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El joven lloró como un niño

Miércoles, 22 de abril de 2015 00:00
El niño de 13 años que mató a un profesor el lunes en un instituto de Barcelona armado con una ballesta y un cuchillo se derrumbó al darse cuenta de lo que hizo, explicó ayer el único testigo.
En una entrevista publicada ayer por un diario local, el profesor de educación física del instituto "Joan Fuster", David Jurado Fernández, relató cómo consiguió calmar a su alumno después de que matara a un docente e hiriera a dos alumnos y dos profesores.
El menor, que según las primeras investigaciones habría sufrido un brote psicótico, tenía un cuchillo, un pico, una ballesta y estaba preparando un cóctel molotov con una botella de cerveza vacía, dijo el profesor.
Según Jurado, el niño todavía deliraba y repetía en voz alta sus objetivos cuando se dirigió hacia él. "Le hice ver con mucha tranquilidad que estaba haciendo muchísimo daño a más gente de la que él sospechaba", dijo. Así consiguió que el menor se desprendiera de sus armas y le permitiera acercarse. "Entonces se derrumbó, lo abracé y empezó a llorar como el niño que es y como el niño al que yo daba clases", recordó.
Por el hecho, el Gobierno catalán decretó un día de duelo.

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El niño de 13 años que mató a un profesor el lunes en un instituto de Barcelona armado con una ballesta y un cuchillo se derrumbó al darse cuenta de lo que hizo, explicó ayer el único testigo.
En una entrevista publicada ayer por un diario local, el profesor de educación física del instituto "Joan Fuster", David Jurado Fernández, relató cómo consiguió calmar a su alumno después de que matara a un docente e hiriera a dos alumnos y dos profesores.
El menor, que según las primeras investigaciones habría sufrido un brote psicótico, tenía un cuchillo, un pico, una ballesta y estaba preparando un cóctel molotov con una botella de cerveza vacía, dijo el profesor.
Según Jurado, el niño todavía deliraba y repetía en voz alta sus objetivos cuando se dirigió hacia él. "Le hice ver con mucha tranquilidad que estaba haciendo muchísimo daño a más gente de la que él sospechaba", dijo. Así consiguió que el menor se desprendiera de sus armas y le permitiera acercarse. "Entonces se derrumbó, lo abracé y empezó a llorar como el niño que es y como el niño al que yo daba clases", recordó.
Por el hecho, el Gobierno catalán decretó un día de duelo.

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