Los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI) fueron expulsados ayer por las fuerzas sirias hacia la periferia de la histórica ciudad de Palmira pero en Irak se apoderaron de la mayor parte de la ciudad de Ramadi.
Ambas batallas dejaron varios centenares de muertos entre los combatientes y la población, mientras que miles de civiles huían de los combates.
En Palmira, después de violentos combates con el EI la población "se retiró de la mayoría de los barrios" del norte de la ciudad, menos de 24 horas después de haberse apoderado de esa zona, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (Osdh).
El gobernador de Homs, provincia de la que forma parte Palmira, indicó que el ataque del EI en el norte de la ciudad había sido "abortado".
Además, cuatro jefes del grupo yihadista habrían sido abatidos en una operación militar de Estados Unidos, según el Osdh.
Murió Abu Sayaf, jefe de la organización extremista, responsable de la venta de petróleo y gas.
El director de la ONG, Rami Abdel Rahman, precisó que "los combates continuaban en la periferia norte de Amiriya entre fuerzas leales [al presidente sirio Bashar al Asad] y los yihadistas".
Pese a la retirada, la amenaza sigue presente, ya que los insurgentes rodean prácticamente toda la ciudad y se encuentran a un kilómetro del sitio arqueológico de Palmira, declarado patrimonio mundial de la humanidad por la Unesco.
El director de antigüedades y de los museos sirios, Mamun Abdelkarim, teme que Palmira corra la misma suerte que los sitios arqueológicos del norte de Irak, como Nimrod y Hatra, destruidos por el EI.
Más de 300 muertos
Entre el miércoles y ayer, la batalla de Palmira se saldó con al menos 315 muertes, según el Osdh, que cuenta con una amplia red de informadores en Siria.
Entre ellos, habría 123 soldados y milicianos progubernamentales, 135 combatientes del EI y 57 civiles, de los cuales decenas fueron ejecutados por el grupo extremista.
Al este de Palmira, al menos 20 yihadistas murieron bombardeados por el ejército sirio cuando trataban de atacar la prisión.
Y en el noroeste de la ciudad, se batallaba por el campo de gas de Al Hel, donde el EI logró hacerse con dos puestos del ejército, según el Osdh y los yihadistas.
El EI lanzó el miércoles el asalto a Palmira, un enclave estratégico al estar situado en el desierto sirio que da paso a la provincia limítrofe iraquí de Al Anbar, en gran parte controlada por este grupo extremista.
Nuevo asalto en Ramadi
Precisamente en la capital provincial de Al Anbar, Ramadi, los yihadistas se apoderaron del cuartel general de las fuerzas de seguridad iraquíes, reforzando su control de esta capital de provincia del oeste iraquí, informaron varios responsables.
"El centro de operaciones en la provincia de Al Anbar fue abandonada" por las fuerzas de seguridad, El EI sufrió un revés el viernes en el este de Siria cuando un comando de las fuerzas especiales estadounidenses mató a Abu Sayaf.
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Los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI) fueron expulsados ayer por las fuerzas sirias hacia la periferia de la histórica ciudad de Palmira pero en Irak se apoderaron de la mayor parte de la ciudad de Ramadi.
Ambas batallas dejaron varios centenares de muertos entre los combatientes y la población, mientras que miles de civiles huían de los combates.
En Palmira, después de violentos combates con el EI la población "se retiró de la mayoría de los barrios" del norte de la ciudad, menos de 24 horas después de haberse apoderado de esa zona, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (Osdh).
El gobernador de Homs, provincia de la que forma parte Palmira, indicó que el ataque del EI en el norte de la ciudad había sido "abortado".
Además, cuatro jefes del grupo yihadista habrían sido abatidos en una operación militar de Estados Unidos, según el Osdh.
Murió Abu Sayaf, jefe de la organización extremista, responsable de la venta de petróleo y gas.
El director de la ONG, Rami Abdel Rahman, precisó que "los combates continuaban en la periferia norte de Amiriya entre fuerzas leales [al presidente sirio Bashar al Asad] y los yihadistas".
Pese a la retirada, la amenaza sigue presente, ya que los insurgentes rodean prácticamente toda la ciudad y se encuentran a un kilómetro del sitio arqueológico de Palmira, declarado patrimonio mundial de la humanidad por la Unesco.
El director de antigüedades y de los museos sirios, Mamun Abdelkarim, teme que Palmira corra la misma suerte que los sitios arqueológicos del norte de Irak, como Nimrod y Hatra, destruidos por el EI.
Más de 300 muertos
Entre el miércoles y ayer, la batalla de Palmira se saldó con al menos 315 muertes, según el Osdh, que cuenta con una amplia red de informadores en Siria.
Entre ellos, habría 123 soldados y milicianos progubernamentales, 135 combatientes del EI y 57 civiles, de los cuales decenas fueron ejecutados por el grupo extremista.
Al este de Palmira, al menos 20 yihadistas murieron bombardeados por el ejército sirio cuando trataban de atacar la prisión.
Y en el noroeste de la ciudad, se batallaba por el campo de gas de Al Hel, donde el EI logró hacerse con dos puestos del ejército, según el Osdh y los yihadistas.
El EI lanzó el miércoles el asalto a Palmira, un enclave estratégico al estar situado en el desierto sirio que da paso a la provincia limítrofe iraquí de Al Anbar, en gran parte controlada por este grupo extremista.
Nuevo asalto en Ramadi
Precisamente en la capital provincial de Al Anbar, Ramadi, los yihadistas se apoderaron del cuartel general de las fuerzas de seguridad iraquíes, reforzando su control de esta capital de provincia del oeste iraquí, informaron varios responsables.
"El centro de operaciones en la provincia de Al Anbar fue abandonada" por las fuerzas de seguridad, El EI sufrió un revés el viernes en el este de Siria cuando un comando de las fuerzas especiales estadounidenses mató a Abu Sayaf.
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