La grandiosidad de "Leo"
Messi escribió ayer otra página de oro en
Córdoba. En 2012 le vieron marcar un doblete en la Copa camino del récord goleador en un año de Gerd Müller.
Ayer, en un recital ofensivo de un Barça desbocado hacia el título, el argentino firmó otra demostración de ambición y generosidad.
Primero porque no hay otro futbolista que supere en hambre por el triplete. Ni los 30 grados que marcaba el termómetro han hecho bajar el pie del acelerador en pos de un triunfo encarrilado con una asistencia a Ivan Rakitic, una más, y ya van 26 en la temporada, y un gol, el número 50 de la presente campaña -impresionante-, justo después del descanso.
Pero lo mejor de una tarde que siempre recordarán en "El Nuevo Arcángel" llegó al final.
Tras una jugada generada por "Leo", Pedro buscó a Suárez, que no llegó a acertar en el remate. El balón quedó franco para Neymar y Messi, pero el brasileño no quiso patear en la misma línea. Fue Leo quien superó con ese tanto los 39 de Cristiano Ronaldo en la Liga situándose líder en la pelea por el "Trofeo Pichichi". (NdR: Luego el portugués marcó tres tantos ante Sevilla y volvió a la cima de los goleadores).
Sin embargo, tras un penal sobre
Neymar, el "10" agarró el balón y no fue para lanzar la pena máxima como manda la jerarquía sino para cedérselo a su amigo y compañero, que se desquitó al anotarlo tras una tarde aciaga ante puerta.
El enorme gesto del "Leo" más altruista que antepone los títulos, el bien común y la felicidad del grupo, ha llegado apenas tres días después del enésimo autorretrato de Cristiano Ronaldo.
El astro portugués exteriorizó su enfado al rematar Arbeloa ante el Almería una pelota en boca de gol que habría metido él al llegar por detrás.
Ahí está la gran diferencia: Cristiano prioriza el "Pichichi", algo menor para "Leo" cuando en juego hay tan y tan grandes empresas.
Sea o no el único futbolista de la historia con cuatro Botas de Oro, Messi demostró que su incomparable grandeza va mucho más allá de premios individuales, eso que tanto obsesiona a Cristiano.
El portugués se desvive por ellos, mientras a "Leo" le caen tras dejarse la vida por los títulos colectivos. Hasta el Santiago Bernabéu, que silbó el miércoles a Ronaldo por su actitud contra Arbeloa, lo sabe bien.
Y, por si hubiera dudas, la felicidad de Messi al ver a Neymar marcar el gol expresado con un sentido abrazo lo refleja a las claras.
La grandiosidad de "Leo"
Messi escribió ayer otra página de oro en
Córdoba. En 2012 le vieron marcar un doblete en la Copa camino del récord goleador en un año de Gerd Müller.
Ayer, en un recital ofensivo de un Barça desbocado hacia el título, el argentino firmó otra demostración de ambición y generosidad.
Primero porque no hay otro futbolista que supere en hambre por el triplete. Ni los 30 grados que marcaba el termómetro han hecho bajar el pie del acelerador en pos de un triunfo encarrilado con una asistencia a Ivan Rakitic, una más, y ya van 26 en la temporada, y un gol, el número 50 de la presente campaña -impresionante-, justo después del descanso.
Pero lo mejor de una tarde que siempre recordarán en "El Nuevo Arcángel" llegó al final.
Tras una jugada generada por "Leo", Pedro buscó a Suárez, que no llegó a acertar en el remate. El balón quedó franco para Neymar y Messi, pero el brasileño no quiso patear en la misma línea. Fue Leo quien superó con ese tanto los 39 de Cristiano Ronaldo en la Liga situándose líder en la pelea por el "Trofeo Pichichi". (NdR: Luego el portugués marcó tres tantos ante Sevilla y volvió a la cima de los goleadores).
Sin embargo, tras un penal sobre
Neymar, el "10" agarró el balón y no fue para lanzar la pena máxima como manda la jerarquía sino para cedérselo a su amigo y compañero, que se desquitó al anotarlo tras una tarde aciaga ante puerta.
El enorme gesto del "Leo" más altruista que antepone los títulos, el bien común y la felicidad del grupo, ha llegado apenas tres días después del enésimo autorretrato de Cristiano Ronaldo.
El astro portugués exteriorizó su enfado al rematar Arbeloa ante el Almería una pelota en boca de gol que habría metido él al llegar por detrás.
Ahí está la gran diferencia: Cristiano prioriza el "Pichichi", algo menor para "Leo" cuando en juego hay tan y tan grandes empresas.
Sea o no el único futbolista de la historia con cuatro Botas de Oro, Messi demostró que su incomparable grandeza va mucho más allá de premios individuales, eso que tanto obsesiona a Cristiano.
El portugués se desvive por ellos, mientras a "Leo" le caen tras dejarse la vida por los títulos colectivos. Hasta el Santiago Bernabéu, que silbó el miércoles a Ronaldo por su actitud contra Arbeloa, lo sabe bien.
Y, por si hubiera dudas, la felicidad de Messi al ver a Neymar marcar el gol expresado con un sentido abrazo lo refleja a las claras.