Siria y la Organización de Naciones Unidas (ONU) hicieron ayer un desesperado llamado a la comunidad internacional para evitar la "enorme pérdida para la humanidad" que constituiría la destrucción de las ruinas de Palmira por el Estado Islámico (EI), luego de que el miércoles el grupo yihadista tomara control de esa milenaria ciudad siria.
La captura de Palmira, con su templos, columnas y teatro de 2.000 años de antigüedad, dejó más de la mitad del territorio sirio en manos del grupo yihadista, y sucedió días después de que extendiera sus conquistas también en Irak.
Tras la toma de Palmira, poco se sabe sobre lo que los extremistas están haciendo en el interior de la urbe moderna y en su parte antigua.
La aviación siria bombardeó ayer algunos barrios de la ciudad, ubicada en la provincia central de Homs. Hubo choques aislados entre los efectivos gubernamentales y los radicales en áreas próximas a Palmira, pero de poca importancia, porque el grueso de las tropas y sus milicias aliadas se replegaron ayer ante la ofensiva del Estado Islámico.
Las Fuerzas de Defensa Nacional, milicianos progubernamentales, ayudaron a evacuar a los civiles de la población, pero muchos ciudadanos no pudieron escapar.
Palmira "es la cuna de la civilización humana. Pertenece a toda la humanidad, y creo que todos deberíamos estar preocupados por lo que está sucediendo", dijo ayer la directora general de la Unesco, Irina Bokova, quien hizo un llamado para proteger la histórica ciudad.
En un comunicado difundido por Internet, el Estado Islámico proclamó ayer su conquista de Palmira. El comunicado dijo que los "soldados" del grupo yihadista también tomaron el aeropuerto y la prisión central de la ciudad, "dejando grandes cantidades de muertos cuyos cuerpos llenan las calles".
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla
Siria y la Organización de Naciones Unidas (ONU) hicieron ayer un desesperado llamado a la comunidad internacional para evitar la "enorme pérdida para la humanidad" que constituiría la destrucción de las ruinas de Palmira por el Estado Islámico (EI), luego de que el miércoles el grupo yihadista tomara control de esa milenaria ciudad siria.
La captura de Palmira, con su templos, columnas y teatro de 2.000 años de antigüedad, dejó más de la mitad del territorio sirio en manos del grupo yihadista, y sucedió días después de que extendiera sus conquistas también en Irak.
Tras la toma de Palmira, poco se sabe sobre lo que los extremistas están haciendo en el interior de la urbe moderna y en su parte antigua.
La aviación siria bombardeó ayer algunos barrios de la ciudad, ubicada en la provincia central de Homs. Hubo choques aislados entre los efectivos gubernamentales y los radicales en áreas próximas a Palmira, pero de poca importancia, porque el grueso de las tropas y sus milicias aliadas se replegaron ayer ante la ofensiva del Estado Islámico.
Las Fuerzas de Defensa Nacional, milicianos progubernamentales, ayudaron a evacuar a los civiles de la población, pero muchos ciudadanos no pudieron escapar.
Palmira "es la cuna de la civilización humana. Pertenece a toda la humanidad, y creo que todos deberíamos estar preocupados por lo que está sucediendo", dijo ayer la directora general de la Unesco, Irina Bokova, quien hizo un llamado para proteger la histórica ciudad.
En un comunicado difundido por Internet, el Estado Islámico proclamó ayer su conquista de Palmira. El comunicado dijo que los "soldados" del grupo yihadista también tomaron el aeropuerto y la prisión central de la ciudad, "dejando grandes cantidades de muertos cuyos cuerpos llenan las calles".
PUBLICIDAD