientras el "Lokomat" alemán, al contar con dos brazos robóticos, genera el movimiento de arriba hacia abajo; nosotros creamos una tecnología que mueve los pies haciendo que el cuerpo copie hacia arriba este movimiento", contó.
Docente e investigador de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires y elegido como uno de los "10 Jóvenes Sobresalientes de Argentina" en 2016 por la organización JCI (Cámara Junior Internacional), Toloza se introdujo de lleno en el diseño del Real Walker en 2007 gracias al "pedido especial de la madre" de un niño de 5 años con parálisis cerebral que "había visto este aparato" en su versión original.
Los científicos argentinos se plantearon "hacer un producto que tuviera el mismo efecto pero reduciendo los costos" y, tras unos 16 prototipos, "podemos tener hoy un dispositivo viable que cumple con las exigencias de la mayoría de las afecciones", según se pudo demostrar en "cuatro jornadas de prueba con la asistencia de más de 120 personas de todo el país con sus especialistas".
Pasados nueve años, la empresa que conformaron, T-Linda ya lleva "15 aparatos en funcionamiento, y un lote de 10 listos para salir a la calle".
Y mientras la creación alemana cuesta "unos 300 mil dólares", el último diseño local en su variante de uso personal-doméstico lo están comercializando a "entre 10 mil y 12. mil dólares".